jueves, 10 de diciembre de 2015

Venezuela: El juego de las adivinanzas del cambio climático





Quizás ha sido una obsesión vana de mi parte, pero he buscado entender la posición de Venezuela ante la reunión de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas (COP21) que actualmente está ocurriendo en París. Pero entre más lo intento menos claro lo tengo.

Al final me recuerda a los  juegos de adivinanzas donde la clave de la respuesta parece estar siempre presente, pero a veces es muy difícil de captar y en muchas ocasiones queda la sensación de que hay "gato encerrado".

Para no perderme demasiado, me concentré en intentar desentrañar los argumentos usados por la delegación venezolana en la COP21 con respecto a las razones para no haber entregado el documento de Contribución Nacional a la mitigación de este fenómeno.

Pero que son las Contribuciones Nacionales
Confieso que no había oído hablar de las Contribuciones Nacionales hasta el pasado mes de agosto, cuando me llegó un artículo escrito por el amigo y periodista uruguayo Hernán Sorhuet y publicado en el diario El País de Montevideo.

Al investigar un poco, encontré que los mismos son planes nacionales de reducción de la emisión de gases de efecto invernadero. En el lenguaje de la diplomacia internacional su nombre oficial es “Contribuciones Previstas y Determinadas a Nivel Nacional” (iNDCs, por sus siglas en inglés) Las mismas nacen de un compromiso de la comunidad internacional aprobado en la convención de las partes del año 2013 (COP19) y se espera que contribuyan con el objetivo de no exceder el aumento los 2° Centígrados de temperatura del planeta con respecto a la época preindustrial.

Algunos aspectos son resaltantes en estos documentos:

Son voluntarios.  Se derivan de una decisión que no es jurídicamente vinculante. Es decir, no existe sanción alguna para el que no la realice o presente. Pero a la vez, son un compromiso ético frente a la comunidad internacional. Esto debido a que no pareciera ser moralmente aceptable exigir a otras naciones realizar acción alguna con respecto al cambio climático (por culpable que sea) si el demandante no está dispuesto a asumir su parte en las mismas según sus capacidades y posibilidades.

No hay reglas estrictas de cómo deben elaborarse, ni que deben incluir. Solo se realizaron una serie de recomendaciones que no son obligatorias. Cada país puede desarrollarlo como lo considere conveniente  según sus circunstancias, capacidades, necesidades y políticas nacionales.

El país que los desarrolla es el primer beneficiario. Aunque están pensados para contribuir con el logro de los objetivos de mitigación del cambio climático, en muchos casos beneficiará también a los países que los ejecuten. Ello porque algunas de las medidas posibles, tales como disminuir las tasas de deforestación o controlar el uso de combustibles fósiles en el transporte, tendrán efectos beneficiosos sobre las condiciones ambientales y la calidad de vida de la población local.

Servirán para captar fondos internacionales para proyectos específicos. El financiamiento de proyectos de mitigación y adaptación requerirán de realizar inversiones, en algunos casos importantes. Los países que no posean estos recursos podrán recurrir a algunos de los fondos o programas de cooperación que se están desarrollando. Este dinero solo estará disponible para programas bien concebidos de tal manera que garanticen la efectividad de la inversión, por ello la elaboración de estos planes son pasos que facilitarán el acceso hacia esos fondos.

No son la solución final al tema del aumento de la temperatura global. La mayor parte de los organismos internacionales en materia de cambio climático tienen claro que, si estos planes llegasen a ser cumplidos de manera estricta solo lograrán un efecto parcial en la meta de los los 2° Centígrados. Se necesitarán de esfuezos mucha mayores que deberán ser asumidos por los países que son causantes de la mayor parte del cambio climático, pero que los mismos representan una señal importante de compromiso global por la lucha contra el cambio climático.

La ruta de las INDCs a París
A medida que se acercaba la fecha de inicio de la COP21, los medios de comunicación internacional comenzaron a difundir información sobre los procesos nacionales de consulta para el desarrollo de las contribuciones nacionales.

 En muchos países se realizaron discusiones públicas y procesos participativos con los actores sociales de cada una de estas naciones. Asimismo, aumentó la presión pública en el caso de estos procesos estuvieran atrasados o no hubiesen comenzado.

Por su parte, con respecto al gobierno de Venezuela el mutismo fue total. Nadie parecía saber si se iba a entregar o al menos si se estaba trabajando en la elaboración del documento.

En los días previos al inicio de la COP la página Web del Fondo de las Naciones Unidas para el Cambio Climático comenzó a mostrar el proceso de presentación de los documentos, facilitando de esta manera el acceso y revisión de  los mismos.

