Imagen tomada de elunivesal.com |
La biofilia es una hipótesis creada por el biólogo E.O. Wilson que afirma que los seres humanos tenemos una sentido profundo de conexión con la naturaleza y los seres vivos. De la misma se infiere que en ausencia de nuestro contexto natural los humanos sufrimos de diferentes trastornos tales como depresión, angustia, agresividad, sensación de vacío, entre otros.
Pero algunas personas, quién sabe por cuál perturbación, parecen sufrir de “ecofobia” un odio patológico a los seres vivos y a los ambientes naturales.
Aunque la enfermedad no es para nada nueva, parece estar ocurriendo un nuevo rebrote, o epidemia, quién sabe, que está afectando a los dirigentes políticos venezolanos, en particular entre los que tienen competencia en las áreas de desarrollo de infraestructura vial a nivel del ejecutivo nacional y municipal.
Estos personajes, con la excusa de mejorar la circulación vial, actualmente se dedican a proyectos de “mejoramiento de nuestra infraestructura vial” el cual significa casi siempre reemplazar zonas verdes por cemento y pavimento.
Supuestamente todos debemos agradecer y apoyar su trabajo que nos “beneficiará” al hacer nuestros traslados más rápidos y cómodos. Nadie de ellos habla de los costos ambientales, sicológicos y sociales de tener ciudades cada vez más grises y menos verdes, sin contar el hecho comprobable de que estos proyectos solo trasladarán los problemas de tránsito unos metros más allá de la supuesta “mejora”.
Pero estos proyectos no solo ponen en peligro la precaria salud ambiental de nuestras ciudades, sino que tienen relaciones con temas de seguridad ciudadana, conectividad y sustentabilidad urbana.
Ya anteriormente hemos reseñado noticias al respecto de esta epidemia, pero al igual que la chikungunya, esta parece que llegó para quedarse, por eso para seguir recopilando las informaciones que van apareciendo en los medios de comunicación y contrastando puntos de vista, aquí les coloco nuevos aportes a esta discusión según han aparecido recientemente en los medios de comunicación.
En primer lugar comencemos con una muy breve nota, aparecida en algunos pocos medios hace unos días:
Tala de 700 árboles generó protesta en la parroquia San Pedro
Los vecinos recomiendan transplantarlos para conservarlos
EL UNIVERSAL domingo 10 de mayo de 2015 12:00 AM
La mañana del sábado un grupo de vecinos de las parroquias San Pedro, Candelaria, y Santa Rosalía protestaron en los alrededores de la autopista El Valle - Coche, luego de que el Ejecutivo anunciara la tala de 700 árboles por los trabajos de ampliación vial en esta arteria vial.
"Entre Santa Mónica y Los Próceres derribaron 700 árboles en vez de transplantarlos. Hay que condenar a la persona que tala un árbol en Caracas", indicó Rafael Araujo, manifestante que tradicionalmente protesta con un papagayo en mano.
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Pero ¿cuáles son las consecuencias de esas obras? Una primera respuesta la presenta la periodista Sabrina Martín en un artículo que publica en el portal internacional panampost.com en el cual analiza los impactos de estas obras, no solo desde el punto de vista ambiental, sino en el de la seguridad ciudadana.
Advierten sobre potencial desastre con obras viales en Venezuela
Falta de estudios previos, de cumplimiento de normas y violaciones a las regulaciones ambientales son algunas de las denuncias contra el Ministerio de Transporte
SABRINA MARTÍN 12 MAYO, 2015 A LAS 08:50
El pasado 8 de marzo el Gobierno de Venezuela a través del Ministerio para el Transporte Terrestre y Obras Públicas (Mttop) inició la ampliación de la Autopista Valle- Coche en Caracas, esto como parte de los planes de soluciones viales que impulsa el Ejecutivo Nacional; a PanAm Post llegó la denuncia de que el ministerio que impulsa esta obra no cuenta con el estudio de tránsito y de impacto ambiental como requisitos obligatorios para haber iniciado el proyecto; además el Ministerio de Ecosocialismo y Agua está al tanto de lo que sucede y “no hace nada”.
Una fuente de uno de los ministerios involucrados que prefirió mantenerse en anonimato, consciente de las graves consecuencias que causará este proyecto “mal ejecutado”, denunció a PanAm Post que el Gobierno venezolano implementa obras de ingeniería sin realizar estudios previos y su impacto; informó que el ministro de Transporte, Haiman El Troudi prefiere realizar obras por cantidad y rapidez que por calidad.
Explicó que esta ampliación interviene en el cauce del río Valle, lo cual en cualquier momento causará un inminente desbordamiento del mismo sobre la autopista y afectará a miles de ciudadanos que transiten por la zona. Denunció la manera en cómo fueron cortados los taludes del río, asegura que se hicieron incorrectamente de forma vertical, y “eso lo que indica es que con cualquier lluvia se podría derrumbar”.
