lunes, 25 de mayo de 2015

Ecofobia: Noticias de una enfermedad creciente

Imagen tomada de elunivesal.com



La biofilia es una hipótesis creada por el biólogo E.O. Wilson que afirma que los seres humanos tenemos una sentido profundo de conexión con la naturaleza y los seres vivos. De la misma se infiere que en ausencia de nuestro contexto natural los humanos sufrimos de diferentes trastornos tales como depresión, angustia, agresividad, sensación de vacío, entre otros.

Pero algunas personas, quién sabe por cuál perturbación, parecen sufrir de “ecofobia” un odio patológico a los seres vivos y a los ambientes naturales.

Aunque la enfermedad no es para nada nueva, parece estar ocurriendo un nuevo rebrote, o epidemia, quién sabe, que está afectando a los dirigentes políticos venezolanos, en particular entre los que tienen competencia en las áreas de desarrollo de infraestructura vial a nivel del ejecutivo nacional y municipal.

Estos personajes, con la excusa de mejorar la circulación vial, actualmente se dedican a proyectos de “mejoramiento de nuestra infraestructura vial” el cual significa casi siempre reemplazar zonas verdes por cemento y pavimento.

Supuestamente todos debemos agradecer y apoyar su trabajo que nos “beneficiará” al hacer nuestros traslados más rápidos y cómodos. Nadie de ellos habla de los costos ambientales, sicológicos y sociales de tener ciudades cada vez más grises y menos verdes, sin contar el hecho comprobable de que estos proyectos solo trasladarán los problemas de tránsito  unos metros más allá de la supuesta “mejora”.

Pero estos proyectos no solo ponen en peligro la precaria salud ambiental de nuestras ciudades, sino que tienen relaciones con temas de seguridad ciudadana, conectividad y sustentabilidad urbana.

Ya anteriormente hemos reseñado noticias al respecto de esta epidemia, pero al igual que la chikungunya, esta parece que llegó para quedarse, por eso para seguir recopilando las informaciones que van apareciendo en los medios de comunicación y contrastando puntos de vista, aquí les coloco nuevos aportes a esta discusión según han aparecido recientemente en los medios de comunicación.

En primer lugar comencemos con una muy breve nota, aparecida en algunos pocos medios hace unos días:

Tala de 700 árboles generó protesta en la parroquia San Pedro
Los vecinos recomiendan transplantarlos para conservarlos

EL UNIVERSAL domingo 10 de mayo de 2015  12:00 AM

La mañana del sábado un grupo de vecinos de las parroquias San Pedro, Candelaria, y Santa Rosalía protestaron en los alrededores de la autopista El Valle - Coche, luego de que el Ejecutivo anunciara la tala de 700 árboles por los trabajos de ampliación vial en esta arteria vial.
"Entre Santa Mónica y Los Próceres derribaron 700 árboles en vez de transplantarlos. Hay que condenar a la persona que tala un árbol en Caracas", indicó Rafael Araujo, manifestante que tradicionalmente protesta con un papagayo en mano.

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Pero ¿cuáles son las consecuencias de esas obras? Una primera respuesta la presenta la periodista Sabrina Martín en un artículo que publica en el portal internacional panampost.com en el cual analiza los impactos de estas obras, no solo desde el punto de vista ambiental, sino en el de la seguridad ciudadana.


Advierten sobre potencial desastre con obras viales en Venezuela
Falta de estudios previos, de cumplimiento de normas y violaciones a las regulaciones ambientales son algunas de las denuncias contra el Ministerio de Transporte

SABRINA MARTÍN 12 MAYO, 2015 A LAS 08:50

El pasado 8 de marzo el Gobierno de Venezuela a través del Ministerio para el Transporte Terrestre y Obras Públicas (Mttop) inició la ampliación de la Autopista Valle- Coche en Caracas, esto como parte de los planes de soluciones viales que impulsa el Ejecutivo Nacional; a PanAm Post llegó la denuncia de que el ministerio que impulsa esta obra no cuenta con el estudio de tránsito y de impacto ambiental como requisitos obligatorios para haber iniciado el proyecto; además el Ministerio de Ecosocialismo y Agua está al tanto de lo que sucede y “no hace nada”.

