jueves, 20 de diciembre de 2018

Resultados de la COP24: Pocos logros globales y muchas dudas venezolanas


Riesgo Climático por país Tomado de: forajidosdelanetwar.wordpress.com


Comparto el enlace a la nota de prensa publicado por la oficina de prensa del Secretariado de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCC por sus siglas en inglés) titulada "Se abre una nueva era para la acción mundial sobre el clima bajo el Acuerdo de París" mediante la cual resumen el principal acuerdo alcanzado por los países parte de la UNFCC en la recién finalizada región de las Partes 24 (COP24) realizada en Katowice Polonia.

En esta reunión cumbre representantes de 197 países, luego de muy largas y difíciles negociaciones, lograron aprobar un documento denominado "libro de reglas" que define los procedimientos y mecanismos de comunicación y transparencia necesarios para poner en práctica los objetivos establecidos por el Acuerdo de París.

Este documento establece las reglas para que los países informen sobre los avances nacionales en el logro de los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático que se comprometieron a alcanzar durante la COP19 en París, a través de los documentos conocidos como contribuciones determinadas nacionales (NDC) Asimismo define directrices de transparencia para estas comunicaciones, establece nuevos objetivos de financiamiento, así como de transferencia de tecnología entre los países.

El documento final sólo incluye una referencia al informe científico del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en el cual se exhorta a los países a realizar cambios “urgentes y sin precedentes” para limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 grados.

Toda la negociación para llegar a este acuerdo estuvo​ lastrada por los intentos de diversos países, principalmente productores de petróleo y de carbón por imponer una renegociación de los objetivos planteados en el Acuerdo de París y de desconocer los resultados del último informe del IPCC. Ni siquiera el cuestionamiento moral a los negociadores presentes por parte de una niña de quince años logró faciilitar las negociaciones y generar los cambios ambiciosos que exige el informe del IPCC.


¿Y Venezuela?

En el caso de Venezuela la delegación del país funcionó, como de costumbre, a partir de las políticas de Estado de opacidad informativa y uso del cambio climático únicamente como discurso de confrontación política internacional (ahora este últimamente muy desinflado por la pérdida del "encanto" que se vio envuelto el país de ser un "adalid" de la sociedad civil en estas cumbres)

Debido a ello, prácticamente no se divulgó ninguna información sobre la composición de la delegación, ni su posición, más allá de escasas declaraciones emitidas por el ministro de Ecosocialismo en su cuenta de Twitter. Declaraciones estrictamente políticas y que no dieron cuenta de ningún esfuerzo del país por establecer acuerdos y alianzas que permitan alcanzar al país sus objetivos de país en materia de cambio climático.​ Mucho menos, estas personas parecen recordar que fue la delegación venezolana la que abogó para que se incluyera en el preámbulo del Acuerdo de París​ la directa alusión a la relación entre el cambio climático y los derechos humanos y la obligación de las Partes a respetarlos.

Tampoco parece que es preocupación gubernamental el hecho de que el país es cada vez más vulnerable a los efectos negativos del cambio climático (ver la imagen arriba) y que este fenómeno ya comienza a incidir sobre la emergencia humanitaria compleja que está ocurriendo en nuestro país.

Será necesario seguir avanzando en la construcción de capacidades nacionales que permitan asumir las complejas decisiones y acciones referidas al cambio climático en el contexto de una futura transición política nacional.

Por último, deseo a todos los lectores de este Blog a tener la mejor de todas las navidades posibles dentro de nuestro difícil contexto.

sábado, 15 de diciembre de 2018

Noticias de Katowice y su reflejo sobre Venezuela





Recientemente fue publicado en El País de España el artículo "¿Por qué un informe científico puede hacer fracasar la cumbre contra el cambio climático?" escrito por Manuel Planelles.

El mismo nos alerta como los intereses de países como Arabia Saudita y los Estados Unidos pueden no sólo hacer fracasar la COP24 que actualmente se está realizando en Katowice, Polonia, sino incluso hacer perder mucho del esfuerzo logrado con el Acuerdo de París durante la COP21 en el 2015.

En este caso el ataque es aún más peligroso, porque no sólo va dirigido a complicar las negociaciones, sino a poner en duda a toda la base científica del cambio climática resumida en el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático por sus siglas en inglés) 

Si estos países tienen éxito en su trabajo de descalificación de la ciencia detrás de los acuerdos climáticos, se verá en peligro toda posible gobernanza que pueda permitir avanzar hacia un mundo en el que podamos superar los retos que nos plantea este fenómeno global.

¿Y a los venezolanos deberían importarnos estas situaciones?

Venezuela es un país muy vulnerable a los efectos negativos derivados del cambio climático. 

Las predicciones existentes sobre este fenómeno basadas en modelos cuantitativos climáticos predicen una disminución de la cantidad de agua caída por precipitación, lo que llevará a aumentar aún más la crisis hídrica existente en el país. 

Igualmente, de forma aparentemente contradictoria, se espera un incremento de fenómenos como tormentas, inundaciones, deslaves y derrumbes catastróficos. 

Otros fenómenos posibles pueden ser la expansión de enfermedades transmitidas por insectos tales como malaria, dengue, zika y otros, a lugares que previamente nunca existieron previamente, así como a la inundación de costas bajas por el aumento del nivel del mar. 

Parece que sí, debería importarnos.

También estos temas deberían ser de nuestra incumbencia debido a que, un dramático reflejo de las políticas de la gestión de Donald Trump contra la ciencia, el gobierno de Venezuela ha venido realizando una campaña de destrucción de la ciencia y las universidades venezolanas, haciendo cada vez más difíciles que los venezolanos podamos tener información científica sobre los efectos del cambio climático en el país, al igual que en la capacidad de nuestro país para formar personal en todas las áreas del saber necesarias para afrontar los retos derivados de este fenómeno.


¿Y el gobierno venezolano está actuando para cumplir con su obligación de protegernos como ciudadanos de estos efectos?

Según el ministro de ecosocialismo "Venezuela está a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático", pero ya el gobierno acumula 9 años de retraso en la implementación de la Ley Gestión Integral de Riesgos Socionaturales y Tecnológicos del 2009, que establece la realización de un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climática. Aún más a pocos meses de finalizar la vigencia del "Plan de la Patria" no se han cumplido ninguno de los objetivos presentes en ese instrumento relacionados con este fenómeno.

Y esa actitud continúa sin cambios. Actualmente el ministro del Poder Popular para el Ecosocialismo, Heryck Rangel presente en la COP24 ha realizado una serie de declaraciones, todas ellas de índole política, sin ninguna consideración de tipo técnico y mucho menos relacionadas con las políticas públicas venezolanas en materia de cambio climático. Aún más, recientemente el gobierno nacional anunció nuevas medidas de protección de los glaciares en el Parque Nacional Sierra Nevada referida a manejo de desechos sólidos y de restricciones al acceso a los mismos por parte de excursionistas sin mencionar para nada las advertencias de que Venezuela puede ser el primer país de la región que puede perder sus glaciares de montaña producto del cambio climático. 

