lunes, 28 de agosto de 2017

Juntos por la Fundación Instituto Botánico de Venezuela. Una semilla de esperanza





Un jardín es mucho más que un jardín

Hace varios años en el Jardín Botánico de Caracas –JBC– conocí una de las palmeras más bellas del mundo, la palma de Ceilán. Una especie proveniente del sur de la India y la isla de Ceilán (Sri Lanka) que los botánicos denominaron Corypha umbraculifera.

Además de su belleza y porte extraordinario, tiene una característica excepcional: sólo florece una sola vez en su vida. Al alcanzar una edad entre los 40 y 80 años produce una enorme inflorescencia en forma de paraguas. Luego de la floración y fructificación la planta muere.

En el año 2003, la que estaba sembrada en el JBC floreció. Mucha gente enmudeció de asombro y fascinación por el extraordinario espectáculo visible incluso desde fuera del jardín.

Eso ocurrió en uno de los sitios más bellos de Caracas, uno de esos tesoros urbanos que la mayoría de los caraqueños desconoce.

Pocos también saben que dentro del Jardín se encuentra la sede de la Fundación Instituto Botánico de Venezuela Tobías Lasser, institución dirigida al estudio de la diversidad de la vida vegetal de Venezuela. Allí se encuentra depositada la mayor colección de muestras de plantas de todo el país. Colección necesaria para investigar y aprovechar el mayor tesoro de Venezuela: su riqueza natural.

Pero sobre todo un sitio donde se incuba el futuro del país.

¿Qué tiene que ver el futuro con coleccionar paja seca? 

La mayoría somos conscientes que la dependencia del petróleo ha sido uno de los mayores males de Venezuela. Asimismo que en la actualidad los combustibles fósiles están dejando de ser los motores de la economía global y que por ello muchos países se están preparando para dejar de depender de esos combustibles para cubrir sus necesidades de energía.

Y entonces, qué va a ocurrir en Venezuela cuando el petróleo pierda gran parte de los mercados actuales por razones ambientales, así como económicas y políticas.

Venezuela deberá realizar una transición hacia una economía post-petrolera. Es decir a una economía donde existan fuentes de divisas, trabajo y prosperidad que surjan de actividades distintas a la explotación de los combustibles fósiles.

Somos un país rico en biodiversidad. En nuestro territorio existen organismos vivos, paisajes y ecosistemas capaces de sustentar nuestra economía y desarrollo humano.

Las opciones son muchas: Turismo sustentable; nuevos rubros alimenticios, farmacológicos e industriales; producción limpia de energía y muchas posibilidades más. Además bosques ricos, mares sanos y ciudades verdes, serán nuestra primera línea de protección contra amenazas tales como el cambio climático, las epidemias globales y el hambre.

Por ello, algunas de las profesiones y oficios más importantes del futuro en Venezuela estarán relacionadas con la biodiversidad. Los que la conozcan, estudien y sepan aplicar ese conocimiento estarán en la vanguardia de la transformación del país.

Es por eso que el Instituto Botánico y las personas que allí trabajan son parte de nuestra apuesta al futuro.

Pero todo ese potencial está a punto de perderse.

Una catástrofe continuada

El Instituto Botánico y el JBC están siendo sometidos a un ataque sistemático y criminal.

A sus dificultades crónicas de falta de presupuesto y problemas laborales, se unió un proceso continuo de saqueo que parece estar dirigido a  su desmantelamiento final.

Foto tomada de El Universal
No es posible describir con palabras el nivel de daño que ha sido producido hasta ahora. Todos sus equipos, vehículos, mobiliario y material de trabajo han ido desapareciendo con saña inimaginable. Y la destrucción continúa.

Las causas de la devastación son múltiples y conocidas. Entre otras: el odio e irrespeto a toda institución productora de conocimiento, el hampa impune y apoyada y la total negligencia e indiferencia de unas autoridades que abandonaron la institución a las fuerzas de la destrucción.

Trabajar en esas condiciones parece prácticamente imposible. No existen condiciones mínimas de trabajo y la motivación y ánimo del personal es continuamente devastado por el efecto pernicioso de una destrucción sólo comparable con las consecuencias de una guerra.

A pesar de todo ello, tal como esas plantas que se empeñan en crecer en sitios insólitos, un grupo de
trabajadores aún siguen tratando de parar el derrumbe de la institución.

Hay muchas formas de hacer resistencia ante la destrucción de nuestro país. Esta es de las más heroicas que he visto.

El desierto puede florecer

El desierto de Atacama en Chile, es el más seco del mundo. Allí la vida debe ser muy dura para poder adaptarse a esas condiciones extremas. Cada cierta cantidad de años, ocurren lluvias importantes en la región y el desierto se cubre de flores. Es un espectáculo extraordinario.

Imagen tomada de ABC Color
Como las flores del desierto de Atacama, en este momento en el país y en todo el mundo está floreciendo la fuerza, resistencia y solidaridad de los venezolanos.

Por ello, desde hace más de un mes decenas de voluntarios se reúnen todos los sábados en el Jardín Botánico de Caracas para ayudar con su limpieza y mantenimiento.  