Una fuente de uno de los ministerios involucrados que prefirió mantenerse en anonimato, consciente de las graves consecuencias que causará este proyecto “mal ejecutado”, denunció a PanAm Post que el Gobierno venezolano implementa obras de ingeniería sin realizar estudios previos y su impacto; informó que el ministro de Transporte, Haiman El Troudi prefiere realizar obras por cantidad y rapidez que por calidad.

Explicó que esta ampliación interviene en el cauce del río Valle, lo cual en cualquier momento causará un inminente desbordamiento del mismo sobre la autopista y afectará a miles de ciudadanos que transiten por la zona. Denunció la manera en cómo fueron cortados los taludes del río, asegura que se hicieron incorrectamente de forma vertical, y “eso lo que indica es que con cualquier lluvia se podría derrumbar”.

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También podemos preguntarnos ¿Cuál es trasfondo de esta situación? El periodista y activista de la sostenibilidad urbana José “Cheo” Carvajal nos lanza un grito de indignación y alerta sobre la situación que viene ocurriendo en Caracas, en un artículo de opinión aparecido en el portal de noticias de Globovision:

Un elefante en una cristalería

Por José Carvajal / @caracasapie

Todo comenzó con un trino de @CeliaHerrera el 21 de mayo. Ella es ingeniero civil, directora y profesora de la Escuela de Ingeniería Civil de la UCV, con quien tanto he compartido reflexiones sobre la movilidad caraqueña. “Destruida ciclorruta Los Chaguaramos – Benesco Bello Monte. Obras ampliación autopista se llevaron por los cachos un buen tramo”. No incluía fotos y pensé: imposible, esta ciclovía tiene muy poco tiempo de construida. Busqué “ciclovía UBV – Sabana Grande”, a ver si alguien había publicado alguna foto. La que encontré era de un grupo de ciclistas de Conatel que celebraban después de hacer una jornada de limpieza en la susodicha.

Pero, en efecto, el Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre y otros etcéteras, está abriendo boquetes para meter pilastras. En una ciudad como Caracas, tan fragmentada y limitada por sus autopistas, es difícil entender desde el andar, la manera como se tejen físicamente estos anacronismos monstruosos. Difícil imaginar que justo frente a la Universidad Bolicariana pueda aparecer más autopista porque justo allí se eleva por encima del río Valle en doblete. Pero algunos ingenieros se la ingenian cuando de mantener la carrocracia se trata. Les encanta desarrollar obra con mucho concreto y dinero de por medio.

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Por otra parte ¿cuáles han sido las respuestas de los responsables de esta situación de estos proyectos que parecen estar atentando contra la sostenibilidad de nuestras ciudades?

Por parte del Ministerio del Poder Popular del Transporte Terrestre, etc. etc. Ninguna. Para ellos no hay que responder, ni comentar, ni aclarar, sobre proyectos ecofóbicos, ciudades insustentables, ni legislación y competencias pisoteadas. Por otra parte, parece poco importarle la fama de ministro leñador que en las redes sociales se ha ganado el señor Haiman El Troudi.

Ahora bien ¿y el ministerio que supuestamente debería competerle la protección ambiental, incluyendo orientar a otros sectores sobre la normativa y políticas ambientales del país? Es decir ¿Qué tiene que decir al respecto el flamante nuevo Ministerio de Ecosocialismo y Aguas? Bueno bastante poco. Recientemente luego de haberle  zumbado mucho los oídos el ministro Guillermo Barreto salió de su mutismo habitual con respecto a los grandes problemas ambientales del país para hacer una declaración que fue recogida por el diario 2001.


Tras denuncias de ecocidio en Caracas
Barreto: "No hay ecocidio, plantaremos árboles nuevos como acción legítima"
Lucy María Rivas/@Lucymariarivas

El Ministro del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas Guillermo Barreto explicó que “no hay ecocidio, lo que hay es una labor que va acompañada con el trasplante de árboles y plantar nuevos, es una acción legitima”.

Estas declaraciones las ofreció tras las denuncias recibidas a su despachos sobre el presunto acto de ecocidio que se estará cometiendo en el desarrollo de la Misión Árbol.

Detalló que, la cartera que representa tiene como objetivo plantar ocho arboles por cada uno que se va a extraer, esta realidad está enmarcada en el avance de las obras para hacer más fluidas las vías.

Cabe destacar que Barreto acompaña las labores de el Ministerio de Transporte y Obras Públicas entre estas la avenida Francisco Fajardo.

