jueves, 20 de diciembre de 2018

Resultados de la COP24: Pocos logros globales y muchas dudas venezolanas


Riesgo Climático por país Tomado de: forajidosdelanetwar.wordpress.com


Comparto el enlace a la nota de prensa publicado por la oficina de prensa del Secretariado de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCC por sus siglas en inglés) titulada "Se abre una nueva era para la acción mundial sobre el clima bajo el Acuerdo de París" mediante la cual resumen el principal acuerdo alcanzado por los países parte de la UNFCC en la recién finalizada región de las Partes 24 (COP24) realizada en Katowice Polonia.

En esta reunión cumbre representantes de 197 países, luego de muy largas y difíciles negociaciones, lograron aprobar un documento denominado "libro de reglas" que define los procedimientos y mecanismos de comunicación y transparencia necesarios para poner en práctica los objetivos establecidos por el Acuerdo de París.

Este documento establece las reglas para que los países informen sobre los avances nacionales en el logro de los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático que se comprometieron a alcanzar durante la COP19 en París, a través de los documentos conocidos como contribuciones determinadas nacionales (NDC) Asimismo define directrices de transparencia para estas comunicaciones, establece nuevos objetivos de financiamiento, así como de transferencia de tecnología entre los países.

El documento final sólo incluye una referencia al informe científico del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) en el cual se exhorta a los países a realizar cambios “urgentes y sin precedentes” para limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5 grados.

Toda la negociación para llegar a este acuerdo estuvo​ lastrada por los intentos de diversos países, principalmente productores de petróleo y de carbón por imponer una renegociación de los objetivos planteados en el Acuerdo de París y de desconocer los resultados del último informe del IPCC. Ni siquiera el cuestionamiento moral a los negociadores presentes por parte de una niña de quince años logró faciilitar las negociaciones y generar los cambios ambiciosos que exige el informe del IPCC.


¿Y Venezuela?

En el caso de Venezuela la delegación del país funcionó, como de costumbre, a partir de las políticas de Estado de opacidad informativa y uso del cambio climático únicamente como discurso de confrontación política internacional (ahora este últimamente muy desinflado por la pérdida del "encanto" que se vio envuelto el país de ser un "adalid" de la sociedad civil en estas cumbres)

Debido a ello, prácticamente no se divulgó ninguna información sobre la composición de la delegación, ni su posición, más allá de escasas declaraciones emitidas por el ministro de Ecosocialismo en su cuenta de Twitter. Declaraciones estrictamente políticas y que no dieron cuenta de ningún esfuerzo del país por establecer acuerdos y alianzas que permitan alcanzar al país sus objetivos de país en materia de cambio climático.​ Mucho menos, estas personas parecen recordar que fue la delegación venezolana la que abogó para que se incluyera en el preámbulo del Acuerdo de París​ la directa alusión a la relación entre el cambio climático y los derechos humanos y la obligación de las Partes a respetarlos.

Tampoco parece que es preocupación gubernamental el hecho de que el país es cada vez más vulnerable a los efectos negativos del cambio climático (ver la imagen arriba) y que este fenómeno ya comienza a incidir sobre la emergencia humanitaria compleja que está ocurriendo en nuestro país.

Será necesario seguir avanzando en la construcción de capacidades nacionales que permitan asumir las complejas decisiones y acciones referidas al cambio climático en el contexto de una futura transición política nacional.

Por último, deseo a todos los lectores de este Blog a tener la mejor de todas las navidades posibles dentro de nuestro difícil contexto.

sábado, 15 de diciembre de 2018

Noticias de Katowice y su reflejo sobre Venezuela





Recientemente fue publicado en El País de España el artículo "¿Por qué un informe científico puede hacer fracasar la cumbre contra el cambio climático?" escrito por Manuel Planelles.

El mismo nos alerta como los intereses de países como Arabia Saudita y los Estados Unidos pueden no sólo hacer fracasar la COP24 que actualmente se está realizando en Katowice, Polonia, sino incluso hacer perder mucho del esfuerzo logrado con el Acuerdo de París durante la COP21 en el 2015.

