miércoles, 24 de febrero de 2016

Cinco pasos para comenzar a tomar a El Niño en serio





El Ejecutivo Nacional recientemente lanzó una campaña con el lema: “El Niño no es juego ¡Tómalo en serio!”. La misma está dirigida a concientizar a la población sobre los efectos del fenómeno de El Niño que actualmente está afectando a nuestro país.

La campaña toma tintes dramáticos cuando el Ministro del Poder Popular para la Energía Eléctrica  recientemente advirtió sobre el posible colapso del Guri para el mes de abril de este año. Por su parte, el Ministro del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas anunció que 18 embalses que suministran agua a las principales ciudades del país están en situación crítica. Y subrayó que algunas de estas estructuras alcanzaron niveles alarmantes, mientras que otras se encuentran “muy cerca de la línea roja”. Situación que ya parece estar “pasando la línea roja” cuando se informa que sólo se suministrará agua a la isla de Margarita cada veintiún días y se endurecen los racionamientos en gran parte del estado Falcón, Zulia, Lara, Vargas, Sucre, Miranda y parte del Área Metropolitana de Caracas.

Para ambos ministros, el “culpable” de esta situación es El Niño, este fenómeno meteorológico que se une al enjambre de circunstancias negativas que se han precipitado sobre el país.

Ante este oscuro y seco panorama, la campaña y su lema suenan importantes y urgentes, pero me queda la duda ¿Cómo se toma en serio un fenómeno meteorológico complejo y aparentemente fuera de nuestro control según las autoridades venezolanas?

Hasta ahora el gobierno no nos dice exactamente cómo responder a esa pregunta. Por mi parte sospecho que si las autoridades se hubiesen tomado en serio esta situación muchas cosas incluyendo a El Niño no estuviésemos en estas penosas circunstancias esperando el apagón final o una situación como la descrita por García Márquez en su extraordinario cuento “Caracas sin agua”.

Así que como un aporte al proceso de “enseriamiento” propongo cinco ideas elementales para ser presentadas a ministros y funcionarios que se estrenen en cargos relacionados con temas del agua y la electricidad en Venezuela.

1. Infórmese. Resulta importante entender los aspectos básicos relacionados con el fenómeno de El Niño. Esto le evitará confundirlo con el cambio climático, las sequías meteorológicas y otros fenómenos, mezclando la gimnasia con la magnesia y oscureciendo su gestión con un velo de ignorancia. Tenga en cuenta que cada uno de estos fenómenos tiene causas, procesos y consecuencias diferentes, aunque en algunos casos pueden ser convergentes.

Actualmente los científicos piensan que el calentamiento global pudiera impulsar un aumento de la severidad de los efectos de El Niño, pero ambos  son fenómenos distintos.

Si no tiene mucha experiencia, ni  tiempo para aprender los aspectos científicos de esta “anomalía climática”, antes de dar sus primeras declaraciones, le recomiendo ver el excelente vídeo realizado por la Organización Meteorológica Mundial. Le ahorrará unas cuantas burlas en Twitter y quizás lo ayude a tomar mejores decisiones.

2. Revise la historia. El Niño no es un fenómeno nuevo, ni raro. Según los especialistas, este fenómeno climático es parte de la variabilidad climática natural desde hace miles de años, presentándose en intervalos entre 2 a 7 años. Por otra parte, su duración e intensidad es variable. Los estudios dan cuenta de 24 eventos de Niño desde 1950 hasta la actualidad. De ellos, solo cuatro han sido considerados como muy intensos, incluyendo el actual.

Estos eventos han sido estudiados por científicos en todo el mundo, incluyendo nuestro país y han dejado importantes lecciones publicadas en documentos técnicos. Estos aprendizajes si hubiesen sido tomados en cuenta por los organismos públicos venezolanos, nos hubiesen ahorrado muchos problemas, dinero y en particular sufrimiento de la población. En todo caso, vuelva a revisar estos estudios, quién sabe si aún hay alguna idea que aún pueda ser tomada en cuenta en la actual situación.

3. Diseñe y ejecute un plan de gestión de riesgos. Los gobiernos responsables se preparan para la ocurrencia de fenómenos tales como terremotos, erupciones volcánicas, huracanes y otros eventos, la mayor parte de ellos totalmente impredecibles y fuera del control humano. Resulta mucho más fácil en el caso de El Niño, que es posible estimar con suficiente tiempo los momentos donde es más probable que ocurra, así como su nivel de intensidad.

Para ello consulte a los expertos y profesionales del área. En Venezuela los hay excelentes. Estos profesionales provienen de diferentes áreas de conocimiento y tienen diversos enfoques y opiniones políticas, pero casi todos, si son tratados con respeto y dignidad, le brindarán todas sus capacidades y experiencia, a veces más allá de sus obligaciones laborales.