Asimismo, ninguno de los funcionarios del gobierno hablan de los compromisos asumidos por el Estado venezolano con respecto a mitigación y adaptación al cambio climático. Ni mucho menos de los temas "Voldemore" para ese ministerio: deforestación derivada tanto de la minería ilegal, como "legal", así como la quema de gas derivado del petróleo ¿O eso no tiene nada que ver el cambio climático?.

Obviamente sin una respuesta social que nos lleve al cambio de las políticas actuales en este tema a Venezuela no es que le cayó coquito, sino hasta la plaga que no estaba en los textos bíblicos: El cambio climático.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Amazonas, inundada de olvido | Héctor Escandell



Imagen tomada de elpitazo.com


Comparto este texto de Héctor Escandell publicado en el portal Punto de Corte, que más que un artículo de prensa es un grito de alerta, desesperación y horror.

El sur de Venezuela está muriendo. No como consecuencia de las crecidas de sus ríos que este año parecen querer borrar tanta desidia y crimen para intentar recomenzar el ciclo de la vida y los caminos de la historia de nuevo. Las inundaciones son únicamente la consecuencia final de una política del abandono. Abandono de la planificación, de la gestión territorial, de la protección ambiental contra los crímenes de la minería y la deforestación, pero principalmente del abandono de todo intento de proteger, respetar y realizar los derechos humanos de las personas que vivimos en Venezuela.

En el fondo, ello parece nacer de un deliberado intento de destrucción y saqueo a una escala que jamás se vivió previamente en Venezuela.

Creo que es necesario mostrar y difundir este horror.

En un futuro debemos construir una Venezuela basada en la democracia, el respeto a los derechos humanos y de la Tierra, la responsabilidad en todos nuestras acciones y el amor por nuestro país. Ese país aún en el sueño, jamás deberá olvidar lo que estamos viviendo para que los que vengan atrás no vuelvan a pasar por esto.

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[CRÓNICAS DE HÉCTOR ESCANDELL] AMAZONAS, INUNDADA DE OLVIDO


Caracas, 6 de agosto de 2018.

Por: Héctor Ignacio Escandell Marcano.
@hescandell 

La inundación y el olvido empezaron mucho antes. Las lluvias apenas muestran la penosa consecuencia.

Los ríos crecen y se llevan todo a su paso. Las casas, los conucos, las escuelas, los sueños, los anhelos y la esperanza de los más olvidados de este país.

Llueve a cantaros y el Orinoco se transforma en lo que es, un océano marrón que cubre la selva y sus misterios. También desnuda la improvisación y la ineptitud de los gobiernos que han pasado por el sur.

Escribir de Puerto Ayacucho es para mí todo un reto. En sus calles -hoy inundadas- pasé la mayor parte de mi vida. En ese pueblito de pocas avenidas y escasos servicios fui verdaderamente feliz. Ahí estudié, me enamoré por primera vez, hice amigos y conocí la magia de la radio. En el Puerto me hice amazonense. Hoy veo su decrépito rostro y me asusto. Lo desconozco casi por completo.

De los años 90 no queda nada o queda muy poco. Los balnearios son inseguros e inalcanzables por la escasez de gasolina. Los otros seis municipios son verdaderos territorios inhóspitos -tierra de mafia y minería-. Ya no hay ni rastro de los automercados pujantes y de los hoteles que evidenciaban la intención de ser un paraíso turístico. De aquella época recuerdo los tres vuelos diarios llenos de turistas deseosos por conocer las maravillas que esconden los cuatro parques nacionales, los diecinueve monumentos naturales, los ríos y el misterio de los pueblos indígenas. Hoy, apenas un vuelo a la semana mantiene la comunicación con Caracas. No hay más.

Hace una semana recorrí los más de 700 kilómetros que separan a Puerto Ayacucho de la capital de la república. La carretera es una evidencia de la destrucción y el olvido, por Guárico se ven las ruinas del ferrocarril, por Apure los hatos desolados, las incontables alcabalas y los deprimidos caseríos que sobreviven a punta de terquedad y arraigo.

Al final de la ruta todavía está “la chalana”, un ferri improvisado a mediados del siglo XX que es la única forma de cruzar desde Puerto Páez (Apure), hasta El Burro (Bolívar). Un planchón oxidado, arrastrado por un barco, sigue siendo el medio transporte para quienes desean llegar al Sur de Venezuela. En el olvido quedó el proyecto de construir un puente que se elevara sobre los ríos Meta y Orinoco.

Después de catorce horas y de admirar la belleza de los llanos en su máxima expresión, llegamos a la capital del estado Amazonas. Sus calles están todas rotas, no hay alumbrado público, no hay señal de celular y mucho menos datos para navegar en internet. En los años 90 al menos había teléfono. Ahora se robaron los cables y la comunicación es privilegio de pocos.

¿Amazonas es Venezuela?

Las últimas lluvias han causado inundaciones dejando a más de diez mil familias damnificadas en Puerto Ayacucho. Barrios viejos y nuevos están bajo las aguas. No hay quién haga nada. La “planificación” urbanística quedó al descubierto. La mediocridad y el populismo hoy están ahogados. Las construcciones en zonas cercanas a los ríos demuestran la piratería de las instituciones del Estado.

En Puerto Ayacucho nada funciona

Mi compañero de viaje estaba sorprendido con la oscurana, los huecos gigantes en la vía y la escasez de todo. “No sé qué mostrarte, no sé para donde llevarte”. Le dije mientras esquivábamos el peligro de la noche por calles desconocidas. En la Plaza Bolívar nadie pasea, los novios ya no se exponen y los vendedores de helados y perros calientes desaparecieron. “Desde que empezaron a matar gente ya nadie sale a la plaza”, me dijo un viejo amigo. Me insinuó que está en marcha una operación limpieza que ha dejado en las esquinas a cientos de personas con un balazo. Todo el mundo sabe quiénes son los autores, pero nadie se atreve a  delatarles.

Las minas del horror

Cuando comencé a preguntar por viejos conocidos la respuesta fue que estaban en las minas. Sacando oro, coltán y otros minerales que parecen sembrados en la espesura de la selva. En el municipio Atabapo -frontera con Colombia-, los campamentos mineros destruyen a diestra y siniestra los bosques y los ríos. Los peces ya están contaminados con mercurio y una mancha amarilla amenaza con matar toda la biodiversidad de la zona. El olvido, la indiferencia y la complicidad amenazan la vida del mal llamado pulmón vegetal del mundo.