En este caso el ataque es aún más peligroso, porque no sólo va dirigido a complicar las negociaciones, sino a poner en duda a toda la base científica del cambio climática resumida en el último informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático por sus siglas en inglés) 

Si estos países tienen éxito en su trabajo de descalificación de la ciencia detrás de los acuerdos climáticos, se verá en peligro toda posible gobernanza que pueda permitir avanzar hacia un mundo en el que podamos superar los retos que nos plantea este fenómeno global.

¿Y a los venezolanos deberían importarnos estas situaciones?

Venezuela es un país muy vulnerable a los efectos negativos derivados del cambio climático. 

Las predicciones existentes sobre este fenómeno basadas en modelos cuantitativos climáticos predicen una disminución de la cantidad de agua caída por precipitación, lo que llevará a aumentar aún más la crisis hídrica existente en el país. 

Igualmente, de forma aparentemente contradictoria, se espera un incremento de fenómenos como tormentas, inundaciones, deslaves y derrumbes catastróficos. 

Otros fenómenos posibles pueden ser la expansión de enfermedades transmitidas por insectos tales como malaria, dengue, zika y otros, a lugares que previamente nunca existieron previamente, así como a la inundación de costas bajas por el aumento del nivel del mar. 

Parece que sí, debería importarnos.

También estos temas deberían ser de nuestra incumbencia debido a que, un dramático reflejo de las políticas de la gestión de Donald Trump contra la ciencia, el gobierno de Venezuela ha venido realizando una campaña de destrucción de la ciencia y las universidades venezolanas, haciendo cada vez más difíciles que los venezolanos podamos tener información científica sobre los efectos del cambio climático en el país, al igual que en la capacidad de nuestro país para formar personal en todas las áreas del saber necesarias para afrontar los retos derivados de este fenómeno.


¿Y el gobierno venezolano está actuando para cumplir con su obligación de protegernos como ciudadanos de estos efectos?

Según el ministro de ecosocialismo "Venezuela está a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático", pero ya el gobierno acumula 9 años de retraso en la implementación de la Ley Gestión Integral de Riesgos Socionaturales y Tecnológicos del 2009, que establece la realización de un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climática. Aún más a pocos meses de finalizar la vigencia del "Plan de la Patria" no se han cumplido ninguno de los objetivos presentes en ese instrumento relacionados con este fenómeno.

Y esa actitud continúa sin cambios. Actualmente el ministro del Poder Popular para el Ecosocialismo, Heryck Rangel presente en la COP24 ha realizado una serie de declaraciones, todas ellas de índole política, sin ninguna consideración de tipo técnico y mucho menos relacionadas con las políticas públicas venezolanas en materia de cambio climático. Aún más, recientemente el gobierno nacional anunció nuevas medidas de protección de los glaciares en el Parque Nacional Sierra Nevada referida a manejo de desechos sólidos y de restricciones al acceso a los mismos por parte de excursionistas sin mencionar para nada las advertencias de que Venezuela puede ser el primer país de la región que puede perder sus glaciares de montaña producto del cambio climático. 

Asimismo, ninguno de los funcionarios del gobierno hablan de los compromisos asumidos por el Estado venezolano con respecto a mitigación y adaptación al cambio climático. Ni mucho menos de los temas "Voldemore" para ese ministerio: deforestación derivada tanto de la minería ilegal, como "legal", así como la quema de gas derivado del petróleo ¿O eso no tiene nada que ver el cambio climático?.

Obviamente sin una respuesta social que nos lleve al cambio de las políticas actuales en este tema a Venezuela no es que le cayó coquito, sino hasta la plaga que no estaba en los textos bíblicos: El cambio climático.

miércoles, 8 de agosto de 2018

Amazonas, inundada de olvido | Héctor Escandell



Imagen tomada de elpitazo.com


Comparto este texto de Héctor Escandell publicado en el portal Punto de Corte, que más que un artículo de prensa es un grito de alerta, desesperación y horror.

El sur de Venezuela está muriendo. No como consecuencia de las crecidas de sus ríos que este año parecen querer borrar tanta desidia y crimen para intentar recomenzar el ciclo de la vida y los caminos de la historia de nuevo. Las inundaciones son únicamente la consecuencia final de una política del abandono. Abandono de la planificación, de la gestión territorial, de la protección ambiental contra los crímenes de la minería y la deforestación, pero principalmente del abandono de todo intento de proteger, respetar y realizar los derechos humanos de las personas que vivimos en Venezuela.