2015-04-22

(Artículo copiado textualmente, pero las negritas son mías)

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Las escuetas declaraciones del ministro parten de una premisa no hay ecocidio”. Claro, el término ecocidio no tiene valor legal en Venezuela, por lo que determinar la existencia de un ecocidio depende del cristal con que se mire, y en este caso conocemos claramente el color.

La segunda parte de su escueta declaración, es que se van trasplantar los árboles y a plantar nuevos. Haberlo dicho con tiempo: que se tiene la tecnología para revivir y trasplantar árboles derribados y devastados. Y apartando cualquier ironía posible, me pregunto ¿No era una acción que debió preverse e informarse previo al inicio de las obras? ¿No debería haber formado parte desde el principio de las medidas compensatorias definidas por el Estudio de Impacto Ambiental correspondiente y no quedar ahora como una excusa inventada a última hora para tapar el error y los delitos ambientales cometidos?

Finalmente el ministro-biólogo define la acción como una “acción legítima”.

Listo, la conservación de nuestro patrimonio natural y cultural urbano ha quedado a la total discrecionalidad del funcionario de turno, el cual pude decidir sin necesidad de argumentos científicos ni legales que la destrucción es “legítima”.

La ecofobia finalmente ha sido "legitimada" por el Ministerio de "Ecosocialismo". Finalmente entendí: El mismo gringo con diferente cachimbo.


P.S. Que suerte para los alcaldes del municipio Baruta (Estado Miranda) Iribarren y Palavecino (Estado Lara) entre otros, que el tema de las “mejoras viales” en las autopistas de Caracas, han eclipsado los daños que sus propias obras, con las mismas excusas, están generando en sus respectivos municipios. Pero bueno, frente al billete, el árbol queda solo como un obstáculo frente al tractor.

domingo, 3 de mayo de 2015

El sur también existe y sufre (en las noticias)



Imagen tomada de la Revista SIC revistasic.gumilla.org


Hace unos pocos años la red ARA evaluó el estado del ambiente en Venezuela. De ese estudio nació la idea de que era necesario generar un proceso de discusión nacional que hiciera visible y permitiera incidir sobre algunos de estos problemas que habían sido eclipsados por los enfrentamientos políticos, la ausencia de políticas comunicacionales sobre temas ambientales y la simple y llana censura.

Uno de esos de temas era la grave situación que está sucediendo en la Guayana venezolana derivado de la explotación ilegal del oro. 

La situación en esta zona es quizás uno de los problemas más graves ambientales que están ocurriendo en el país y sus implicaciones sobrepasan lo ambiental y se convirtieron en un grave problema social, político, de soberanía y principalmente de de derechos humanos. 

Para el momento en que en la red evaluamos esta problemática  existía muy poca información en los medios sobre estos temas. Unos pocos comunicadores, principalmente trabajando para periódicos regionales de Guayana, había difundido estos temas y llevado a cabo campañas comunicacionales al respecto, Como ejemplo de ello las extraordinarias crónicas y reportajes de la periodista Evelyn Guzman (que pueden conseguir en su blog Ciencia Guayana

Un tiempo después la situación aunque ha empeorado en la práctica, a mejorado mucho la información que tenemos de lo que allí está ocurriendo y esa es una buena noticia, porque a partir del conocimiento y la buena información podemos empezar a exigir que se hagan políticas y acciones eficaces para solucionar esos graves problemas que están poniendo en grave riesgo la vida, salud y futuro de las poblaciones locales, está destruyendo las culturas ancestrales indígenas y poniendo en peligro el futuro del desarrollo de toda la nación. Sin Guayana no hay patria.

Vale esta introducción para hacer una breve excursión por los artículos muy recientes que han aparecido, ya no tanto en la prensa tanto tradicional sino, en los nuevos medios. Espero que permita a los venezolanos entender la magnitud del desastre y la urgencia de buscar soluciones consensuadas y participativas, así como para hacer un homenaje a los comunicadores que están arriesgándose a trabajar estos temas particularmente sensibles.