En plena selva también se ocultan los horrores de la prostitución, la trata de personas, el sicariato, el contrabando, el narcotráfico, la malaria y el VIH sin tratamiento ni control.

El gobierno insiste con la mentira de la minería ecológica. Eso no existe y Amazonas es una muestra de ello.

Inundados de olvido

Después de casi tres días en Puerto Ayacucho regresé con la tristeza de dejar a mi familia en medio de la nada. Aterrorizado por el deterioro crónico de mi ciudad.

De vuelta a la chalana, el río le había ganado otros varios metros al pueblo de El Burro y hasta el puesto de la Guardia Nacional estaba bajo las aguas. El carro se mojó más que tres días antes. Un día después supe que el paso fue suspendido porque el planchón no tenía donde atracar.

Las miles de personas que hoy están damnificadas son un reflejo de la indolencia y el descuido.

En el camino -entre Puerto Páez y Las Macanillas- solo se escucha la Radio Nacional de Colombia y la radio de la Fuerza Armada Nacional de Colombia. ¿Qué pasó con la soberanía y el patriotismo?, ¿acaso el sur de Apure, Bolívar y Amazonas no son parte de Venezuela?

Como dije antes, escribir sobre Amazonas es un reto muy complicado para mí. Por lo que viví y lo que ahora veo. Las inundaciones de estos días hacen que el lente de las cámaras se posen sobre El Muelle y El Bajo, pero nadie mira más allá. Pocos observan y protestan por la destrucción de la capital más joven de este país.

P.D. La sostenibilidad de este país pasa por el sur. Allá está el agua y el aire. Cuando se acabe el petróleo y el oro los veré pidiendo cacao, mañoco y pescao.

Para ir al artículo original marque aquí

jueves, 8 de febrero de 2018

¿Minería de oro en el estado Carabobo? Que se sabe hasta ahora






“Muchas canciones de enanos son variaciones sobre “oro, oro, oro”, pero todo radica en la inflexión.” 
Terry Pratchett “Soul Music”



El control de las actividades susceptibles de degradar el ambiente es uno de los procesos más importantes en la gestión ambiental de un país. Este proceso permite disminuir o evitar los daños al ambiente y el disfrute de los derechos ambientales de los ciudadanos.

Para lograr estos fines es necesario realizar acciones dirigidas a la prevención, vigilancia, examen, control, fiscalización, sanción y represión de las acciones u omisiones que directa o indirectamente sean susceptibles de degradar el ambiente y los recursos naturales renovables, tal como lo expresa el Reglamento de Guardería Ambiental de 1990 (las negrillas son mías)

Estas ideas parecen ser el contexto conceptual y legal detrás de un suceso ocurrido el 1ro de febrero pasado. En esa fecha se realizó una operación de represión sobre grupos de personas que estaban realizando labores de minería ilegal en el estado Carabobo y Cojedes.

Vamos a hacer un recuento de lo que hasta este momento se sabe sobre esta situación y las preguntas que aún quedan por responder.


El suceso

Según una nota de prensa emanada del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas (MINEA), el pasado 1º de febrero se realizó la “Operación Relámpago Dorado 2018” en los estados Carabobo y Cojedes. Mediante la misma fueron desalojados un grupo de personas que de manera ilegal realizaban labores de explotación de oro en los sectores Chirgua, El Torito, La Lagunita del municipio Libertador de Carabobo y Tinaquillo en Cojedes. (Las negrillas son mías)

No hay manera sencilla de parafrasear las características y magnitud de esa operación, así que lo mejor es copiar directamente las declaraciones del  Almirante Giuseppe Alessandrello, Comandante de la REDI Central recogidas en la nota antes mencionada:  “durante esta operación participaron 932 combatientes pertenecientes a la Infantería de Marina, Ejército Bolivariano, Guardia Nacional Bolivariana, la Aviación Militar Bolivariana con 4 unidades de ala rotatoria, con el apoyo de los organismos de seguridad del estado como SEBIN, CICPC, Policía Nacional Bolivariana (PNB), Policía de Carabobo y personal de los Ministerios del Poder Popular para Minería Ecológica y Ecosocialismo y Aguas”. (!!!)



El objetivo de la operación

El ministro del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas, Coronel (Aviación) Ramón Velásquez Araguayán, indicó que  “con esta acción que estamos ejecutando estamos evitando que los daños ambientales, producto de esta actividad ilegal, se reflejen en la sedimentación y colmatación de los embalses y que afectan la producción de agua potable”. Asimismo, explicó que las personas realizaban la actividad minera en áreas que corresponden a la Cuenca del Pao, que surte de agua los principales embalses de Carabobo y Cojedes, desde donde se surten de agua más de cuatro millones de habitantes del centro del país.

Pero por otra parte, el Comandante de la REDI Central Almirante Giussepe Alessandrello declaró que el objetivo de la operación era: “reubicar, controlar y censar” a aquellos que ejecutan labores de minería ilegal en los estados Carabobo y Cojedes. (Las negrillas son mías)


Resultados de la operación

Según el reporte de prensa, la acción tuvo como resultado: la “detención de aproximadamente 3 mil ciudadanos, de los cuales hay 80 indocumentados, tres extranjeros, 54 menores de edad, 155 féminas entre ellas 3 embarazadas, así como la incautación de 6 armas de fuego y 3 mil 400 herramientas e implementos para la utilización en la extracción de minerales metálicos en el lugar” (!!!)

La cifra de detenidos previamente indicada parece no ser precisa, ya que por su parte el Almirante en Jefe Remigio Ceballos Ichaso, expresó que durante la operación se detuvieron aproximadamente 1.100 personas, de las cuales se encontraron más de 500 indocumentados.

Hasta el momento nadie ha explicado esta discrepancia de casi 2000 personas, ni ha dado un número definitivo de ¿desalojados, detenidos, reubicados?

Igualmente, el Comandante de la REDI Central declaró que había conseguido “un centro de acopio que fue retirado del área”. No es para nada claro a qué se refería este funcionario militar con esta información (¿un centro de acopio de minerales extraídos?).

Asimismo, con respecto a las “detenciones”, el ministro del MINEA declaró que “durante esta operación fueron garantizados todos los derechos humanos de las personas que ilegalmente estaban ejecutando esta actividad de minería”.


Evaluación de los daños ambientales existentes en la zona

Hasta el momento, parece no haber ninguna evaluación formal sobre los daños ambientales que se hubiesen producido en la zona a consecuencia de la actividad minera. A pesar de ello, las fotos publicadas junto a la  nota de prensa emanada del MINEA parecen mostrar graves daños en las riberas de los ríos de la zona similares a las observadas en otras explotaciones ilegales de oro al sur de Venezuela.

Foto: Prensa MINEA
En este sentido, el ministro del MINEA informó que: “Entre las acciones que ejecutarán el Minea y el Ministerio del Poder Popular para Minería Ecológica está la evaluación ambiental y establecer los mecanismos para resarcir los daños en concordancia con el Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria”.