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También podemos preguntarnos ¿Cuál es trasfondo de esta situación? El periodista y activista de la sostenibilidad urbana José “Cheo” Carvajal nos lanza un grito de indignación y alerta sobre la situación que viene ocurriendo en Caracas, en un artículo de opinión aparecido en el portal de noticias de Globovision:
Un elefante en una cristalería
Por José Carvajal / @caracasapie
Todo comenzó con un trino de @CeliaHerrera el 21 de mayo. Ella es ingeniero civil, directora y profesora de la Escuela de Ingeniería Civil de la UCV, con quien tanto he compartido reflexiones sobre la movilidad caraqueña. “Destruida ciclorruta Los Chaguaramos – Benesco Bello Monte. Obras ampliación autopista se llevaron por los cachos un buen tramo”. No incluía fotos y pensé: imposible, esta ciclovía tiene muy poco tiempo de construida. Busqué “ciclovía UBV – Sabana Grande”, a ver si alguien había publicado alguna foto. La que encontré era de un grupo de ciclistas de Conatel que celebraban después de hacer una jornada de limpieza en la susodicha.
Pero, en efecto, el Ministerio del Poder Popular para el Transporte Terrestre y otros etcéteras, está abriendo boquetes para meter pilastras. En una ciudad como Caracas, tan fragmentada y limitada por sus autopistas, es difícil entender desde el andar, la manera como se tejen físicamente estos anacronismos monstruosos. Difícil imaginar que justo frente a la Universidad Bolicariana pueda aparecer más autopista porque justo allí se eleva por encima del río Valle en doblete. Pero algunos ingenieros se la ingenian cuando de mantener la carrocracia se trata. Les encanta desarrollar obra con mucho concreto y dinero de por medio.
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Por otra parte ¿cuáles han sido las respuestas de los responsables de esta situación de estos proyectos que parecen estar atentando contra la sostenibilidad de nuestras ciudades?
Por parte del Ministerio del Poder Popular del Transporte Terrestre, etc. etc. Ninguna. Para ellos no hay que responder, ni comentar, ni aclarar, sobre proyectos ecofóbicos, ciudades insustentables, ni legislación y competencias pisoteadas. Por otra parte, parece poco importarle la fama de ministro leñador que en las redes sociales se ha ganado el señor Haiman El Troudi.
Ahora bien ¿y el ministerio que supuestamente debería competerle la protección ambiental, incluyendo orientar a otros sectores sobre la normativa y políticas ambientales del país? Es decir ¿Qué tiene que decir al respecto el flamante nuevo Ministerio de Ecosocialismo y Aguas? Bueno bastante poco. Recientemente luego de haberle zumbado mucho los oídos el ministro Guillermo Barreto salió de su mutismo habitual con respecto a los grandes problemas ambientales del país para hacer una declaración que fue recogida por el diario 2001.
Tras denuncias de ecocidio en Caracas
Barreto: "No hay ecocidio, plantaremos árboles nuevos como acción legítima"
Lucy María Rivas/@Lucymariarivas
El Ministro del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas Guillermo Barreto explicó que “no hay ecocidio, lo que hay es una labor que va acompañada con el trasplante de árboles y plantar nuevos, es una acción legitima”.
Estas declaraciones las ofreció tras las denuncias recibidas a su despachos sobre el presunto acto de ecocidio que se estará cometiendo en el desarrollo de la Misión Árbol.
Detalló que, la cartera que representa tiene como objetivo plantar ocho arboles por cada uno que se va a extraer, esta realidad está enmarcada en el avance de las obras para hacer más fluidas las vías.
Cabe destacar que Barreto acompaña las labores de el Ministerio de Transporte y Obras Públicas entre estas la avenida Francisco Fajardo.
2015-04-22
(Artículo copiado textualmente, pero las negritas son mías)
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Las escuetas declaraciones del ministro parten de una premisa “no hay ecocidio”. Claro, el término ecocidio no tiene valor legal en Venezuela, por lo que determinar la existencia de un ecocidio depende del cristal con que se mire, y en este caso conocemos claramente el color.
La segunda parte de su escueta declaración, es que se van trasplantar los árboles y a plantar nuevos. Haberlo dicho con tiempo: que se tiene la tecnología para revivir y trasplantar árboles derribados y devastados. Y apartando cualquier ironía posible, me pregunto ¿No era una acción que debió preverse e informarse previo al inicio de las obras? ¿No debería haber formado parte desde el principio de las medidas compensatorias definidas por el Estudio de Impacto Ambiental correspondiente y no quedar ahora como una excusa inventada a última hora para tapar el error y los delitos ambientales cometidos?
Finalmente el ministro-biólogo define la acción como una “acción legítima”.
Listo, la conservación de nuestro patrimonio natural y cultural urbano ha quedado a la total discrecionalidad del funcionario de turno, el cual pude decidir sin necesidad de argumentos científicos ni legales que la destrucción es “legítima”.
La ecofobia finalmente ha sido "legitimada" por el Ministerio de "Ecosocialismo". Finalmente entendí: El mismo gringo con diferente cachimbo.
P.S. Que suerte para los alcaldes del municipio Baruta (Estado Miranda) Iribarren y Palavecino (Estado Lara) entre otros, que el tema de las “mejoras viales” en las autopistas de Caracas, han eclipsado los daños que sus propias obras, con las mismas excusas, están generando en sus respectivos municipios. Pero bueno, frente al billete, el árbol queda solo como un obstáculo frente al tractor.