En el fondo, ello parece nacer de un deliberado intento de destrucción y saqueo a una escala que jamás se vivió previamente en Venezuela.

Creo que es necesario mostrar y difundir este horror.

En un futuro debemos construir una Venezuela basada en la democracia, el respeto a los derechos humanos y de la Tierra, la responsabilidad en todos nuestras acciones y el amor por nuestro país. Ese país aún en el sueño, jamás deberá olvidar lo que estamos viviendo para que los que vengan atrás no vuelvan a pasar por esto.

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[CRÓNICAS DE HÉCTOR ESCANDELL] AMAZONAS, INUNDADA DE OLVIDO


Caracas, 6 de agosto de 2018.

Por: Héctor Ignacio Escandell Marcano.
@hescandell 

La inundación y el olvido empezaron mucho antes. Las lluvias apenas muestran la penosa consecuencia.

Los ríos crecen y se llevan todo a su paso. Las casas, los conucos, las escuelas, los sueños, los anhelos y la esperanza de los más olvidados de este país.

Llueve a cantaros y el Orinoco se transforma en lo que es, un océano marrón que cubre la selva y sus misterios. También desnuda la improvisación y la ineptitud de los gobiernos que han pasado por el sur.

Escribir de Puerto Ayacucho es para mí todo un reto. En sus calles -hoy inundadas- pasé la mayor parte de mi vida. En ese pueblito de pocas avenidas y escasos servicios fui verdaderamente feliz. Ahí estudié, me enamoré por primera vez, hice amigos y conocí la magia de la radio. En el Puerto me hice amazonense. Hoy veo su decrépito rostro y me asusto. Lo desconozco casi por completo.

De los años 90 no queda nada o queda muy poco. Los balnearios son inseguros e inalcanzables por la escasez de gasolina. Los otros seis municipios son verdaderos territorios inhóspitos -tierra de mafia y minería-. Ya no hay ni rastro de los automercados pujantes y de los hoteles que evidenciaban la intención de ser un paraíso turístico. De aquella época recuerdo los tres vuelos diarios llenos de turistas deseosos por conocer las maravillas que esconden los cuatro parques nacionales, los diecinueve monumentos naturales, los ríos y el misterio de los pueblos indígenas. Hoy, apenas un vuelo a la semana mantiene la comunicación con Caracas. No hay más.

Hace una semana recorrí los más de 700 kilómetros que separan a Puerto Ayacucho de la capital de la república. La carretera es una evidencia de la destrucción y el olvido, por Guárico se ven las ruinas del ferrocarril, por Apure los hatos desolados, las incontables alcabalas y los deprimidos caseríos que sobreviven a punta de terquedad y arraigo.

Al final de la ruta todavía está “la chalana”, un ferri improvisado a mediados del siglo XX que es la única forma de cruzar desde Puerto Páez (Apure), hasta El Burro (Bolívar). Un planchón oxidado, arrastrado por un barco, sigue siendo el medio transporte para quienes desean llegar al Sur de Venezuela. En el olvido quedó el proyecto de construir un puente que se elevara sobre los ríos Meta y Orinoco.

Después de catorce horas y de admirar la belleza de los llanos en su máxima expresión, llegamos a la capital del estado Amazonas. Sus calles están todas rotas, no hay alumbrado público, no hay señal de celular y mucho menos datos para navegar en internet. En los años 90 al menos había teléfono. Ahora se robaron los cables y la comunicación es privilegio de pocos.

¿Amazonas es Venezuela?

Las últimas lluvias han causado inundaciones dejando a más de diez mil familias damnificadas en Puerto Ayacucho. Barrios viejos y nuevos están bajo las aguas. No hay quién haga nada. La “planificación” urbanística quedó al descubierto. La mediocridad y el populismo hoy están ahogados. Las construcciones en zonas cercanas a los ríos demuestran la piratería de las instituciones del Estado.