Asimismo, según las autoridades militares que participaron en la operación no fue detectado presencia de mercurio en la zona.


Esta información parece contraponerse a reportes previos de actividades mineras que se estaban realizando en la zona. Una de ellas relata: “Hoy en día se pueden ver cientos de personas en Tocuyito, en todas sus riveras, excavando arena, echando químicos inventados por ellos mismos, mezclas extrañas producto de su ingenio.” (Las negrillas son mías). Otro de los denunciantes asegura que: La práctica de la minería tiende irremediablemente a depredar al medioambiente, el río “El Torito” está sufriendo cambios de curso, la contaminación por productos químicos y otros desechos…” (Las negrillas son mías).


Un poco de contexto

Para intentar entender la situación detrás de esta noticia quizás vale la pena revisar algunos aspectos que le dan contexto a la misma:

a. ¿Oro al norte de Venezuela?
Cuando fue conocida esta información muchas personas manifestaron sorpresa por la existencia de explotaciones de oro en la región norte central del país.

Con respecto a esta situación, desde el período de la Conquista española de este territorio existen referencias a minas de oro en la zona. En una crónica de la época se indica que las que las minas de la quebrada de Barreda y el río Chirgua “son muchas y son muy buenas” (La Minería en Nueva Granada 1500-1810, pg. 85)

Otro documento narra que: “Juan de Villegas (un conquistador y colonizador español del siglo XVI) descubrió en Chirgua una mina de oro y empezó a explotarla después de tomar posesión del valle, que pasado el tiempo sería de sus descendientes”

Los rendimientos de estas minas fueron escasos y posteriormente fueron abandonadas y no hay información posterior sobre nuevas actividades mineras hasta fechas recientes. Una posible razón del poco interés en el oro existente en la zona fue posiblemente los bajos tenores de oro, estimados en menos de 2 g/Tn. Por lo cual, según información suministrada por el Ing. Luís Jiménez, la extracción del oro haría necesario remover grandes cantidades de suelo y rocas y posteriormente usar mercurio en una proporción superior 5:1.

Posiblemente la explotación de este oro se hizo rentable recientemente debido a los precios actuales del oro en Venezuela, el cual según algunas fuentes oscila entre 7,6 millones y Bs. 8,1 millones el gramo.

b. ¿Las denuncias sobre esta situación son nuevas?
Por lo visto el único organismo que aparentemente desconocía la situación era el MINEA, ya que desde al menos dos años existe información en prensa sobre los graves daños ambientales y a la producción agrícola local producida por la minería ilegal en la zona donde se produjo la operación reciente. Es necesario aclarar que el territorio afectado por esta actividad está situado en un sector  relativamente cercana a la ciudad de Valencia y adyacente al Campo Carabobo, por lo que no es precisamente en una zona inaccesible y lejana de la sede central del MINEA.

Zona aproximada afectada por la minería. Mapa base de Google Maps

Por otra parte, los reportes indican que la misma estaba ocurriendo en una extensa superficie comprendida entre las poblaciones de Chirgua, Lagunita y Tocuyito.

En un artículo de opinión publicado en el Portal Aporrea en octubre de 2017, se describe el crecimiento de la actividad a partir del hallazgo de “pepitas de oro” por parte de un tractorista, hecho que el autor remite a aproximadamente a algo más de dos años atrás.

Según el mismo texto este suceso produjo una especie de “fiebre de oro”, con la consiguiente llegada de cientos de personas impulsadas por las  precarias condiciones de la población producto de la actual crisis económica. Asimismo, denuncia que las zonas explotadas progresivamente pasaron a estar bajo el control de mafias y se aventura a señalar  a funcionarios policiales y a “pranes” de la cercana cárcel de Tocuyito como involucrados en estas actividades.

En otro artículo publicado igualmente en ese mismo año, el autor afirma que existe una red de corrupción y un muro de silencio creado alrededor de las actividades mineras que se estaban realizando en la zona.

Por otra parte, existen reportes de que en enero de 2017 la Guardia Nacional Bolivariana detuvo a varias personas que se dedicaban a la extracción de oro en la zona. Asimismo, posteriormente, en octubre de 2017 la policía municipal detuvo a 235 personas en Tocuyito (municipio Libertador) imputándoseles el delito de extracción de material aurífero. Incluso existe una noticia sobre la muerte de un minero en un accidente en una de las minas.

Más recientemente, el diputado a la Asamblea Nacional Leandro Domínguez denunció que esa actividad ilegal venía ocurriendo desde hace tres años y reiteró las acusaciones de complicidad por parte de diversas autoridades.


Que no se sabe hasta esta fecha

A pesar de que existe alguna información al respecto de este suceso, quedan algunas lagunas de información. Situación que se incremente por la falta de cobertura informativa desde el lugar de los hechos.

Algunas de las mismas son:

  1. ¿Por qué el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas no había actuado hasta el pasado 1º de febrero, aun cuando existía ya información previa sobre la presencia de minería ilegal en la zona y ya se habían producido actuaciones policiales?
  2. Uno de los funcionarios militares habla de un “centro de acopio” que fue “retirado” ¿Qué contenía el mismo?
  3. ¿Se justificaba una operación militar tan aparatosa, con participación directa o indirecta de militares de muy alto rango y en apariencia hiperbólica para "reubicar, controlar y censar” a unos mineros ilegales que parecían contar con escaso armamento y estar formados por incluso menores de edad y mujeres embarazadas? ¿Es la “reubicación” la sanción establecida en el caso de delitos ambientales tal como parecen haber ocurrido?  
  4. ¿Cuál fue el número final de personas  aparentemente detenidas durante el operativo? ¿Cuál es su situación actual? ¿Se les ha imputado algún delito? ¿Las mismas siguen detenidas o fueron “reubicadas”? Si lo fueron ¿a dónde las llevaron y en calidad de qué? Además de simples mineros (es decir gente pobre desesperada) ¿fueron capturados o detectados algunas otras personas que según las denuncias previas fuesen delincuentes o funcionarios que controlaban la zona? 
  5. En alguna de las noticias se afirma que a los detenidos se “les respetó sus derechos humanos”. Además de lo particular de que sea necesaria esa aclaratoria, en ninguna de las noticias consultadas se habla de la presencia de funcionarios de la Fiscalía General de la Nación o de la Defensoría del Pueblo órganos que por sus funciones son (o deberían ser) garantes de los derechos de los ciudadanos ¿Estuvieron presentes o actuaron en otro momento posterior a la operación?
  6. Aunque se afirma que no se consiguió mercurio en la zona ¿Es creíble que no hubiese en ese lugar, o algún otro, el mercurio necesario para la refinación del oro extraído de las minas? Si no estaba en la zona ¿Dónde refinaban el oro y en qué condiciones? En el caso de que se encuentre este metal ¿Cuál era su procedencia? Si lo había ¿por qué se oculta esta información?
  7. ¿La acción realizada llevará a una verdadera protección de las cuencas locales o a una simple interrupción temporal en la actividad minera local como ya había sucedido?
  8. Dado lo “rimbombante” y aparentemente efectiva operación militar realizada ¿Por qué no se han usado operaciones similares similares para el control de la delincuencia organizada que padece toda la región? O, aún más, para el control de la minería ilegal al sur del Orinoco y en particular dentro de los Parques Nacionales y otras áreas protegidas ¿O el sur no existe para el MINEA? O al revés ¿EL MINEA no existe al sur del Orinoco?

