miércoles, 21 de abril de 2021

El Acuerdo de Escazú una necesidad para defender los derechos humanos ambientales en Venezuela

 


¿Has oído hablar del Acuerdo de Escazú aquí en Venezuela? ¿Sabes de qué se trata? ¿Sabes por qué en Venezuela el gobierno no habla de ese tratado internacional de derechos humanos?

Comencemos diciendo que hoy 22 de abril de 2021, en el contexto del Día de la Tierra, entrará en vigencia el Acuerdo Regional sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe, conocido como Acuerdo de Escazú.

¿De qué trata ese Acuerdo?

Este tratado internacional de derechos humanos tiene como objetivo garantizar la implementación plena y efectiva en América Latina y el Caribe de los derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en aquellos procesos de toma de las decisiones en entorno ambiental y al acceso a la justicia en el ámbito ambiental. 

Adicionalmente, incluye disposiciones específicas para que los Estados protejan a los defensores y defensoras de derechos humanos en materia ambiental e incorpora un enfoque de derechos para pueblos indígenas y poblaciones en situación de vulnerabilidad, con disposiciones para favorecer el acceso de estos grupos al acceso a la información, la participación y el acceso a la justicia.

Para lograr estos objetivos el Acuerdo establece que los Estados deberán implementar medidas orientadas a mejorar su institucionalidad, mecanismos para administrar su información, optimizar procedimientos de toma de decisiones incorporando, además, enfoques de interculturalidad y género, y potenciar la administración de justicia para la prevención y atención de daños ambientales o derechos ambientales.

¿Y Venezuela?

El proceso de desarrollar este Acuerdo fue bastante largo. El mismo se inició en el año 2012 en el contexto de la Cumbre de Río +20. En la misma, un grupo de países de América Latina y el Caribe suscribieron a la Declaración sobre la Aplicación del Principio 10 de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo

El Principio 10 forma parte de la Declaración de Río y establece que el desarrollo sostenible es mucho más factible si los ciudadanos tienen acceso a información, a mecanismos de participación y a procesos judiciales adecuados en temas ambientales que les afectan.

Ya desde ese momento el gobierno de Venezuela decidió no participar en ese proceso. Hasta este momento no existe información sobre las razones específicas para ello. Cuando consultamos en una ocasión a una funcionaria de alto nivel del Ministerio de Ecosocialismo, su respuesta fue: “Esa es una decisión política”.

A partir de ese momento los países que formaron parte de ese proceso iniciaron un largo y difícil proceso de negociación. Muchos países tenían dudas sobre cómo ese tratado podía afectar intereses económicos de los gobiernos. A la vez que podían ser señalados como violadores de derechos humanos debido a los asesinatos y persecuciones que sufren los defensores y defensoras de derechos ambientales  en la región.

El proceso logró avanzar debido al esfuerzo de un grupo importante de organizaciones de la sociedad civil de Latinoamérica, que con el apoyo de organizaciones internacionales lograron crear la presión política suficiente como para avanzar hasta que se logró un acuerdo definitivo. 

En marzo de 2018 en la localidad de Escazú en Costa Rica finalmente se logró consensuar un texto definitivo. En ese momento firmaron 24 países de América Latina y el Caribe. 

Este logro estuvo a punto de perderse, ya que varios de los países firmantes decidieron no ratificar ese instrumento. En otros países, los pesados laberintos de las burocracias Estatales y las difíciles negociaciones políticas hicieron muy lento el proceso de ratificación. 

A pesar de ello, con el trabajo de muchas organizaciones de la sociedad civil se logró alcanzar la meta de que al menos doce países lo ratificaran, número suficiente como para que el instrumento pudiera entrar en vigencia.

En este momento, los países que lo han ratificado son: Antigua y Barbuda, Argentina, Bolivia, Ecuador, Guyana, México, Nicaragua, Panamá, San Cristóbal y Nevis, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Uruguay.

Quizás sea innecesario decir que el gobierno venezolano no sólo no participó en este proceso, sino que ignoró todo llamado a que participara en el mismo.

¿Cómo nos afecta que Venezuela no forme parte de ese Acuerdo?

Los informes de las organizaciones que en Venezuela defienden el derecho de toda persona de buscar y recibir información en poder del gobierno establecen que en Venezuela la censura y la opacidad informativa son políticas de Estado.

En tal sentido, los venezolanos caminamos a ciegas en relación con una cantidad de situaciones ambientales en las cuales no tenemos ninguna información. Muchas de ellas fundamentales para el desarrollo social y económico del país, incluso para la salud de la población. 