En Puerto Ayacucho nada funciona

Mi compañero de viaje estaba sorprendido con la oscurana, los huecos gigantes en la vía y la escasez de todo. “No sé qué mostrarte, no sé para donde llevarte”. Le dije mientras esquivábamos el peligro de la noche por calles desconocidas. En la Plaza Bolívar nadie pasea, los novios ya no se exponen y los vendedores de helados y perros calientes desaparecieron. “Desde que empezaron a matar gente ya nadie sale a la plaza”, me dijo un viejo amigo. Me insinuó que está en marcha una operación limpieza que ha dejado en las esquinas a cientos de personas con un balazo. Todo el mundo sabe quiénes son los autores, pero nadie se atreve a  delatarles.

Las minas del horror

Cuando comencé a preguntar por viejos conocidos la respuesta fue que estaban en las minas. Sacando oro, coltán y otros minerales que parecen sembrados en la espesura de la selva. En el municipio Atabapo -frontera con Colombia-, los campamentos mineros destruyen a diestra y siniestra los bosques y los ríos. Los peces ya están contaminados con mercurio y una mancha amarilla amenaza con matar toda la biodiversidad de la zona. El olvido, la indiferencia y la complicidad amenazan la vida del mal llamado pulmón vegetal del mundo.

En plena selva también se ocultan los horrores de la prostitución, la trata de personas, el sicariato, el contrabando, el narcotráfico, la malaria y el VIH sin tratamiento ni control.

El gobierno insiste con la mentira de la minería ecológica. Eso no existe y Amazonas es una muestra de ello.

Inundados de olvido

Después de casi tres días en Puerto Ayacucho regresé con la tristeza de dejar a mi familia en medio de la nada. Aterrorizado por el deterioro crónico de mi ciudad.

De vuelta a la chalana, el río le había ganado otros varios metros al pueblo de El Burro y hasta el puesto de la Guardia Nacional estaba bajo las aguas. El carro se mojó más que tres días antes. Un día después supe que el paso fue suspendido porque el planchón no tenía donde atracar.

Las miles de personas que hoy están damnificadas son un reflejo de la indolencia y el descuido.

En el camino -entre Puerto Páez y Las Macanillas- solo se escucha la Radio Nacional de Colombia y la radio de la Fuerza Armada Nacional de Colombia. ¿Qué pasó con la soberanía y el patriotismo?, ¿acaso el sur de Apure, Bolívar y Amazonas no son parte de Venezuela?

Como dije antes, escribir sobre Amazonas es un reto muy complicado para mí. Por lo que viví y lo que ahora veo. Las inundaciones de estos días hacen que el lente de las cámaras se posen sobre El Muelle y El Bajo, pero nadie mira más allá. Pocos observan y protestan por la destrucción de la capital más joven de este país.

P.D. La sostenibilidad de este país pasa por el sur. Allá está el agua y el aire. Cuando se acabe el petróleo y el oro los veré pidiendo cacao, mañoco y pescao.

Para ir al artículo original marque aquí

jueves, 8 de febrero de 2018

¿Minería de oro en el estado Carabobo? Que se sabe hasta ahora






“Muchas canciones de enanos son variaciones sobre “oro, oro, oro”, pero todo radica en la inflexión.” 
Terry Pratchett “Soul Music”



El control de las actividades susceptibles de degradar el ambiente es uno de los procesos más importantes en la gestión ambiental de un país. Este proceso permite disminuir o evitar los daños al ambiente y el disfrute de los derechos ambientales de los ciudadanos.

Para lograr estos fines es necesario realizar acciones dirigidas a la prevención, vigilancia, examen, control, fiscalización, sanción y represión de las acciones u omisiones que directa o indirectamente sean susceptibles de degradar el ambiente y los recursos naturales renovables, tal como lo expresa el Reglamento de Guardería Ambiental de 1990 (las negrillas son mías)

Estas ideas parecen ser el contexto conceptual y legal detrás de un suceso ocurrido el 1ro de febrero pasado. En esa fecha se realizó una operación de represión sobre grupos de personas que estaban realizando labores de minería ilegal en el estado Carabobo y Cojedes.

Vamos a hacer un recuento de lo que hasta este momento se sabe sobre esta situación y las preguntas que aún quedan por responder.