¿Alguien contestará estas preguntas?

¿Todos seremos mineros?

Recientemente vi imágenes de importantes grupos de personas que hacen “actividad minera” dentro del río Guaire, en la propia ciudad de Caracas. Las entrevistas realizadas a los “mineros” indican que por lo visto es una actividad que logra cierto nivel de ganancias que hace rentable meterse en las contaminadas aguas de ese río.

Foto: El Siglo
Luego de ello y de lo ocurrido en Carabobo, me quedó claro que a medida que la crisis avance la minería cubrirá todos los espacios y terminaremos todos siendo mineros ¿Esta será la intención?

Frente a esas realidades y las oscuras acciones e intenciones de las autoridades, el futuro es aún más difícil de ver.

Definitivamente el oro es un espejo que deforma la realidad de todos los que se miran en el.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Venezuela, la sociedad civil y la COP23: Domando al dinosaurio fósil





Hoy se iniciaron las actividades de la 23ra Convención de las Partes en Cambio Climático (COP23), que se celebrará este año en la sede de la secretaría de la  UNFCCC en Bonn, Alemania.

Una de las particularidades de la COP de este año es que la presidencia de la misma está en manos  de Fiji, un pequeño estado insular del Pacífico y uno de los sitios más vulnerables frente a los posibles efectos del cambio climático. Pero la organización y espacios para la realización de la misma está siendo suministrada por la secretaría de la Convención Marco de Cambio Climático con sede en Bonn y con el apoyo del gobierno alemán. Esta dualidad generará dos miradas que deberán confluir en esta reunión cumbre: la de los países más pequeños, vulnerables, sin una responsabilidad significativa sobre el cambio climático y la de los países más industrializados y por ello generadores de los gases causantes de este fenómeno.

Los objetivos de esta convención están relacionados con afinar aspectos del Acuerdo de París. Ello incluye definir reglas claras y precisas sobre los procesos establecidos en este Acuerdo. En particular, se espera dar respuestas  a las preguntas  surgidas del Acuerdo de quién debe hacer qué, de qué manera, cuándo, cómo y con qué apoyo financiero.

Sobre esta agenda relativamente optimista y un poco burocrática derivada del éxito diplomático derivado de la reunión en París estarán gravitando dos amenazas: Los posibles efectos de la posición de los EEUU contraria no sólo al Acuerdo, sino incluso a la evidencia científica sobre la existencia, causas y efectos esperados del cambio climático. Así como, el hecho de que la comunidad científica ha alertado sobre el hecho de que si no se emprenden cambios mucho más ambiciosos, de manera más rápida y con el apoyo de todos los país y personas del mundo no se lograrán los objetivos del Acuerdo. De allí el lema de esta COP "Further, Faster, Together" (Más allá, más rápido y todos juntos).

¿Y Venezuela?


Una situación recurrente en las sucesivas reuniones de las partes de la Convención Marco de Cambio Climático es que la sociedad venezolana no tiene la más mínima información sobre la posición, posibles propuestas o información que pueda estar llevando la delegación oficial venezolana ante ese evento. A eso se le une el hecho de que nuestro contexto país limita de manera extrema la posibilidad de tener miembros de la sociedad civil participando en el mismo.

Algunas personas pueden creer que el gobierno nacional no tiene la obligación de informar, ni solicitar la participación de la sociedad en esas actividades que involucran negociaciones muy complejas entre gobiernos de todo el mundo.

Pero el derecho a la participación de la sociedad civil en los temas relacionados con el desarrollo sostenible está establecido tanto en el ámbito internacional (ver por ejemplo las publicaciones de la OEA y la CEPAL) Igualmente es parte de los principios del Programa de Trabajo de Doha sobre el Artículo 6 de la Convención Marco de Cambio Climático e incluso en nuestra Constitución aún vigente.

Asimismo en palabras de un investigador del derecho ambiental:

“…la participación pública en las estrategias para enfrentar el cambio climático y la degradación ambiental en general no es solo algo es deseable y valioso, desde el punto de vista pragmático y ético de la aceptación y legitimidad social, sino también, consecuentemente, desde un punto de vista legal y jurídico. Es mas, “la participación ciudadana”, a pesar de no ser considerada un principio general del derecho internacional del medio ambiente, es una institución o figura con soporte legal, incluida y desarrollada en diversos instrumentos internacionales, que además ha sido reconocida como un elemento central del principio de desarrollo sostenible.”

Por supuesto la posición en este sentido del gobierno venezolano ha sido ambigua, cuando no, totalmente contradictoria.

Venezuela fue promotora y sede de la “PreCOP social de Cambio Climático” en el 2014 (nombre que le dio el gobierno venezolano a esta reunión preparatoria a la COP20) En la misma, se abrieron espacios para la discusión sobre temas sociales asociados al cambio climático. Esta reunión fue publicitada como que iba a "… sentar un precedente sobre las formas de participación de la sociedad civil en los foros de la ONU, además de permitir a las ONG que contribuyan de manera directa a la construcción del nuevo acuerdo que sustituirá al Protocolo de Kioto y cuya decisión debe adoptarse en 2015".

A pesar de estas supuestas orientaciones que ponían a Venezuela como campeona de la participación social, desde el mismo momento de su ocurrencia la reunión fue acusada de ser excluyente, ideológicamente sesgada, poco respetuosa de las opiniones críticas y de manipular la redacción de declaración final. Por ello, algunas de las organizaciones participantes no la subscribieron.

Este doble discurso se mantuvo en las reuniones cumbre posteriores, y a consecuencia de ello, en la reunión de Marrakech, en el 2016, la delegación venezolana fue cuestionada por la red global de organizaciones de la sociedad civil Climate Action Network (CAN), en el contexto de una actividad llamada “Fósil del Día” donde esa organización denuncia a los países que obstaculizan los avances de las negociaciones o tienen posiciones contrarias al avance hacia un futuro libre de combustibles fósiles.

