domingo, 3 de mayo de 2015

El sur también existe y sufre (en las noticias)



Imagen tomada de la Revista SIC revistasic.gumilla.org


Hace unos pocos años la red ARA evaluó el estado del ambiente en Venezuela. De ese estudio nació la idea de que era necesario generar un proceso de discusión nacional que hiciera visible y permitiera incidir sobre algunos de estos problemas que habían sido eclipsados por los enfrentamientos políticos, la ausencia de políticas comunicacionales sobre temas ambientales y la simple y llana censura.

Uno de esos de temas era la grave situación que está sucediendo en la Guayana venezolana derivado de la explotación ilegal del oro. 

La situación en esta zona es quizás uno de los problemas más graves ambientales que están ocurriendo en el país y sus implicaciones sobrepasan lo ambiental y se convirtieron en un grave problema social, político, de soberanía y principalmente de de derechos humanos. 

Para el momento en que en la red evaluamos esta problemática  existía muy poca información en los medios sobre estos temas. Unos pocos comunicadores, principalmente trabajando para periódicos regionales de Guayana, había difundido estos temas y llevado a cabo campañas comunicacionales al respecto, Como ejemplo de ello las extraordinarias crónicas y reportajes de la periodista Evelyn Guzman (que pueden conseguir en su blog Ciencia Guayana

Un tiempo después la situación aunque ha empeorado en la práctica, a mejorado mucho la información que tenemos de lo que allí está ocurriendo y esa es una buena noticia, porque a partir del conocimiento y la buena información podemos empezar a exigir que se hagan políticas y acciones eficaces para solucionar esos graves problemas que están poniendo en grave riesgo la vida, salud y futuro de las poblaciones locales, está destruyendo las culturas ancestrales indígenas y poniendo en peligro el futuro del desarrollo de toda la nación. Sin Guayana no hay patria.

Vale esta introducción para hacer una breve excursión por los artículos muy recientes que han aparecido, ya no tanto en la prensa tanto tradicional sino, en los nuevos medios. Espero que permita a los venezolanos entender la magnitud del desastre y la urgencia de buscar soluciones consensuadas y participativas, así como para hacer un homenaje a los comunicadores que están arriesgándose a trabajar estos temas particularmente sensibles.

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Comencemos con este extraordinario reportaje firmado por Minerva Vitti y recientemente publicado en la Revista SIC


La mujer indígena es la más afectada por la minería

Revista SIC 25 de abril 25 de 2015

Nicole Marcel es francesa pero habla rapidito un español muy fluido. Llegó a Venezuela hace veinte años porque la Gran Sabana la eligió. Ella trabaja en la Fundación Mujeres del Agua, una organización compuesta por un grupo de mujeres rurales, indígenas y no indígenas, que promueven su participación en pro de la defensa de los derechos socio-ambientales

La Fundación Mujeres del Agua se registró oficialmente en el año 2009 aunque desde hace tiempo realizaba un trabajo social en la comunidad de El Paují, ubicada en el municipio Gran Sabana del estado Bolívar.

El Paují es un pueblo mixto formado por indígenas de la etnia pemón, y no indígenas (venezolanos y extranjeros). Con aproximadamente cuatrocientos habitantes es un sitio que no tiene horario y en el que hasta hace poco no había ni teléfono ni Internet. Sus habitantes vivían  en comunión con la naturaleza, con buenas experiencias educativas y culturales, hasta que en 2006 se desbordó la minería en la zona, trayendo muchos problemas y desplazando a muchos miembros de la comunidad.

Ante esa situación un grupo de mujeres, que tenían años conociéndose, comienzan a organizarse. Lo primero que hicieron fue un museo que se llamó Kunayewi, que significa casa del agua, y comenzaron a explicar a la población cuál era el impacto de la minería, el derecho a tener agua limpia y el derecho a la salud. También se unieron a la Misión Árbol y comenzaron a sembrar moriches y distintas plantas en las áreas contaminadas por la minería.

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La situación en el Bajo Caura representa uno de los temas más graves en todo el contexto y en este sentido este artículo de Adriana Boccalon lo retrata en todo su horror.