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Comencemos con este extraordinario reportaje firmado por Minerva Vitti y recientemente publicado en la Revista SIC


La mujer indígena es la más afectada por la minería

Revista SIC 25 de abril 25 de 2015

Nicole Marcel es francesa pero habla rapidito un español muy fluido. Llegó a Venezuela hace veinte años porque la Gran Sabana la eligió. Ella trabaja en la Fundación Mujeres del Agua, una organización compuesta por un grupo de mujeres rurales, indígenas y no indígenas, que promueven su participación en pro de la defensa de los derechos socio-ambientales

La Fundación Mujeres del Agua se registró oficialmente en el año 2009 aunque desde hace tiempo realizaba un trabajo social en la comunidad de El Paují, ubicada en el municipio Gran Sabana del estado Bolívar.

El Paují es un pueblo mixto formado por indígenas de la etnia pemón, y no indígenas (venezolanos y extranjeros). Con aproximadamente cuatrocientos habitantes es un sitio que no tiene horario y en el que hasta hace poco no había ni teléfono ni Internet. Sus habitantes vivían  en comunión con la naturaleza, con buenas experiencias educativas y culturales, hasta que en 2006 se desbordó la minería en la zona, trayendo muchos problemas y desplazando a muchos miembros de la comunidad.

Ante esa situación un grupo de mujeres, que tenían años conociéndose, comienzan a organizarse. Lo primero que hicieron fue un museo que se llamó Kunayewi, que significa casa del agua, y comenzaron a explicar a la población cuál era el impacto de la minería, el derecho a tener agua limpia y el derecho a la salud. También se unieron a la Misión Árbol y comenzaron a sembrar moriches y distintas plantas en las áreas contaminadas por la minería.

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La situación en el Bajo Caura representa uno de los temas más graves en todo el contexto y en este sentido este artículo de Adriana Boccalon lo retrata en todo su horror.


Se muere la cuenca del Caura del Orinoco

Revista Climax 30 de abril de 2015 

Pillaje, corrupción e impunidad son los tres principales males del sistema de minería ilegal en la cuenca del Caura del Orinoco, donde la pérdida de biodiversidad acusa un llamado de alerta.  De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura( FAO),  el país pierde al año 300 mil hectáreas de bosque elevando en un 50% sus emisiones de CO2, La zona por el mercurio y la explotación maderera se está muriendo.

En víspera del ocaso zarpa la curiara del puerto de Maripa para comenzar a descontar los 220 kilómetros de navegación contracorriente que lo separan de la comunidad indígena de El Playón. Entretanto, se sortean pesadillas por la habitual lluvia a cántaros que alborota los raudales y por la proximidad de un firmamento eclipsado, apenas a ratos inspirado por chispas luminosas escoltadas de estallidos sonoros que denotan supremacía y destronan al humano de su pedestal. Las voluntades a bordo, aunque atrevidas y retadoras, estimulan el silencio ante la aparente infinitud de lo desconocido. El aroma a vegetación húmeda y frutos cítricos alientan el olfato, mientras en el intrincado bosque ribereño se revelan antojosas siluetas de ojos brillantes trajeadas invariablemente de oscuro, cuyas voces onomatopéyicas acusan un dilatado repertorio de vida animal.

En medio de un lóbrego atardecer, el lazarillo, entusiasmado por un jugoso fajo de billetes como rédito a su hazaña, navega atento al rigor que impone el caudaloso río Caura y al exhausto traqueteo del motor de la embarcación. A bordo viajan mineros portando insumos para sobrevivir en toscos campamentos instalados sobre espacios intoxicados, saqueados, hartos de drogas, alcohol y prostitutas, pero también colmados de oro. Hasta El Playón es navegable el río Caura en la parte baja de la cuenca. Para alcanzar la comunidad de Las Pavas, donde el cauce permite retomar el cabotaje aguas arribas, es de rigor echar a andar 6 kilómetros a través de una jungla repleta de altibajos, por donde transitan a pie turistas, mineros, soldados e indígenas. En el trayecto es usual tropezar con militares y nativos cargando a cuestas fatigosos bultos que además incluyen curiaras, motores y bidones de combustible. Para el viajero ocasional, aquel sin licencia para hurgar mas allá, la excursión culmina al final de esta breve expedición, justo frente a la imponente caída de agua que pone límite entre bajo y alto Caura: el Kuyuwishodü o Salto Para, donde la sesión fotográfica para inmortalizar las memorias es ritual obligado.