Asimismo, varios comunicadores sociales han dado a conocer y denunciar la situación del JBC.

Recientemente, me reuní con un grupo del personal de la Fundación Instituto Botánico de Venezuela. Estoy ayudando a tender un puente entre venezolanos en todas partes del mundo que quieren apoyar al país y una institución que necesita urgentemente todo apoyo y solidaridad.

Foto tomada de El Universal
Hablamos de estrategias para captar fondos urgentes para evitar que se profundice el desastre. Pero
principalmente hablamos de esperanza. Queremos prender una pequeña luz en el medio de la oscuridad.

Se necesita de mucha más ayuda. Se requiere de gente con ideas y ganas de ponerlas a funcionar. Pero principalmente de personas que crean que nuestro país y nuestra ciudad merecen un espacio como el JBC donde florezca el país y fructifique el conocimiento necesario para reconstruir la Venezuela que necesitamos.

Incorpórate

Si usted desea apoyar al JBC con las jornadas de mantenimiento, por favor contacte con la Lic. Yaroslavi Espinoza <yespinoz04@gmail.com>. Se necesitan muchas manos, herramientas de jardinería y ganas de trabajar.

Si además quiere apoyar con ideas para rescatar nuestro potencial como país sustentable, por favor escriba a la Dra. Ana Herrera <instituto.jardin@gmail.com>  Necesitamos gente con propuestas concretas sobre como montar un esquema de captación rápida de fondos mediante el apoyo de mucha gente (crowdfunding) y una estrategia de largo plazo para la sustentación de la institución.

Muchas gracias de antemano. Estoy seguro que la Palma de Ceilán que sembraron al lado de la anterior, un día florecerá y será un regalo para todos.





miércoles, 23 de agosto de 2017

Justicia ambiental hiperbólica


Imagen del fondo tomada de La Radio del Sur

El gobierno de Venezuela puede ser definido como hiperbólico. Esa figura retórica de exagerar, a veces hasta el absurdo, las características de algún objeto, situación o persona con el fin de resaltarlo o magnificar su trascendencia. Pero no lo hace por razones literarias, sino que es un intento de generar realidades ficticias que escondan la realidad y esconder situaciones que no desean que sean objeto de escrutinio por los ciudadanos del país.

La hipérbole gubernamental toca todos los temas incluyendo los ambientales. Aún recordamos, el “logro” del 96% de acceso al agua potable en el país y los “avances” y “propuestas ambiciosas” en materia de lucha contra el cambio climático tal como fueron proclamados por la delegación venezolana durante la Cumbre del Clima en París en el 2015.

Pero en este momento pareciera que queremos alcanzar records dignos de un Premio Guinness.

Recientemente, en entrevista a “La Radio del Sur”, la presidenta de la Misión Socialista Árbol, Osly Hernández realizó declaraciones que retoman un guión ya representado durante de las manifestaciones estudiantiles del año 2014, reciclado recientemente por medios oficialistas y que son una excelente muestra de hipérbole ambiental.

En las mismas, esta funcionaria anunció que el gobierno de Venezuela está preparando un informe sobre los daños causados al ecosistema  durante las manifestaciones violentas perpetradas por sectores extremistas de la oposición desde el pasado mes de abril, el cual será representado ante la Organización de las Naciones Unidas (las negrillas son mías)

Asimismo, advirtió que: “Vamos a denunciar los crímenes que se dieron no solo contra los árboles, sino contra lugares de producción de agua potable e hidrológica que ponían en riesgo la vida del ser humano e incluso se registró el robo de una cepa de bacterias en Aragua”. Además, aseveró “que el problema en el país fue que sectores fascistas acabaron con elementos de vida para usarlos como instrumentos de guerras… ”.

Causa indignación que estas declaraciones sean dadas por una funcionaria que parece no tener ningún inconveniente en olvidar mencionar, entre otras cosas, que durante esas manifestaciones murieron más de cien venezolanos y que la gran mayoría de los mismos fallecieron por causas atribuibles a la acción desmedida de cuerpos policiales, militares y paramilitares.

Pero más allá de este “olvido”, y el lenguaje difamatorio, uno puede imaginarse el desconcierto de los funcionarios de la ONU recibiendo ese informe sin sentido de la pertinencia, la oportunidad y la proporcionalidad y con intenciones tan poco claras.

Además proveniente de uno de los países con mayor tasa de deforestación del continente, que anuncia la destrucción de miles de hectáreas de bosques que forman parte del Arco Minero del Orinoco, que sus “avances urbanos” recientes incluyen la destrucción de cientos de árboles y zonas verdes, que construye edificios residenciales dentro de áreas protegidas por ley y que permite la destrucción de los bosques de la Guayana por los mineros ilegales, incluyendo los que están dentro de Parques Nacionales y zonas declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad.

Pero obviamente el tema no es ser coherente o buscar soluciones positivas a los problemas, es otro intento de usar una situación de deterioro urbano como arma de persecución política. Es la degradación de la gestión ambiental para usarla como arma de guerra.