El suceso

Según una nota de prensa emanada del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas (MINEA), el pasado 1º de febrero se realizó la “Operación Relámpago Dorado 2018” en los estados Carabobo y Cojedes. Mediante la misma fueron desalojados un grupo de personas que de manera ilegal realizaban labores de explotación de oro en los sectores Chirgua, El Torito, La Lagunita del municipio Libertador de Carabobo y Tinaquillo en Cojedes. (Las negrillas son mías)

No hay manera sencilla de parafrasear las características y magnitud de esa operación, así que lo mejor es copiar directamente las declaraciones del  Almirante Giuseppe Alessandrello, Comandante de la REDI Central recogidas en la nota antes mencionada:  “durante esta operación participaron 932 combatientes pertenecientes a la Infantería de Marina, Ejército Bolivariano, Guardia Nacional Bolivariana, la Aviación Militar Bolivariana con 4 unidades de ala rotatoria, con el apoyo de los organismos de seguridad del estado como SEBIN, CICPC, Policía Nacional Bolivariana (PNB), Policía de Carabobo y personal de los Ministerios del Poder Popular para Minería Ecológica y Ecosocialismo y Aguas”. (!!!)



El objetivo de la operación

El ministro del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas, Coronel (Aviación) Ramón Velásquez Araguayán, indicó que  “con esta acción que estamos ejecutando estamos evitando que los daños ambientales, producto de esta actividad ilegal, se reflejen en la sedimentación y colmatación de los embalses y que afectan la producción de agua potable”. Asimismo, explicó que las personas realizaban la actividad minera en áreas que corresponden a la Cuenca del Pao, que surte de agua los principales embalses de Carabobo y Cojedes, desde donde se surten de agua más de cuatro millones de habitantes del centro del país.

Pero por otra parte, el Comandante de la REDI Central Almirante Giussepe Alessandrello declaró que el objetivo de la operación era: “reubicar, controlar y censar” a aquellos que ejecutan labores de minería ilegal en los estados Carabobo y Cojedes. (Las negrillas son mías)


Resultados de la operación

Según el reporte de prensa, la acción tuvo como resultado: la “detención de aproximadamente 3 mil ciudadanos, de los cuales hay 80 indocumentados, tres extranjeros, 54 menores de edad, 155 féminas entre ellas 3 embarazadas, así como la incautación de 6 armas de fuego y 3 mil 400 herramientas e implementos para la utilización en la extracción de minerales metálicos en el lugar” (!!!)

La cifra de detenidos previamente indicada parece no ser precisa, ya que por su parte el Almirante en Jefe Remigio Ceballos Ichaso, expresó que durante la operación se detuvieron aproximadamente 1.100 personas, de las cuales se encontraron más de 500 indocumentados.

Hasta el momento nadie ha explicado esta discrepancia de casi 2000 personas, ni ha dado un número definitivo de ¿desalojados, detenidos, reubicados?

Igualmente, el Comandante de la REDI Central declaró que había conseguido “un centro de acopio que fue retirado del área”. No es para nada claro a qué se refería este funcionario militar con esta información (¿un centro de acopio de minerales extraídos?).

Asimismo, con respecto a las “detenciones”, el ministro del MINEA declaró que “durante esta operación fueron garantizados todos los derechos humanos de las personas que ilegalmente estaban ejecutando esta actividad de minería”.


Evaluación de los daños ambientales existentes en la zona

Hasta el momento, parece no haber ninguna evaluación formal sobre los daños ambientales que se hubiesen producido en la zona a consecuencia de la actividad minera. A pesar de ello, las fotos publicadas junto a la  nota de prensa emanada del MINEA parecen mostrar graves daños en las riberas de los ríos de la zona similares a las observadas en otras explotaciones ilegales de oro al sur de Venezuela.

Foto: Prensa MINEA
En este sentido, el ministro del MINEA informó que: “Entre las acciones que ejecutarán el Minea y el Ministerio del Poder Popular para Minería Ecológica está la evaluación ambiental y establecer los mecanismos para resarcir los daños en concordancia con el Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria”.