En este punto se agotan romance y poesía. Bajando desde el mirador del Salto Para se avista la comunidad de Las Pavas, la primera del alto Caura, punto de partida hacia Fijiriña y Yuruani, los campamentos mineros más críticos de la zona donde explotadores de “bullas” destierran el oro enfrentando pleitos, saboteo, enfermedades, desolación y el empeño de los fusiles de la Guardia Nacional Bolivariana. Efectivos militares ceñidos al Plan Caura han protagonizado en los últimos años batallas intermitentes para zanjar el flagelo de la explotación ilegal de minerales, apostando al desalojo definitivo de advenedizos que no se rinden. Al militar se le tacha de “cobrador de vacuna”, mientras al minero se le señala por comprar voluntades uniformadas, seducir indígenas y amenazar a científicos que advierten sobre la pérdida de ecosistemas y servicios ambientales.

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Escrito por la periodista venezolana radicada en Panamá Thabata Molina, especialista en temas de sucesos hace un excelente reportaje de investigación sobre la presencia de la guerrilla colombiana en Venezuela y su incursión en el negocio minero ilegal.



Denuncian que las FARC explotan oro y coltán en el sur de Venezuela

Panampost 16 de abril de 2015

Amazonas es uno de esos estados de Venezuela que casi nadie conoce, más allá de saber que es el segundo más grande del país, o que comparte la frontera con Colombia por el oeste y con Brasil por el este; pero, recientemente, las alarmas de las autoridades se encendieron después que un informe militar admitiera la existencia de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), explotando minas de oro y coltán en ese territorio, para generar ingresos.+

Esta región cuenta con una población de apenas 178.670 habitantes, en una extensión territorial de 177.617 kilómetros cuadrados, en una zona absolutamente selvática, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela.+

El texto elaborado por la Guardia Nacional y fechado en enero de 2015, a través de un Resumen de Información de Inteligencia (REIN),  señala que “el comando tiene conocimiento de la presencia de columnas guerrilleras entre los sectores de San Fernando de Atabapo y Santa Bárbara del Orinoco”, en labores de explotación de oro y coltán.+

De hecho, el gobernador de esa entidad, Liborio Guarulla, reconoció la existencia del problema y declaró al PanAm Post que la situación ha sido denunciada en reiteradas oportunidades en la Asamblea Nacional, pero que nadie se ha interesado por solucionarlo.+

“A lo largo del río Atabapo se han llegado a contar hasta 24 balsas que están lavando la arena del fondo del río con mercurio para extraer oro, y eso ha contaminado los peces, ha desviado el curso del río. Realmente las autoridades venezolanas han hecho caso omiso, a excepción de una comisión de Colombia que en algún momento se presentó y quemó algunas balsas”.+

“Esto ha seguido de una manera descarada, pero es que además no son solamente las minas de oro del cerro La Neblina o la naciente del río Orinoco, sino que en la actualidad, se están explotando las minas del municipio Manapiare que es más allá del Yapacana. Esas minas quienes las vienen explotando están vinculados a la guerrilla colombiana y a los mineros colombianos”, expresó Guarulla a través de una llamada telefónica.

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El periodista Jeanfreddy Gutiérrez reseña un documental reciente en el cual el periodista y corresponsal de guerra David Beriain hace de la situación de las minas de oro ilegales en Venezuela. Un elemento importante es que pudiéramos ver el documental directamente, pero este fue retirado del portal de You Tube donde estaba alojado.



Documental retrata mafias del oro que deforestan al sur de Venezuela

El Cambur 8 de abril de 2015

El periodista español David Beriain del programa Amazonas Clandestino llegó al Kilómetro 88, Las Claritas, uno de los llamados “pueblos naranja” para retratar cómo mafias carcelarias ejercen dominio sobre la explotación ilegal del oro al sur de Venezuela. El comunicador ya ha explorado el contrabando de madera y cocaína en otros capítulos del programa.

Allí muestra las denuncias que señalan, con miedo y respeto, el control de El Sindicato por medio de la banda de El Chingo, quien desde la cárcel ejerce un control férreo sobre los yacimientos mineros que son abiertos en medio de la selva venezolana, sin ningún control oficial, después que se le retiraron las concesiones a la empresa canadiense que la tenía.

El proyecto de Las Cristinas que prometía una regularización de la minería nunca se completó y ahora miles de mineros artesanales someten al suelo a la presión del agua, el mercurio y la erosión por la tala indiscriminada. Su resultado, miles de charcos durante todo el año que dispararon los criaderos del parásito Plasmodium, así como los de zancudos Anopheles que los transmiten al ser humano, produciendo un brote de malaria que en 2015 ya alcanzaba los 15 mil casos para la primera semana de marzo.