Hasta el día 5 de diciembre, habían sido presentados 158 compromisos en representación de 184 países (la Unión Europea presentó un solo documento en representación de sus 28 Estados miembros) Eso dejaba un pequeño grupo de 11 países que no habían hecho entrega del mismo, al menos hasta esa fecha.

Un club muy exclusivo
La pregunta que me surgió en ese momento fue cuáles razones tuvieron estos países para no cumplir con este compromiso. Para responder a la misma busqué y resumí la información disponible  a ese respecto (una tabla resumen puede ser revisada marcando aquí)

Una rápida revisión de la información recopilada, muestra que de estos once países, tres de los mismos están en guerra o han sufrido conflictos recientes. Otro de ellos padeció recientemente un sismo con consecuencias muy graves para su población. Dos son países pequeños que presentan situaciones políticas y sociales muy complejas. Es claro que las naciones incluidas en este primer grupo tienen razones más que justificadas para tener dificultades para seguir la agenda ambiental internacional.

Por su parte, en el caso de la nación centro-asiática Uzbekistán, no pude encontrar información sobre las razones para que no haya entregado su compromiso.

Luego de separar a las anteriores, nos quedan cuatro países: Corea del Norte, Nicaragua, Panamá y Venezuela.

El primero de ellos, es un país aislado que no parece tener interés en estos temas más allá de lograr financiamiento para algunos proyectos en las áreas agrícolas y energéticas

El resto son países latinoamericanos: Nicaragua, Panamá y Venezuela.

En el caso de Panamá, han manifestado que están preparando su documento y que lo presentarán en el 2016.

Por su parte Nicaragua, ha manifestado su rechazo total a este mecanismo indicando que es ineficiente para el logro de los objetivos previstos y está sesgado hacia los intereses de las grandes potencias contaminantes como China,  Estados Unidos y la Unión Europea.

Finalmente queda el caso Venezuela. 

Como ya comentamos, previo a la reunión de París no hubo ninguna información sobre si se estuviese realizando o si se iba a entregar. Posteriormente, al inicio de la Cumbre de París, el ministro Guillermo Barreto declaró que las mismas eran contrarias al espíritu de la Convención Marco de las Naciones Unidas con Marco Climático con respecto a las “responsabilidades compartidas pero diferenciadas”. Asimismo coincidió con las razones dadas por Nicaragua.

A medida que avanzaba las discusiones en París,  Venezuela recalcó su posición de crítica radical a las propuestas provenientes de países como los EEUU y la Unión Europea. Posición que le llevó a que fuera acusado de obstruir el logro de un acuerdo y a que le fuera concedido el “premio” de "Fósil del Día" por parte de la organización "Climate Action Network" debido a su insistencia en oponerse a que el documento de acuerdo incluyera la palabra en inglés “decarbonization” (proceso de disminución del uso de combustibles fósiles)

Pero en ninguna de las declaraciones que salieron a la prensa se suministró información sobre las razones porque no había entregado su documento.

Ya en los últimos días del evento, el ministro Barreto en rueda de prensa afirmó que Venezuela si había realizado el documento (aunque en otra parte de su declaración indicó que estaban trabajando en el mismo) pero que no iba a ser entregado hasta tanto no se supiera que incluiría el texto final del acuerdo de París (sus palabras exactas, en inglés, pueden oírla en este enlace)

Asimismo, recalcó que el plan era ambicioso e incluía aspectos de mitigación y adaptación, así como una Estrategia de lucha contra el cambio climático. Igualmente, aseguró que Venezuela estaba avanzando en programas tales como protección de áreas naturales, así como programas de reforestación y relacionadas con transporte.

Una nube de preguntas
Ya se acaba la COP21 y los ciudadanos venezolanos solo nos quedaron un sin número de preguntas sin resolver sobre el urgente tema de las acciones que el país tiene que implementar para enfrentar los retos que nos impondrá el cambio climático.