Asimismo, según las autoridades militares que participaron en la operación no fue detectado presencia de mercurio en la zona.


Esta información parece contraponerse a reportes previos de actividades mineras que se estaban realizando en la zona. Una de ellas relata: “Hoy en día se pueden ver cientos de personas en Tocuyito, en todas sus riveras, excavando arena, echando químicos inventados por ellos mismos, mezclas extrañas producto de su ingenio.” (Las negrillas son mías). Otro de los denunciantes asegura que: La práctica de la minería tiende irremediablemente a depredar al medioambiente, el río “El Torito” está sufriendo cambios de curso, la contaminación por productos químicos y otros desechos…” (Las negrillas son mías).


Un poco de contexto

Para intentar entender la situación detrás de esta noticia quizás vale la pena revisar algunos aspectos que le dan contexto a la misma:

a. ¿Oro al norte de Venezuela?
Cuando fue conocida esta información muchas personas manifestaron sorpresa por la existencia de explotaciones de oro en la región norte central del país.

Con respecto a esta situación, desde el período de la Conquista española de este territorio existen referencias a minas de oro en la zona. En una crónica de la época se indica que las que las minas de la quebrada de Barreda y el río Chirgua “son muchas y son muy buenas” (La Minería en Nueva Granada 1500-1810, pg. 85)

Otro documento narra que: “Juan de Villegas (un conquistador y colonizador español del siglo XVI) descubrió en Chirgua una mina de oro y empezó a explotarla después de tomar posesión del valle, que pasado el tiempo sería de sus descendientes”

Los rendimientos de estas minas fueron escasos y posteriormente fueron abandonadas y no hay información posterior sobre nuevas actividades mineras hasta fechas recientes. Una posible razón del poco interés en el oro existente en la zona fue posiblemente los bajos tenores de oro, estimados en menos de 2 g/Tn. Por lo cual, según información suministrada por el Ing. Luís Jiménez, la extracción del oro haría necesario remover grandes cantidades de suelo y rocas y posteriormente usar mercurio en una proporción superior 5:1.

Posiblemente la explotación de este oro se hizo rentable recientemente debido a los precios actuales del oro en Venezuela, el cual según algunas fuentes oscila entre 7,6 millones y Bs. 8,1 millones el gramo.

b. ¿Las denuncias sobre esta situación son nuevas?
Por lo visto el único organismo que aparentemente desconocía la situación era el MINEA, ya que desde al menos dos años existe información en prensa sobre los graves daños ambientales y a la producción agrícola local producida por la minería ilegal en la zona donde se produjo la operación reciente. Es necesario aclarar que el territorio afectado por esta actividad está situado en un sector  relativamente cercana a la ciudad de Valencia y adyacente al Campo Carabobo, por lo que no es precisamente en una zona inaccesible y lejana de la sede central del MINEA.

Zona aproximada afectada por la minería. Mapa base de Google Maps

Por otra parte, los reportes indican que la misma estaba ocurriendo en una extensa superficie comprendida entre las poblaciones de Chirgua, Lagunita y Tocuyito.

En un artículo de opinión publicado en el Portal Aporrea en octubre de 2017, se describe el crecimiento de la actividad a partir del hallazgo de “pepitas de oro” por parte de un tractorista, hecho que el autor remite a aproximadamente a algo más de dos años atrás.

Según el mismo texto este suceso produjo una especie de “fiebre de oro”, con la consiguiente llegada de cientos de personas impulsadas por las  precarias condiciones de la población producto de la actual crisis económica. Asimismo, denuncia que las zonas explotadas progresivamente pasaron a estar bajo el control de mafias y se aventura a señalar  a funcionarios policiales y a “pranes” de la cercana cárcel de Tocuyito como involucrados en estas actividades.

En otro artículo publicado igualmente en ese mismo año, el autor afirma que existe una red de corrupción y un muro de silencio creado alrededor de las actividades mineras que se estaban realizando en la zona.

Por otra parte, existen reportes de que en enero de 2017 la Guardia Nacional Bolivariana detuvo a varias personas que se dedicaban a la extracción de oro en la zona. Asimismo, posteriormente, en octubre de 2017 la policía municipal detuvo a 235 personas en Tocuyito (municipio Libertador) imputándoseles el delito de extracción de material aurífero. Incluso existe una noticia sobre la muerte de un minero en un accidente en una de las minas.