 En esta ocasión la CAN dio a Venezuela una “mención especial” por su posición en que mezcló su rechazo a la participación de las compañías relacionadas con el negocio de los combustibles fósiles, con uno hacia las organizaciones de la sociedad civil. En palabras de esta organización y refiriéndose a  Venezuela: “No mezcle a la sociedad civil con los títeres de combustibles fósiles. Estamos viviendo en un mundo donde la voz de la gente cuenta: la sociedad civil puede ayudar a los gobiernos a comprender verdaderamente las necesidades de las comunidades y apoyar el desarrollo de soluciones climáticas efectivas y relevantes. Vacíe esa agua sucia por el desagüe pero mantenga seguro al bebé…” (Traducción libre) 

¿Y realmente importa participar en estos procesos de lucha contra el cambio climático?


En Venezuela vivimos en una situación muy difícil que algunas organizaciones defensoras de derechos humanos han definido como una emergencia humanitaria compleja. En tales condiciones el tema del cambio climático pareciera ser totalmente alejado de los intereses y preocupaciones de gobiernos y la población en general. Los temas de salud, alimentación, economía, seguridad, conflictividad social, etc. parecen ser mucho más importantes que preocuparnos por el aumento de la temperatura en el planeta.

Pero precisamente por ese contexto de emergencia, el tema del cambio climático se vuelve más relevante. Por una parte, este fenómeno afectará sistemas y servicios ambientales esenciales haciendo más grave la situación del país, y por otra la crisis existente nos hace cada vez más vulnerables a los efectos negativos del cambio climático.

En tal situación para la sociedad civil de Venezuela uno de sus retos es fortalecer su capacidad de acción para exigir participar de manera activa en todas las labores relacionadas con lograr un país responsable, fortalecido y resiliente en materia de cambio climático. Ello incluye ganar la posibilidad de incidir sobre las negociaciones del mundo de tal manera de exigir que cada país asuma su responsabilidad en el tema del cambio climático.

 En palabras de Mauro Fernández, Coordinador de la Campaña de Clima y Energía, Greenpeace Argentina: Es necesario “alejar sus discursos de la culpa y la deuda y enfocar el debate en la responsabilidad nacional e internacional teniendo en cuenta las responsabilidades históricas y diferentes trayectorias, así como las diversas realidades sociales y económicas a nivel nacional…”

Pero todo ello será posible si en simultáneo trabajamos, en conjunto con el resto de la sociedad, para lograr la redemocratización del país, el respeto a los derechos humanos y la búsqueda de la justicia ambiental.

No son temas para algún futuro posible. Necesitamos empezar a trabajar desde hoy mismo para "domar" al dinosaurio fósil.

martes, 3 de octubre de 2017

Políticas de Cambio Climático en Venezuela ¿Atrapadas en un cuadrante de paz?




La participación del público y su acceso a la información y el conocimiento son esenciales para elaborar y aplicar políticas efectivas que permitan luchar contra el cambio climático y adaptarse a sus efectos…. Declaración Ministerial de Lima sobre la Educación y la Sensibilización 2014


Este artículo es una versión ampliada y modificada de un texto enviado a la Red de Cambio Climático de Venezuela el pasado día 27 de septiembre de 2017


Los días 26 y 27 del pasado mes se realizó en la ciudad de Caracas el Seminario "Políticas de Seguridad Ciudadana, Cambio Climático, Gestión de Riesgo y Actividad Sísmica", actividad promovida por el Viceministerio para la Gestión de Riesgo y Protección Civil que forma parte del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz.

El seminario tuvo como objetivo: “divulgar conocimientos y prácticas sobre gestión de riesgos, cambio climático y amenazas sísmicas, así como compartir aprendizajes, logros y desafíos en esta materia. La finalidad es precisar las funciones de las instituciones y organizaciones sectoriales y territoriales, y promover articulaciones entre dichas instancias para el abordaje de las problemáticas”

Según el programa del evento se realizaron ponencias en aspectos tan importantes para Venezuela como: los avances en políticas públicas frente al cambio climático, incluyendo el Plan Nacional de Adaptación, ponencia presentada por el Coronel (AV)  Ramón Celestino Velásquez, ministro del MINEA; La incorporación de escenarios prospectivos de cambio climático en los Planes de Ordenación del Territorio, en los diferentes niveles de gobierno, expuesto por Ricardo Menéndez Ministro del Poder Popular para la Planificación; así como los avances en materia de  las negociaciones internacionales en cambio climático, presentado por el Dr. Pedro Borges, entre otros temas igualmente significativos (negrillas mías).

Dado ese objetivo y contenidos considero que este evento es potencialmente un hito dentro de las políticas públicas nacionales en materia de cambio climático (CC). A pesar de ello, no estuve presente en el mismo, por lo que tengo que limitarme a hacer algunos breves comentarios al respecto de esta actividad basados en la muy escueta cobertura periodística publicada luego de su realización.

Un primer análisis de la información existente sobre el Seminario parece hablar de elementos positivos:

1. Muestra un cambio en las políticas públicas en materia de CC:
En función de la trascendencia de los temas presentados y el nivel de los ponentes, pudiera hacerse la conjetura de un posible cambio en la política gubernamental de Venezuela con respecto al tema del CC: desde un enfoque centrado únicamente en el discurso político internacional, con muy pocos avances hacia lo interno, hasta un posible interés y voluntad de acción en el alto nivel del gobierno, al menos como parece mostrar este evento.

2. Parece indicar la voluntad de cumplir con compromisos del gobierno venezolano:
Parece desprenderse de las ponencias presentadas que existe un compromiso gubernamental de entregar la segunda comunicación de cambio climático de Venezuela, informe que ha sido ofrecido en muchas oportunidades previas igualmente ha sido postergada su entrega en igual número de veces.

Igualmente pareciera existir la voluntad de honrar la obligación del Ejecutivo Nacional de formular un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, tal como lo previó la Ley de Gestión Integral de Riesgos Socionaturales y Tecnológicos del 2009 y lo hemos venido exigiendo desde la sociedad civil venezolana. Vale quizás la pena volver a recordar el hecho de que la Ley mencionada determinó que el Plan debería estar diseñado en un plazo de dos años luego de su puesta en vigencia.

Desde la Coalición Clima21 saludamos estos cambios en las políticas del gobierno Venezolano con respecto al CC.

Por otra parte, es nuestra obligación señalar algunos aspectos negativos asociados a este evento:

1. El carácter cerrado del evento:  
A pesar de la gran importancia y transversalidad que tienen estos temas para todos los sectores del país, el mismo fue por invitación cerrada y, hasta donde entiendo, el público estuvo formado por principalmente por funcionarios gubernamentales venezolanos.

Esta circunstancia fue reforzada por haber sido realizado el evento dentro de una instalación militar.