Aquí dejo algunas de ellas: 

  • ¿El Ejecutivo Nacional y los órganos competentes en materia de cambio climático tienen algún Plan o siguen algún lineamiento que defina, articule o promueva el desarrollo de planes de gestión en relación con este fenómeno? o como fue denunciado recientemente, están improvisando sobre este muy importante tema. Uno se siente estimulado a creer que esa crítica tiene fundamento, cuando se oye decir al ministro Barreto, en la rueda de prensa antes mencionada, que una Ley del 2012 obliga al país a desarrollar planes de mitigación y adaptación, así como una Estrategia Nacional de Cambio Climático. La única norma ambiental establecida en el 2012 fue la Ley Penal del Ambiente, la cual no incluye ese tema en su articulado. En caso de haberse referido a la Ley Orgánica del Ambiente del 2007, pudiera estar aludiendo al Plan Nacional del Ambiente, pero en esa sección de esa norma tampoco está incluido. Por otra parte, pudo quizás referirse al llamano "Plan de la Patria" (un programa electoral convertido en ley) que incluye estos elementos en su contenido, pero en cualquier caso ese mandato tiene tres años de retraso. Al menos no tanto tiempo como el desarrollo de la 2da Comunicación Nacional de Cambio Climático con largos años paralizada y ahora prometida para el 2017. Por otra parte, recientemente el Parlamento Nacional comenzó a estudiar la posibilidad de redactar una ley de cambio climático. Pero más allá del tema legal, no parecen existir más que algunas acciones aisladas que pretenden ser parte de una labor gubernamental dirigida a la mitigación y adaptación al cambio climático. Finalmente, el secretismo y la opacidad característicos del Ministerio, ahora  de Ecosocialismo y Aguas, no ayudan para nada en cambiar la opinión de que se trabaja con el lineamiento de "como vaya viniendo vamos viendo".
  • Si el gobierno de Venezuela está realizando un documento de planificación que establece las medidas de mitigación y adaptación que implementará Venezuela en el futuro cercano ¿Por qué no se ha hecho público este documento? ¿O es secreto de Estado?
  • ¿Por qué en la supuesta elaboración del mismo no ha solicitado la participación de la mayoría de los expertos venezolanos en cambio climático, ni de las organizaciones de la sociedad civil, ni mucho menos de los ciudadanos del país? Esto último a pesar de que en la declaración de prensa antes mencionada, la Embajadora Claudia Salerno expresó que uno de los principios básicos de la actuación de Venezuela en el tema del cambio climático era contar con la sociedad civil y la gente.
  • ¿Cuáles son estos programas ambiciosos a los cuáles se refiere el ministro Barreto? Quizás se refiera al estado deplorable en que se encuentran muchas de las áreas naturales protegidas del país, a tener una de las tasas de deforestación más altas de Latinoamérica, al subsidio al uso de combustibles que inhibe todo plan de limitación de su consumo o al pésimo manejo de los desechos sólidos, entre otros temas. O  se referirá a programas como los que fueron presentados en un evento reciente incluyendo una Feria de “Conuqueros” realizada en Caracas y una experiencia de ciclismo urbano en Valencia. Ninguno de ellos parece realmente “ambicioso”.
  • ¿Qué elementos se tomarán en cuenta para decidir si se entrega o no nuestro documento de Contribuciones Nacionales luego de finalizada la COP? En particular ¿qué cambiará luego de la reunión, más allá de la escena política internacional, con relación al avance de los problemas generados por el cambio climático sobre Venezuela?
  • ¿Con qué recursos se financiarán estos programas? ¿Con el deficitario presupuesto del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas? ¿Se tendrán acceso a fondos de cooperación internacional o se seguirá endeudando y confiscando el futuro de la nación y su gente?
  • ¿Quiénes participarán en la implementación de estos programas? Quizás “el pueblo” como concepto abstracto, para referirse en la práctica a algunas pocas comunidades seleccionadas por razones político-partidistas, mientras se excluye a la mayoría de los actores sociales, y desde esta manera contrariar la retórica presentada en los foros internacionales de trabajar junto a la sociedad civil. O quizás sea el llevar a las comunidades las soluciones inventadas en secreto desde oficinas de ministerios en una clara imposición arriba-abajo.
  • ¿Qué nos quedará de la reunión de París además de más aislamiento internacional?
  • Me queda rondando una última pregunta ¿Por qué países “con pensamiento político afín" a Venezuela, como Bolivia, Ecuador o incluso Cuba, entregaron sus contribuciones nacionales? ¿Qué oportunidades vieron en estos documentos los dirigentes de estos países que no vieron los nuestros o viceversa? ¿Es solo un tema de matices ideológicos o detrás de estas decisiones hay consideraciones más cercanas y directas que la de defender posiciones principistas y hacer declaraciones rimbombantes para la platea global?

Muchas preguntas, muy pocas respuestas.

Ya no queremos seguir jugando a las adivinanzas con gatos encerrados, ni hay tiempo para seguir improvisando en este tema. Necesitamos de verdaderas políticas nacionales efectivas, sistemáticas, articuladas, sostenidas en el tiempo, bien financiadas y en particular que sean reflejo de un amplio consenso nacional de lucha por nuestro derecho a un futuro mejor.