El conocimiento y experiencia de estos profesionales le será muy útil para comprender y avanzar en las complejidades de un plan de gestión de riesgos con respecto a fenómenos como El Niño. En particular por que los mismos involucran la toma de decisiones complejas en muy distintas áreas, desde la medición del clima, hasta la construcción de embalses  y desde consideraciones científicas, hasta aspectos sociales.

Por otra parte, tome en cuenta que estos planes trascienden los ámbitos sectoriales y los períodos de gobierno, por ello, no los contamine con consideraciones políticas que bloqueen la capacidad de lograr consensos y actuar a largo plazo.

Un elemento central de estos planes, surge del hecho de que si usted quiere tener agua todo el año y todos los años, incluyendo los de Niño, debe producirla. El agua para los embalses no es producto solo de la lluvia como mucha gente cree. El agua de lluvia solo es aprovechable si es absorbida por los bosques en las cuencas de los ríos. Por ello, cuide como la niña de sus ojos a las cuencas y sus bosques y persiga a los delincuentes que las destruyen sólo para extraer un poco de riqueza fácil.

Por otra parte, su plan tiene que tener un financiamiento adecuado. Si las actividades previstas no cuentan con los recursos requeridos nunca serán implementadas y tendremos otra vez los problemas que actualmente vivimos. Pero por otra parte, la experiencia global ha demostrado que los costos de no hacer nada, superan por lejos a los de prepararse para los eventos adversos.

En nuestro momento político y económico actual, el dinero puede ser un problema importante. Pero si usted revisa los fondos disponibles en organismos multilaterales, puede conseguir más de lo que esperaba, e incluso encontrarse con la sorpresa de que ya existen fondos disponibles y no utilizados. Por supuesto, un manejo pulcro y transparente del dinero será una garantía de éxito para su gestión y para el futuro del país.

Finalmente asegúrese que el plan sea ejecutado de manera correcta y eficiente, no sirve para nada seguir llenando al país de obras inconclusas.

4. Eduque a la población. Toda gestión pública tendrá graves dificultades a la hora de ser implementada sin un respaldo y acompañamiento consciente y continuo de toda la ciudadanía Esto es más urgente cuando la acción implica restricciones al uso de bienes indispensables como el agua y la electricidad. Para ello será necesario que desarrolle programas dirigidos a informar, formar y motivar a la población para que participe de manera consciente y organizada en las tareas relacionadas con la gestión ambiental del país y en particular en el consumo responsable del agua y la electricidad.

Educar con éxito es mucho más que lanzar campañas promocionales con lemas ingeniosos. Por ello, desarrolle su trabajo formativo y comunicacional sobre la base de las mejores prácticas educativas y el mejor conocimiento existente sobre el aprendizaje humano.

Tome en cuenta las particularidades de cada uno de los grupos sociales a los cuales usted quiere dirigir un programa educativo o comunicacional. En especial tenga particular cuidado con las campañas dirigidas a lograr que la población restrinja su consumo de agua o electricidad, ya que será ofensivo, cuando no inhumano pedirle a una familia que ahorre agua si actualmente está sufriendo restricciones severas al acceso al agua potable.

5. Gestione la crisis. Si sus predecesores no hicieron nada de lo anterior y lo trajeron para que gestione un sector prioritario –agua o electricidad – en medio de una crisis enorme y feroz (es decir lo echaron a los leones). Y se encuentra sin planes, sin dinero y con instituciones desmanteladas, no busque culpables reales o imaginarios. En algún momento habrá que castigar a los verdaderos responsables de nuestras actuales miserias, pero ahora es el momento de actuar y muy rápido. Usted necesita un plan de gestión de crisis.

Para ello evalúe la situación con realismo e incluso con crudeza. De nada vale negar la crisis, ello solo empeorará las situaciones. Establezca los períodos y territorios críticos y defina acciones específicas para salvaguardar la población y mantener la economía de la Nación. Asimismo, es necesario que determine los sectores más vulnerables y atienda adecuadamente las situaciones de emergencia con medidas correctivas o paliativas mientras la misma persista.

Durante todo este proceso mantenga un proceso de comunicación claro y transparente con la población. Como recientemente declaró el Ingeniero José María de Viana: El pueblo es sabio y sabrá responder positivamente ante circunstancias difíciles si le hablan con claridad y pueden ver que se están haciendo verdaderos esfuerzos para solventar las situaciones de emergencia.

Igualmente, usted necesitará tomar decisiones para sectores específicos. Por ejemplo deberá determinar cómo se va a gestionar la situación de falta de agua o electricidad en sectores tales como la producción de alimentos, el turismo, la actividad educativa o los centros de salud, entre otros casos.

Del resto encomiéndese a Dios y ruegue por que las lluvias no tarden demasiado.

Esperemos que no sea tarde para comenzar a tomar en serio a El Niño.