2. El enfoque estrictamente gubernamental del mismo:
Con la excepción de una presentación de un representante del PNUD – Cuba, el resto de los expositores fueron funcionarios de diferentes organismos del Ejecutivo Nacional. Es claro que allí resultaban necesarias otras perspectivas que hubieran enriquecido y apoyado lo presentado.

El CC es un proceso que afectará, y en algunos casos ya afecta, todos los aspectos de la vida del país. Por ello, es necesaria la incorporación de múltiples miradas y acciones desde todos los sectores, de tal manera de disminuir las enormes vulnerabilidades que tiene el país en relación a los efectos negativos del CC. En tal sentido, es necesario incluir enfoques que promuevan la acción desde los sectores productivos, sociales y académicos.

Creer que el tema del cambio climático es un asunto que sólo compete a los gobiernos es una invitación al fracaso, o al menos a las limitaciones, de toda política que pueda ser implementada. Se dice que el canciller alemán Konrad Adenauer, obviamente un político, afirmó que "La política es demasiado importante como para dejársela a los políticos", idea que, creo, es también aplicable al CC.

3. Los anuncios de la realización de políticas públicas realizadas sin ninguna participación de actores sociales distintos al gobierno
Nos informan de que se están realizando políticas tan importantes como el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático o programas educativos sobre este tema, sin que se hubiera realizado consulta y mucho menos con la participación de los distintos actores sociales interesados. Se invoca la participación de las comunidades, pero esa participación parece ser por una parte a posteriori y limitada a un sector de la población.

La participación de la sociedad civil en los temas de gestión ambiental y sustentabilidad tiene bases legales que son reconocidas a nivel internacional y que además son una orientación central de nuestra Constitución. Participar es un derecho, no un acto de generosidad gubernamental.


4. La ausencia del conocimiento científico-técnico desarrollado desde las universidades y centros de investigación en relación con el cambio climático: 
Es enormemente importante el desarrollo del conocimiento científico-técnico para sustentar las políticas de gestión del CC. Este fenómeno es un proceso ambiental enormemente complejo que genera consecuencias en distintos niveles y ámbitos, en algunos casos de naturaleza sinérgica.

A pesar de las dificultades existentes en el país, que se refleja de manera dramática sobre las universidades nacionales, el sector académico ha venido avanzando en este sentido. La Declaración de Mérida frente al cambio climático,  derivada del II Simposio Venezolano sobre Cambio Climático, es un claro ejemplo de esta acción.

Creer que sin ciencia y sin científicos es posible avanzar en políticas públicas relacionadas con el cambio climático, es como creer que se puede avanzar de noche en el océano abierto sin conocimientos del mar, las estrellas, ni instrumentos de navegación.

5. La educación ante el cambio climático se enfoca desde la seguridad policial:
En la ceremonia de apertura del evento el ministro de Relaciones Interior Justicia y Paz Mayor General Néstor Reverol declaró que: “con esta actividad buscamos lograr la capacitación para que el pueblo se involucre en el tema de prevención de riesgo y tengan el conocimiento para defenderse a la hora de un fenómeno natural o amenaza ambiental, debido al cambio climático que nos encontramos atravesando recientemente”.

Por otra parte, este ministro informó que serían usados los cuadrantes de paz creados por la Gran Misión A Toda Vida Venezuela, como un espacio para formar a las comunidades sobre cómo actuar ante cualquier amenaza ambiental… Asimismo, explicó que la población existente en esos espacios serían “…instruidos por el jefe del Cuadrante de Paz y por representantes de los organismos de seguridad presentes en ese territorio”  (negrillas mías)

La primera de las declaraciones del Ministro-General es concordante con el reconocimiento internacional de que solamente una sociedad informada, formada y participativa podrá superar los desafíos derivados del CC.

Pero por otra parte, es alarmante que este importante proceso pase a tener una lógica de seguridad policial. Los “cuadrantes de paz” son componentes de uno de los planes de seguridad del Estado y fueron creados para “canalizar respuestas prácticas y efectivas frente a la delincuencia”. Por lo que no pareciera ser un elemento que pueda servir para desarrollar programas educativos que puedan contribuir a disminuir las vulnerabilidades de la población frente al cambio climático, así como construir capacidades y resiliencia de la población frente a los retos derivados del CC.

La educación en el contexto del CC no es un tema menor: Es cambiar la manera de desarrollar los procesos de formación ciudadana para enfocarla hacia la generación de capacidades prácticas en la población que les permita asumir y conducir los cambios desde lo participativo y lo comunitario, desde el trabajo y la empresa.

Necesitamos una educación que promueva un mayor involucramiento de la población en las labores relativas a enfrentar el CC, desarrollar capacidades para la acción, aumentar los niveles de resiliencia ante los cambios y promover las capacidades creativas de la población con el fin de que puedan desarrollar nuevos procesos y comportamientos en el contexto del CC.

El desconocimiento o minimización del poder transformador de la educación frente a temas como el CC es grave. Enfocarla desde la lógica de la seguridad policial es peor.

6. La ausencia de una mirada desde los derechos humanos:
Este tema parece haber estado totalmente ausente de este evento. Ello aun cuando, tanto el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, como el gobierno nacional reconocen que la protección frente a los efectos del CC es un derecho de la población.

Asimismo los especialistas en el tema consideran que el CC es uno de los mayores desafíos en cuanto a derechos humanos de nuestro tiempo.

Un enfoque de derechos es fundamental para desarrollar las capacidades de la población en el contexto de este problema. Sólo a partir de la conciencia ciudadana de sus derechos podremos avanzar hacia una sociedad que de manera responsable asuma los cambios necesarios para los difíciles cambios que impone el CC. Esta omisión no es menor y puede tener repercusiones importantes sobre todo desde una lógica estrictamente policial.

La ausencia de este enfoque no es un tema menor, ni un olvido intrascendente. Es la consecuencia de la imposición de un enfoque militar a un tema que es principalmente de la incumbencia de la sociedad civil.

7. Se mantienen las declaraciones altisonantes:
Los cambios de políticas ocurren sin abandonar un discurso que más que ideológico representa lo que en otras latitudes llaman la post-verdad, con declaraciones tales como: “Venezuela es un epicentro positivo a escala internacional en materia de prevención y lucha contra el cambio climático"

No necesitamos de grandilocuencia y autobombo político, sino de acciones y resultados de un trabajo positivo en conjunto con la sociedad venezolana. Estas serán las que definirán las valoraciones que se realicen a futuro.

Al final, las noticias de este evento nos dejan un sabor agridulce en la boca, con noticias positivas, pero algunas llamadas de alerta.