Por eso, junto a la tarea de sobrevivir a nuestras crisis cotidianas, será importante no perder el horizonte de los grandes retos y temas globales. Ellos serán la el faro y el mapa para sacar al país del actual atolladero y dejar a nuestros hijos un país que merezca ser vivido y disfrutado.

Además el cambio climático ya está aquí y no está esperando a que resolvamos nuestros problemas políticos coyunturales.

La mesa está servida para la nueva Asamblea Nacional.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Qué sabes del cambio climático? París 2015 y los culpables convenientes


Imagen tomada de prodavinci.com


El siguiente artículo escrito en conjunto con Alejandro Luy, fue publicado el pasado 30 de noviembre en el portal prodavinci.com A cuyos editores agradecemos profundamente la posibilidad de haber publicado en ese muy prestigioso espacio.



Qué sabes del cambio climático? París 2015 y los culpables convenientes

En los primeros meses del año 2010, los venezolanos comenzamos a oír con insistencia en los medios de comunicación sobre “el cambio climático”. Eran tiempos de racionamiento eléctrico y los apagones continuos competían por titulares junto con los metros que faltaban para llegar a la cota mínima operativa del embalse del Guri. No llegamos a esa condición crítica porque, afortunadamente, las lluvias llegaron a nuestro rescate.

¿Pero quién era el culpable de esa situación? Se señaló a varios, pero el principal siempre fue “el cambio climático”.

El tema había sido ya lanzado el año anterior a la palestra pública nacional, cuando el entonces presidente Hugo Chávez, en un incendiario discurso realizado en una reunión mundial sobre cambio climático, acusó a los países capitalistas de estar destruyendo el planeta.

Desde aquella época ese fenómeno global ha sido utilizado por el gobierno nacional para explicar sequías y períodos de lluvias extremas, inundaciones, tormentas y otros fenómenos meteorológicos, más o menos imprevistos, convirtiendo al cambio climático en el culpable habitual de todos los males, especialmente de aquellos que derivan de una gestión gubernamental inadecuada y turbia.

En simultáneo, han aumentado las informaciones y alertas que desde distintas organizaciones, instituciones científicas y personalidades notorias en todo el mundo se hacen sobre la necesidad de actuar para frenar las causas y consecuencias de este fenómeno global.

Durante estos días, concretamente desde el 30 de noviembre y hasta el 11 de diciembre, se lleva a cabo en París una nueva reunión sobre el cambio climático. Los medios de comunicación hablan de su importancia y dicen que de ahí deben surgir decisiones que tendrán consecuencias sobre el futuro de la humanidad y el planeta.

Pero dentro de este confuso panorama, ¿qué necesitamos saber los venezolanos sobre estos temas?

1. ¿Qué es el cambio climático? Se entiende por cambio climático a la variación continua y sostenida de los patrones de clima a lo largo de períodos de tiempo prolongados. Esto ha ocurrido anteriormente en la historia de la Tierra. La diferencia en la situación actual es que está sucediendo muy rápido y que la causa del mismo es principalmente la actividad humana, en particular por el uso extensivo de combustibles fósiles, Es decir: petróleo y carbón.

2. ¿Qué tienen que ver los combustibles fósiles con el cambio climático? Cuando se utilizan derivados del petróleo o del carbón para la generación de energía o transporte se liberan gases como el dióxido de carbono (CO2) que se acumulan en la atmósfera. Esos gases tienen la propiedad de retener el calor que se emite desde la superficie del planeta y eso produce un calentamiento progresivo de toda la Tierra. Otros gases como el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O) también contribuyen con el calentamiento de la atmósfera. Y este calentamiento es el generador del cambio climático.

3. ¿Qué otras actividades humanas contribuyen con el cambio climático? La deforestación, el mal manejo de los residuos y los incendios forestales, entre otras.

4. ¿Los científicos están seguros de que el cambio climático es producido por las personas? En ciencia no existe la certeza absoluta. Mucho menos en temas complejos como el cambio climático. Pero en este caso, el 95% de los científicos que trabajan en el tema de cambio climático consideran que esa es la explicación más probable para ese fenómeno. De la misma manera, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas lo considera “extremadamente posible” con un nivel de confianza del 95%.