Se muere la cuenca del Caura del Orinoco

Revista Climax 30 de abril de 2015 

Pillaje, corrupción e impunidad son los tres principales males del sistema de minería ilegal en la cuenca del Caura del Orinoco, donde la pérdida de biodiversidad acusa un llamado de alerta.  De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura( FAO),  el país pierde al año 300 mil hectáreas de bosque elevando en un 50% sus emisiones de CO2, La zona por el mercurio y la explotación maderera se está muriendo.

En víspera del ocaso zarpa la curiara del puerto de Maripa para comenzar a descontar los 220 kilómetros de navegación contracorriente que lo separan de la comunidad indígena de El Playón. Entretanto, se sortean pesadillas por la habitual lluvia a cántaros que alborota los raudales y por la proximidad de un firmamento eclipsado, apenas a ratos inspirado por chispas luminosas escoltadas de estallidos sonoros que denotan supremacía y destronan al humano de su pedestal. Las voluntades a bordo, aunque atrevidas y retadoras, estimulan el silencio ante la aparente infinitud de lo desconocido. El aroma a vegetación húmeda y frutos cítricos alientan el olfato, mientras en el intrincado bosque ribereño se revelan antojosas siluetas de ojos brillantes trajeadas invariablemente de oscuro, cuyas voces onomatopéyicas acusan un dilatado repertorio de vida animal.

En medio de un lóbrego atardecer, el lazarillo, entusiasmado por un jugoso fajo de billetes como rédito a su hazaña, navega atento al rigor que impone el caudaloso río Caura y al exhausto traqueteo del motor de la embarcación. A bordo viajan mineros portando insumos para sobrevivir en toscos campamentos instalados sobre espacios intoxicados, saqueados, hartos de drogas, alcohol y prostitutas, pero también colmados de oro. Hasta El Playón es navegable el río Caura en la parte baja de la cuenca. Para alcanzar la comunidad de Las Pavas, donde el cauce permite retomar el cabotaje aguas arribas, es de rigor echar a andar 6 kilómetros a través de una jungla repleta de altibajos, por donde transitan a pie turistas, mineros, soldados e indígenas. En el trayecto es usual tropezar con militares y nativos cargando a cuestas fatigosos bultos que además incluyen curiaras, motores y bidones de combustible. Para el viajero ocasional, aquel sin licencia para hurgar mas allá, la excursión culmina al final de esta breve expedición, justo frente a la imponente caída de agua que pone límite entre bajo y alto Caura: el Kuyuwishodü o Salto Para, donde la sesión fotográfica para inmortalizar las memorias es ritual obligado.

En este punto se agotan romance y poesía. Bajando desde el mirador del Salto Para se avista la comunidad de Las Pavas, la primera del alto Caura, punto de partida hacia Fijiriña y Yuruani, los campamentos mineros más críticos de la zona donde explotadores de “bullas” destierran el oro enfrentando pleitos, saboteo, enfermedades, desolación y el empeño de los fusiles de la Guardia Nacional Bolivariana. Efectivos militares ceñidos al Plan Caura han protagonizado en los últimos años batallas intermitentes para zanjar el flagelo de la explotación ilegal de minerales, apostando al desalojo definitivo de advenedizos que no se rinden. Al militar se le tacha de “cobrador de vacuna”, mientras al minero se le señala por comprar voluntades uniformadas, seducir indígenas y amenazar a científicos que advierten sobre la pérdida de ecosistemas y servicios ambientales.

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Escrito por la periodista venezolana radicada en Panamá Thabata Molina, especialista en temas de sucesos hace un excelente reportaje de investigación sobre la presencia de la guerrilla colombiana en Venezuela y su incursión en el negocio minero ilegal.