En el país desconocemos totalmente temas como la disponibilidad y calidad del agua en cada localidad del país, los niveles de contaminación del aire, las previsiones sobre los cambios en los patrones meteorológicos, los procesos de ordenación territorial, las políticas para la conservación de la biodiversidad, las estrategias para prevenir los efectos del cambio climático, etc.

Sin esa información es imposible lograr el desarrollo social y económico del país. Sin acceso a la participación los procesos de tomas de decisiones estas serán siempre arbitrarias y dependerán únicamente de la discrecionalidad de los funcionarios y las presiones de los intereses económicos. Quizás esta última es la verdadera razón detrás de la negativa del gobierno de Venezuela a asumir esas obligaciones.

Pero quitarnos esos derechos es condenarnos a la pobreza y el derecho a construir nuestro futuro.

Por eso, lograr que Escazú sea asumido por Venezuela y los venezolanos debe ser nuestra bandera.

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Si están interesados en tener acceso al documento del Acuerdo lo pueden conseguir en este enlace

6 comentarios:

  1. Uno no puede opinar por otro, pero es incongruente que Venezuela con un gobierno que tiene un ministerio de ecosocialismo, que sus recursos explotados por siglos por las potencias de su momento. Con idearios Bolivarianos de Conservación NO CELEBRE ESTE ACUERDO. Es un negativa super sospechosa.

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  2. Y DE TAN AMBIENTALISTA QUE SE LA TIRAN, QUE PASA EL EL ARCO MINERO, EN LA SIERRA DE PERIJA Y EN LA PLATEADA EN MERIDA ?

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  3. Y DE TAN AMBIENTALISTA QUE SE LA TIRAN, QUE PASA EL EL ARCO MINERO, EN LA SIERRA DE PERIJA Y EN LA PLATEADA EN MERIDA ?

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  4. Debemos recordar que la cumbre Rio +20 fue cooptada por la agenda de los biocombustibles, la economía de la biomasa y un oximoron que llamaron capitalismo verde. Es el capitalismo marrón el que Alejandro denuncia en sus preocupaciones, calidad del agua, calidad del aire, pérdida de la biodiversidad, contaminación de los océanos, etc. En ese sentido, comparto que cualquier iniciativa de acuerdos de una cumbre tan corporativa era por lo menos suspicaz.

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  5. Creo que Colombia y Venezuela tienen que adscribirse al Acuerdo de Escazú: una necesidad para defender los derechos humanos ambientales en Venezuela... y no sólo ambientales: sino socio ambientales.
    Y en Venezuela,
    - promover las redes locales y regionales de universidades asociadas con los sistemas educativos y comunidades, para tender en paz a tener vecindades comunidades y parroquias sostenibles por autogestión;
    - recuperando bosques y saneando y manejando integralmente cuencas y microcuencas, produciendo nosotros mismos nuestros alimentos;
    - aprendiendo y enseñando en el reto intergeneracional permanente a mayores y adultos porque la educación es permanente, y en especial a los jóvenes en su interfase joven-adulto hasta la fase 24-32 años cuando de lleno entran al momento de ser adultos responsables: porque son la generación de relevo por una vida sana con calidad humana,
    - en donde los menores de 12 años y los que no han nacido son las generaciones futuras, y merecen recibir un mundo con ecosistemas en proceso de recuperación y preparados a hacer frente a dificultades que se van a presentar en el resto del siglo XXI y parte del XXII (como la estabilización del clima, que se estima será en 100 años),
    - a medida que nos despedimos del Holoceno, la era geológica de los últimos 10.000 años cuando con la desglaciación, el hombre salió de las cavernas, y no éramos 10 millones de personas
    - y nos adentramos en el Antropoceno, que comenzó a mediados del siglo XX, en la cual los humanos, que ya vamos para 10.000 millones de personas (debemos estabilizarnos ¿no? dos hijos por pareja, para realizarnos como padre y madre: Y ESO REQUIERE UNA EDUCACIÓN PROFUNDA A TODOS): pues el desorden demográfico hace que cada vez más se afectan los ecosistemas del planeta que tienen un límite de explotación (hay límites al crecimiento, demostró el Club de Roma en 1972), por lo que es nuestra obligación, no perder más tiempo y aprender y enseñar nuestra obligación y responsabilidad: aprender a recuperar y conservar ecosistemas y enseñarlo para legar un mundo mejorando a nuestros descendientes... y ganarnos el cielo. Amén.

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