Bajo esas circunstancias como sociedad civil debemos mantenernos exigiendo nuestro derecho a participar activamente en la construcción de políticas públicas que permitan a nuestro país construir las capacidades para defenderse y desarrollase en el contexto del cambio climático. Políticas que nazcan de procesos participativos, abiertos con sólidas bases científicas y por supuesto con una perspectiva ciudadana.

lunes, 28 de agosto de 2017

Juntos por la Fundación Instituto Botánico de Venezuela. Una semilla de esperanza





Un jardín es mucho más que un jardín

Hace varios años en el Jardín Botánico de Caracas –JBC– conocí una de las palmeras más bellas del mundo, la palma de Ceilán. Una especie proveniente del sur de la India y la isla de Ceilán (Sri Lanka) que los botánicos denominaron Corypha umbraculifera.

Además de su belleza y porte extraordinario, tiene una característica excepcional: sólo florece una sola vez en su vida. Al alcanzar una edad entre los 40 y 80 años produce una enorme inflorescencia en forma de paraguas. Luego de la floración y fructificación la planta muere.

En el año 2003, la que estaba sembrada en el JBC floreció. Mucha gente enmudeció de asombro y fascinación por el extraordinario espectáculo visible incluso desde fuera del jardín.

Eso ocurrió en uno de los sitios más bellos de Caracas, uno de esos tesoros urbanos que la mayoría de los caraqueños desconoce.

Pocos también saben que dentro del Jardín se encuentra la sede de la Fundación Instituto Botánico de Venezuela Tobías Lasser, institución dirigida al estudio de la diversidad de la vida vegetal de Venezuela. Allí se encuentra depositada la mayor colección de muestras de plantas de todo el país. Colección necesaria para investigar y aprovechar el mayor tesoro de Venezuela: su riqueza natural.

Pero sobre todo un sitio donde se incuba el futuro del país.

¿Qué tiene que ver el futuro con coleccionar paja seca? 

La mayoría somos conscientes que la dependencia del petróleo ha sido uno de los mayores males de Venezuela. Asimismo que en la actualidad los combustibles fósiles están dejando de ser los motores de la economía global y que por ello muchos países se están preparando para dejar de depender de esos combustibles para cubrir sus necesidades de energía.

Y entonces, qué va a ocurrir en Venezuela cuando el petróleo pierda gran parte de los mercados actuales por razones ambientales, así como económicas y políticas.

Venezuela deberá realizar una transición hacia una economía post-petrolera. Es decir a una economía donde existan fuentes de divisas, trabajo y prosperidad que surjan de actividades distintas a la explotación de los combustibles fósiles.

Somos un país rico en biodiversidad. En nuestro territorio existen organismos vivos, paisajes y ecosistemas capaces de sustentar nuestra economía y desarrollo humano.

Las opciones son muchas: Turismo sustentable; nuevos rubros alimenticios, farmacológicos e industriales; producción limpia de energía y muchas posibilidades más. Además bosques ricos, mares sanos y ciudades verdes, serán nuestra primera línea de protección contra amenazas tales como el cambio climático, las epidemias globales y el hambre.

Por ello, algunas de las profesiones y oficios más importantes del futuro en Venezuela estarán relacionadas con la biodiversidad. Los que la conozcan, estudien y sepan aplicar ese conocimiento estarán en la vanguardia de la transformación del país.

Es por eso que el Instituto Botánico y las personas que allí trabajan son parte de nuestra apuesta al futuro.

Pero todo ese potencial está a punto de perderse.

Una catástrofe continuada

El Instituto Botánico y el JBC están siendo sometidos a un ataque sistemático y criminal.

A sus dificultades crónicas de falta de presupuesto y problemas laborales, se unió un proceso continuo de saqueo que parece estar dirigido a  su desmantelamiento final.

Foto tomada de El Universal
No es posible describir con palabras el nivel de daño que ha sido producido hasta ahora. Todos sus equipos, vehículos, mobiliario y material de trabajo han ido desapareciendo con saña inimaginable. Y la destrucción continúa.

Las causas de la devastación son múltiples y conocidas. Entre otras: el odio e irrespeto a toda institución productora de conocimiento, el hampa impune y apoyada y la total negligencia e indiferencia de unas autoridades que abandonaron la institución a las fuerzas de la destrucción.

Trabajar en esas condiciones parece prácticamente imposible. No existen condiciones mínimas de trabajo y la motivación y ánimo del personal es continuamente devastado por el efecto pernicioso de una destrucción sólo comparable con las consecuencias de una guerra.

A pesar de todo ello, tal como esas plantas que se empeñan en crecer en sitios insólitos, un grupo de
trabajadores aún siguen tratando de parar el derrumbe de la institución.

Hay muchas formas de hacer resistencia ante la destrucción de nuestro país. Esta es de las más heroicas que he visto.

El desierto puede florecer

El desierto de Atacama en Chile, es el más seco del mundo. Allí la vida debe ser muy dura para poder adaptarse a esas condiciones extremas. Cada cierta cantidad de años, ocurren lluvias importantes en la región y el desierto se cubre de flores. Es un espectáculo extraordinario.

Imagen tomada de ABC Color
Como las flores del desierto de Atacama, en este momento en el país y en todo el mundo está floreciendo la fuerza, resistencia y solidaridad de los venezolanos.

Por ello, desde hace más de un mes decenas de voluntarios se reúnen todos los sábados en el Jardín Botánico de Caracas para ayudar con su limpieza y mantenimiento.  

Asimismo, varios comunicadores sociales han dado a conocer y denunciar la situación del JBC.

Recientemente, me reuní con un grupo del personal de la Fundación Instituto Botánico de Venezuela. Estoy ayudando a tender un puente entre venezolanos en todas partes del mundo que quieren apoyar al país y una institución que necesita urgentemente todo apoyo y solidaridad.

Foto tomada de El Universal
Hablamos de estrategias para captar fondos urgentes para evitar que se profundice el desastre. Pero
principalmente hablamos de esperanza. Queremos prender una pequeña luz en el medio de la oscuridad.

Se necesita de mucha más ayuda. Se requiere de gente con ideas y ganas de ponerlas a funcionar. Pero principalmente de personas que crean que nuestro país y nuestra ciudad merecen un espacio como el JBC donde florezca el país y fructifique el conocimiento necesario para reconstruir la Venezuela que necesitamos.

Incorpórate

Si usted desea apoyar al JBC con las jornadas de mantenimiento, por favor contacte con la Lic. Yaroslavi Espinoza <yespinoz04@gmail.com>. Se necesitan muchas manos, herramientas de jardinería y ganas de trabajar.

Si además quiere apoyar con ideas para rescatar nuestro potencial como país sustentable, por favor escriba a la Dra. Ana Herrera <instituto.jardin@gmail.com>  Necesitamos gente con propuestas concretas sobre como montar un esquema de captación rápida de fondos mediante el apoyo de mucha gente (crowdfunding) y una estrategia de largo plazo para la sustentación de la institución.

Muchas gracias de antemano. Estoy seguro que la Palma de Ceilán que sembraron al lado de la anterior, un día florecerá y será un regalo para todos.