El documental confirma las denuncias del reportaje Malaria: los zancudos del contrabando, que relaciona la tala ilegal, los estudios epidemiológicos y la explotación ilegal del oro y el coltán, con la epidemia de una enfermedad que aunque endémica, se creía controlada.

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La periodista Andreina Flores realizó una entrevista en vídeo al Gobernador del Estado Amazonas. En la misma el Gobernador Guarulla  denuncia la acción de las FARC en territorio de ese Estado y su participación en el negocio minero.



Gobernador Guarulla: La Farc está en el Amazonas Venezolano contaminando e intentando hacer política

El gobernador del estado Amazonas Liborio Guarulla denunció a través de Cool Channel TV que en la actualidad se encuentran más de 4.000 guerrilleros de las Farc practicando la minería ilegal y haciendo vida en el municipio Maroa de su región.


Guarulla aseguró que "estos guerrilleros están explotando oro y coltán en el Amazonas, produciendo una gran contaminación y un daño a las comunidades indígenas que representan el 70% de la población de nuestro estado". También dijo que se evidencian elementos inocultables característicos de grupos irregulares: "una pista de terrizaje, barcos en donde se traslada la gasolina de contrabando y la intromisión de grupos guerrilleros en los pueblos indígenas tratando de hacer política".

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Para finalizar y para entender el contexto donde esta situación está inmersa, les recomiendo leer este extraordinario artículo "Los Nuevos Narcotesoros" escrito por Gerardo Reyes para la Cadena Univison y que recientemente fue premiado con el Premio Ortega y Gasset en la categoría de periodismo digital. No habla de Venezuela, pero a través del mismo podemos comprender el complejo trasfondo delictivo, económico y político que  genera la producción de oro en Latinoamérica.


Los nuevos narcotesoros

A sangre y fuego el crimen organizado convierte la minería ilegal en una fuente de ingresos tan importante como la droga a lo largo de América Latina

Cuando recuerda a sus víctimas Janier Adrián Villada sonríe nerviosamente y cierra los ojos, como si estuviera encandilado. Parece la última señal espontánea de su vergüenza.

El joven analfabeto de 28 años que empezó a matar a los 14, eludió al principio con un lenguaje figurado el relato de su papel de asesino, pero a medida que se adentraba en sus recuerdos, durante una entrevista exclusiva con Univision, prescindió de las metáforas y con el verbo directo y el calibre exacto contó como lo había hecho.

Mató a 49 personas.

"¿Por qué lo hacía yo?'', se pregunta sonriendo de nuevo. "O sea, la verdad es que yo todo el tiempo, desde muy pelado [joven] he trabajado en organizaciones y a mí me han pagado y yo sabía que la labor mía era, si me mandaban a matar a alguien, yo iba y lo mataba''.

Villada era el jefe de sicarios de la banda criminal de Los Rastrojos, al noroeste de Colombia. Tenía a su cargo los comandos urbanos del municipio de Segovia para prevenir el ingreso de la banda rival de Los Urabeños. A las buenas o a las malas, cada empresa minera que operaba en la zona aportaba a la banda que estuviera en control entre 50 y 100 mil dólares mensuales. En esa suma estaban incluidos pagos por el asesinato de sindicalistas revoltosos, empleados problemáticos y ladrones de oro, según Villada.


"Nosotros les hacíamos un llamado de atención. Si nos hacían caso los dejábamos quietos. Si seguían intensos ya tocaba eliminarlos'', explica.


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P.S. Para que no nos quede nada por fuera en esta recopilación, Incluimos a última hora el enlace a un artículo que me llega vía Evelyn Guzmán del artículo publicado en el diario La Vanguardia (España) "Grupos armados en busca de oro amenazan la vida indígena del Amazonas" firmado por Melissa Silva Franco que pueden conseguir en este enlace. Gracias Evelyn.

P.S 2. Uno más y sumando. Escrito por María Laura Chang para Efecto Cocuyo "Más de 10 mil años se necesitan para recuperar devastación minera en Guayana" Puede ser revisado en este enlace.
 (que ingratitud de mi parte que aunque me entrevistó y no la incluí en la primera recopilación, mis disculpas)