5. ¿Cuáles serán las consecuencias del cambio climático? Los científicos estiman que pueden producirse cambios en los patrones de lluvia y eso generaría escasez de agua e inseguridad alimentaria. Asimismo se produciría un aumento de los fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, sequías y olas de calor. Por otra parte, se ocasionaría una disminución del hielo en los glaciares y se espera un progresivo aumento del nivel del mar generando inundaciones y destrucción de zonas costeras. Estos cambios afectarán a muchas especies y ecosistemas, facilitando la expansión de enfermedades infecciosas transmitidas por vectores. Es así como la salud humana sería afectada con el aumento de las temperaturas, la falta de agua y alimentos.

6. ¿Venezuela será afectada por algunas de estas consecuencias? Sí. Los científicos estiman que todas las situaciones anteriores, en mayor o menor grado, pueden afectar al territorio nacional y sus habitantes.

7. ¿Cuáles son los países que generan la mayor parte de las emisiones? China, Estados Unidos, la Unión Europea, India y Japón son responsables de más del 60% de las emisiones. Si el dato se calcula en emisión por habitante, son los ciudadanos de los Estados Unidos quienes más contribuyen en la generación de gases que generan el cambio climático.

8. ¿Y cuál es la contribución de Venezuela? No se tiene ninguna certeza al respecto ya que en el país no se realizan inventarios de la emisión de gases que contribuyen al calentamiento global desde 1996.

El gobierno nacional manifiesta que el país aporta el 0,48% de los gases causantes del cambio climático. En contraste, científicos como el Dr. Juan Carlos Sánchez estiman que la cifra es de 0,9%, siendo una de las más altas de América Latina, tanto por habitante como en relación con su producto interno bruto. Además, muy cercana a las cifras de países industrializados. Cosas propias de ser un país petrolero y derrochador de energía subsidiada.

Para la Red Latinoamericana de Acción Climática (CAN-LA), miembro de la red mundial Climate Action Network, es inconsistente que Venezuela pretenda “liderar el enfrentamiento a la crisis climática y paralelamente, incentivar el consumo de gasolina, diesel y gas a precios que ni siquiera cubren costos de producción”.

9. ¿Cómo se está preparando Venezuela para enfrentar al cambio climático? Es difícil de decir. Si nos guiamos por las políticas públicas, el gobierno nacional no se ha sentido en la obligación de informar a la población sobre si se está adelantando algo al respecto. Mucho menos de promover la participación de las instituciones venezolanas, los científicos o el resto de la ciudanía en la discusión y ejecución de estas políticas. 

Hay que acotar que cada uno de los países participantes en la reunión de París 2015 se comprometieron a presentar un plan de acción climática como contribución a los acuerdos que se alcancen allí. Hasta el momento en que se inició la Cumbre, estas contribuciones han sido presentadas por 184 naciones.
Venezuela, por su parte, no lo ha hecho. 

Tampoco hay ninguna información oficial disponible sobre si el gobierno está desarrollando alguna acción para proteger a la población contra las consecuencias del cambio climático.

Venezuela, como país firmante de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, está en la obligación de preparar y presentar periódicamente unos informes que se conocen como Comunicaciones Nacionales. Allí se deben registrar los inventarios de emisiones de gases, las consideraciones sobre las medidas que se han adoptado y los planes que se ejecutarán para aplicar la Convención. Y Venezuela sólo ha elaborado un informe, que fue publicado en el 2005, en contraste con otras naciones latinoamericanas que en su mayoría han publicado entre tres y cinco informes.

En agosto de 2015, en una entrevista a Alba Marina Gutiérrez, el Dr. Pedro Borges (miembro de la Delegación de Venezuela ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático) declaró que “en dos años tendremos la Segunda Comunicación”, refiriéndose a la Comunicación Nacional de Cambio Climático. Así que debemos esperar hasta el 2017 por la información base necesaria para saber cómo se prepara el país frente al cambio climático.

10. ¿Qué se va discutir en la reunión de París? Esta ciudad será la sede la 21° Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21). Allí se espera alcanzar un acuerdo global dirigido a reducir las emisiones de gases y evitar un incremento de la temperatura global, algo que puede ser desastroso para la vida humana y la naturaleza. Mientras tanto la delegación de Venezuela no irá a París en la búsqueda de alcanzar un acuerdo eficaz, justo y viable, sino a luchar contra el capitalismo global.

Abundan las dudas sobre la posición de Venezuela ante esta situación global y sobre su responsabilidad a la hora de actuar para proteger al país frente a los efectos de este fenómeno. Pero tenemos algunas certezas: por una parte, ni el cambio climático ni las iguanas son la causa actual de los continuos problemas en el suministro de agua y electricidad en nuestro país; por otra, si nuestro país y su gobierno no asumen los retos del cambio climático con responsabilidad y sensatez, tendremos un futuro nada conveniente ni para nosotros ni para nuestros hijos.


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