Denuncian que las FARC explotan oro y coltán en el sur de Venezuela

Panampost 16 de abril de 2015

Amazonas es uno de esos estados de Venezuela que casi nadie conoce, más allá de saber que es el segundo más grande del país, o que comparte la frontera con Colombia por el oeste y con Brasil por el este; pero, recientemente, las alarmas de las autoridades se encendieron después que un informe militar admitiera la existencia de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), explotando minas de oro y coltán en ese territorio, para generar ingresos.+

Esta región cuenta con una población de apenas 178.670 habitantes, en una extensión territorial de 177.617 kilómetros cuadrados, en una zona absolutamente selvática, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela.+

El texto elaborado por la Guardia Nacional y fechado en enero de 2015, a través de un Resumen de Información de Inteligencia (REIN),  señala que “el comando tiene conocimiento de la presencia de columnas guerrilleras entre los sectores de San Fernando de Atabapo y Santa Bárbara del Orinoco”, en labores de explotación de oro y coltán.+

De hecho, el gobernador de esa entidad, Liborio Guarulla, reconoció la existencia del problema y declaró al PanAm Post que la situación ha sido denunciada en reiteradas oportunidades en la Asamblea Nacional, pero que nadie se ha interesado por solucionarlo.+

“A lo largo del río Atabapo se han llegado a contar hasta 24 balsas que están lavando la arena del fondo del río con mercurio para extraer oro, y eso ha contaminado los peces, ha desviado el curso del río. Realmente las autoridades venezolanas han hecho caso omiso, a excepción de una comisión de Colombia que en algún momento se presentó y quemó algunas balsas”.+

“Esto ha seguido de una manera descarada, pero es que además no son solamente las minas de oro del cerro La Neblina o la naciente del río Orinoco, sino que en la actualidad, se están explotando las minas del municipio Manapiare que es más allá del Yapacana. Esas minas quienes las vienen explotando están vinculados a la guerrilla colombiana y a los mineros colombianos”, expresó Guarulla a través de una llamada telefónica.

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El periodista Jeanfreddy Gutiérrez reseña un documental reciente en el cual el periodista y corresponsal de guerra David Beriain hace de la situación de las minas de oro ilegales en Venezuela. Un elemento importante es que pudiéramos ver el documental directamente, pero este fue retirado del portal de You Tube donde estaba alojado.



Documental retrata mafias del oro que deforestan al sur de Venezuela

El Cambur 8 de abril de 2015

El periodista español David Beriain del programa Amazonas Clandestino llegó al Kilómetro 88, Las Claritas, uno de los llamados “pueblos naranja” para retratar cómo mafias carcelarias ejercen dominio sobre la explotación ilegal del oro al sur de Venezuela. El comunicador ya ha explorado el contrabando de madera y cocaína en otros capítulos del programa.

Allí muestra las denuncias que señalan, con miedo y respeto, el control de El Sindicato por medio de la banda de El Chingo, quien desde la cárcel ejerce un control férreo sobre los yacimientos mineros que son abiertos en medio de la selva venezolana, sin ningún control oficial, después que se le retiraron las concesiones a la empresa canadiense que la tenía.

El proyecto de Las Cristinas que prometía una regularización de la minería nunca se completó y ahora miles de mineros artesanales someten al suelo a la presión del agua, el mercurio y la erosión por la tala indiscriminada. Su resultado, miles de charcos durante todo el año que dispararon los criaderos del parásito Plasmodium, así como los de zancudos Anopheles que los transmiten al ser humano, produciendo un brote de malaria que en 2015 ya alcanzaba los 15 mil casos para la primera semana de marzo.

El documental confirma las denuncias del reportaje Malaria: los zancudos del contrabando, que relaciona la tala ilegal, los estudios epidemiológicos y la explotación ilegal del oro y el coltán, con la epidemia de una enfermedad que aunque endémica, se creía controlada.

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La periodista Andreina Flores realizó una entrevista en vídeo al Gobernador del Estado Amazonas. En la misma el Gobernador Guarulla  denuncia la acción de las FARC en territorio de ese Estado y su participación en el negocio minero.



Gobernador Guarulla: La Farc está en el Amazonas Venezolano contaminando e intentando hacer política

El gobernador del estado Amazonas Liborio Guarulla denunció a través de Cool Channel TV que en la actualidad se encuentran más de 4.000 guerrilleros de las Farc practicando la minería ilegal y haciendo vida en el municipio Maroa de su región.


Guarulla aseguró que "estos guerrilleros están explotando oro y coltán en el Amazonas, produciendo una gran contaminación y un daño a las comunidades indígenas que representan el 70% de la población de nuestro estado". También dijo que se evidencian elementos inocultables característicos de grupos irregulares: "una pista de terrizaje, barcos en donde se traslada la gasolina de contrabando y la intromisión de grupos guerrilleros en los pueblos indígenas tratando de hacer política".