Más recientemente, el diputado a la Asamblea Nacional Leandro Domínguez denunció que esa actividad ilegal venía ocurriendo desde hace tres años y reiteró las acusaciones de complicidad por parte de diversas autoridades.


Que no se sabe hasta esta fecha

A pesar de que existe alguna información al respecto de este suceso, quedan algunas lagunas de información. Situación que se incremente por la falta de cobertura informativa desde el lugar de los hechos.

Algunas de las mismas son:

  1. ¿Por qué el Ministerio de Ecosocialismo y Aguas no había actuado hasta el pasado 1º de febrero, aun cuando existía ya información previa sobre la presencia de minería ilegal en la zona y ya se habían producido actuaciones policiales?
  2. Uno de los funcionarios militares habla de un “centro de acopio” que fue “retirado” ¿Qué contenía el mismo?
  3. ¿Se justificaba una operación militar tan aparatosa, con participación directa o indirecta de militares de muy alto rango y en apariencia hiperbólica para "reubicar, controlar y censar” a unos mineros ilegales que parecían contar con escaso armamento y estar formados por incluso menores de edad y mujeres embarazadas? ¿Es la “reubicación” la sanción establecida en el caso de delitos ambientales tal como parecen haber ocurrido?  
  4. ¿Cuál fue el número final de personas  aparentemente detenidas durante el operativo? ¿Cuál es su situación actual? ¿Se les ha imputado algún delito? ¿Las mismas siguen detenidas o fueron “reubicadas”? Si lo fueron ¿a dónde las llevaron y en calidad de qué? Además de simples mineros (es decir gente pobre desesperada) ¿fueron capturados o detectados algunas otras personas que según las denuncias previas fuesen delincuentes o funcionarios que controlaban la zona? 
  5. En alguna de las noticias se afirma que a los detenidos se “les respetó sus derechos humanos”. Además de lo particular de que sea necesaria esa aclaratoria, en ninguna de las noticias consultadas se habla de la presencia de funcionarios de la Fiscalía General de la Nación o de la Defensoría del Pueblo órganos que por sus funciones son (o deberían ser) garantes de los derechos de los ciudadanos ¿Estuvieron presentes o actuaron en otro momento posterior a la operación?
  6. Aunque se afirma que no se consiguió mercurio en la zona ¿Es creíble que no hubiese en ese lugar, o algún otro, el mercurio necesario para la refinación del oro extraído de las minas? Si no estaba en la zona ¿Dónde refinaban el oro y en qué condiciones? En el caso de que se encuentre este metal ¿Cuál era su procedencia? Si lo había ¿por qué se oculta esta información?
  7. ¿La acción realizada llevará a una verdadera protección de las cuencas locales o a una simple interrupción temporal en la actividad minera local como ya había sucedido?
  8. Dado lo “rimbombante” y aparentemente efectiva operación militar realizada ¿Por qué no se han usado operaciones similares similares para el control de la delincuencia organizada que padece toda la región? O, aún más, para el control de la minería ilegal al sur del Orinoco y en particular dentro de los Parques Nacionales y otras áreas protegidas ¿O el sur no existe para el MINEA? O al revés ¿EL MINEA no existe al sur del Orinoco?

¿Alguien contestará estas preguntas?

¿Todos seremos mineros?

Recientemente vi imágenes de importantes grupos de personas que hacen “actividad minera” dentro del río Guaire, en la propia ciudad de Caracas. Las entrevistas realizadas a los “mineros” indican que por lo visto es una actividad que logra cierto nivel de ganancias que hace rentable meterse en las contaminadas aguas de ese río.

Foto: El Siglo
Luego de ello y de lo ocurrido en Carabobo, me quedó claro que a medida que la crisis avance la minería cubrirá todos los espacios y terminaremos todos siendo mineros ¿Esta será la intención?

Frente a esas realidades y las oscuras acciones e intenciones de las autoridades, el futuro es aún más difícil de ver.

Definitivamente el oro es un espejo que deforma la realidad de todos los que se miran en el.