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Para finalizar y para entender el contexto donde esta situación está inmersa, les recomiendo leer este extraordinario artículo "Los Nuevos Narcotesoros" escrito por Gerardo Reyes para la Cadena Univison y que recientemente fue premiado con el Premio Ortega y Gasset en la categoría de periodismo digital. No habla de Venezuela, pero a través del mismo podemos comprender el complejo trasfondo delictivo, económico y político que  genera la producción de oro en Latinoamérica.


Los nuevos narcotesoros

A sangre y fuego el crimen organizado convierte la minería ilegal en una fuente de ingresos tan importante como la droga a lo largo de América Latina

Cuando recuerda a sus víctimas Janier Adrián Villada sonríe nerviosamente y cierra los ojos, como si estuviera encandilado. Parece la última señal espontánea de su vergüenza.

El joven analfabeto de 28 años que empezó a matar a los 14, eludió al principio con un lenguaje figurado el relato de su papel de asesino, pero a medida que se adentraba en sus recuerdos, durante una entrevista exclusiva con Univision, prescindió de las metáforas y con el verbo directo y el calibre exacto contó como lo había hecho.

Mató a 49 personas.

"¿Por qué lo hacía yo?'', se pregunta sonriendo de nuevo. "O sea, la verdad es que yo todo el tiempo, desde muy pelado [joven] he trabajado en organizaciones y a mí me han pagado y yo sabía que la labor mía era, si me mandaban a matar a alguien, yo iba y lo mataba''.

Villada era el jefe de sicarios de la banda criminal de Los Rastrojos, al noroeste de Colombia. Tenía a su cargo los comandos urbanos del municipio de Segovia para prevenir el ingreso de la banda rival de Los Urabeños. A las buenas o a las malas, cada empresa minera que operaba en la zona aportaba a la banda que estuviera en control entre 50 y 100 mil dólares mensuales. En esa suma estaban incluidos pagos por el asesinato de sindicalistas revoltosos, empleados problemáticos y ladrones de oro, según Villada.


"Nosotros les hacíamos un llamado de atención. Si nos hacían caso los dejábamos quietos. Si seguían intensos ya tocaba eliminarlos'', explica.


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P.S. Para que no nos quede nada por fuera en esta recopilación, Incluimos a última hora el enlace a un artículo que me llega vía Evelyn Guzmán del artículo publicado en el diario La Vanguardia (España) "Grupos armados en busca de oro amenazan la vida indígena del Amazonas" firmado por Melissa Silva Franco que pueden conseguir en este enlace. Gracias Evelyn.

P.S 2. Uno más y sumando. Escrito por María Laura Chang para Efecto Cocuyo "Más de 10 mil años se necesitan para recuperar devastación minera en Guayana" Puede ser revisado en este enlace.
 (que ingratitud de mi parte que aunque me entrevistó y no la incluí en la primera recopilación, mis disculpas)



2 comentarios:

  1. Gracias Alejandro por este importante esfuerzo por hacernos ver la realidad del país..,..

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  2. Si se miran las cosas desde el punto de vista ambiental, entonces es terrible lo que pasa en Guayana, pero si lo quisiéramos ver desde una perspectiva econoicista, tal vez si sólo el Estado lograra poner orden en este asunto, es muy probable que la gran parte de la crisis económica que atravesamos se solucione. Pero ya decíamos cuando luchábamos contra los decretos antiambientales de Caldera como el famoso Decreto 1850, la riqueza real de Guayana y el país no está en explotar el oro, sobre todo si esto destroza el ambiente, sino en pensar planes de turismo sustentable, de investigación para el aprovechamiento farmacéutico bajo control nacional, etc. Esto no es un problema de Revolución o contrarrevolución, es un problema de que el país se nos va de las manos, y lo que le vamos a dejar a nuestros hijos es una tragedia. Una revolución ecosocialista, debe dar prioridad absoluta a recuperar esta tierra guayanesa, en cumplimiento del legado del Comandante Chávez, que nos dejó el Plan de la Patria, con su quinto objetivo muy claro: salvemos el ambiente, contribuyamos a salvar el planeta.....

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