No es la primera vez que en Venezuela se usa la justicia ambiental con fines de persecución política o de manera totalmente exagerada, pero en este caso, sino estuviésemos pasando por una tragedia nacional, sería para caernos de la risa.

Son tiempos oscuros, pero muy pronto volveremos a llenar a nuestras ciudades de miles de árboles y avanzaremos hacia un país y una sociedad sustentable que utilice responsablemente su extraordinaria biodiversidad como pilar de nuestro desarrollo y calidad de vida.

Juntos haremos realidad el hecho de que la conservación de la naturaleza y la biodiversidad es un derecho humano y que la protección de la vida en todas sus formas será nuestra manera de decir gracias por el privilegio de vivir en un país de naturaleza maravillosa.

martes, 15 de agosto de 2017

Canaima, el Salto Ángel y el Chigüire Bipolar


Montaje sobre imagen tomada del Chigüire Bipolar 

A lo largo del día de ayer llovieron por las redes sociales fotos que supuestamente demostraban que el gobierno estaba permitiendo a empresas chinas a deforestar en los alrededores del Salto Ángel para sacar oro. Ello supuestamente como parte de los acuerdos mineros relacionados con el Arco Minero del Orinoco.

Una de las mismas muestra un letrero colocado frente al conocido salto de agua, con el texto: "Propiedad Privada. Terreno propiedad de…" seguido por  una cantidad de ideogramas chinos. Otras parecen mostrar zonas deforestadas y personas trabajando frente al mismo escenario.

La indignación de los que enviaban las imágenes era enorme y no fue hasta más tarde que se reveló que, al menos, la del letrero provenía de una entrada de la página humorística el Chigüire Bipolar publicada en el año 2011.

El tema es complejo y va mucho más allá del chiste o la confusión:

Por una parte, de hecho, está ocurriendo un verdadero ecocidio dentro del Parque Nacional Canaima, nuestro principal Patrimonio Natural de la Humanidad. Esto ha sido denunciado desde hace varios años sin que se haya tomado ninguna medida para evitarlo. Tal delito ambiental ocurre producto de la acción de “mineros ilegales” que trabajan ante la mirada complaciente, negligente, cómplice y, en algunos casos, impotentes de quienes debieran evitarlo.

Pero eso no tiene que ver con el tema del Arco Minero del Orinoco. Ese es otro problema grave que va a hipotecar nuestro futuro y sigue avanzando, mientras los venezolanos parecemos estar preocupados únicamente por el día a día y los conflictos políticos.

Las empresas chinas tienen años trabajando en el país y tienen inversiones importantes en materia petrolera y minera. Muchos de estos contratos son muy opacos, pero que se sepa, al menos de fuentes confiables, no dentro del Parque Nacional Canaima, área que no está incluida en la superficie decretada como Arco Minero del Orinoco.

Sobre el resto de las fotos enviadas me queda la duda sobre dónde y cuándo fueron tomadas o si también son falsificadas (una de ellas con el fondo del Salto Ángel es la más cuestionable) El hecho de que se hayan distribuidas junto a una que es totalmente falsa genera dudas sobre todo conjunto, al menos mientras no puedan ser verificadas.

Es necesario insistir sobre el sano escepticismo que debemos tener sobre toda noticia escandalosa, y la necesidad de confirmarla a través de fuentes confiables.

Necesitamos entender que vivimos en un momento en el cual se manipulan a los medios y particularmente a las redes sociales para generar desconfianza, miedo, reacciones nerviosas y al final descalificar estas redes como las únicas vías que muchos tenemos para recibir información veraz y pertinente para nuestras vidas.

Asimismo, es necesario comprender que en nuestro país están ocurriendo muchas situaciones injustas, deshonestas y hasta perversas, pero que no es útil reaccionar de manera visceral, ni mucho menos creer que viralizar información falsa puede servir para algo.

Por lo contrario nuestra acción, para que pueda ser eficiente debe ser de organizarnos y trabajar como sociedad ante estas realidades. Trabajo que debe incluir la documentación cuidadosa y la denuncia ante los órganos pertinentes de las acciones ilegales y las violaciones a los derechos ciudadanos y humanos.

Asimismo debemos prepararnos para rechazar de manera tajante la pretensión de unos pocos de “legalizar” los grandes negocios mineros que se están maquinando en el país.



P.S. Si se llegara a confirmar la veracidad al menos de alguna de las fotos enviadas habrá que darle otro premio al Chigüire por sus extraordinarias dotes predictivas

sábado, 12 de agosto de 2017

¿Venezuela se prepara para combatir el cambio climático?




En un artículo anterior en este mismo blog, comenté como la reciente ratificación del Acuerdo de París por parte del gobierno de Venezuela nos generaba a muchos ambientalistas venezolanos una mezcla de optimismo con desconfianza. En nuestro país bipolar, esta no es una sensación extraña y por el contrario forma parte de nuestra cotidianidad.

Más recientemente, una nota de prensa difundida por la Agencia Venezolana de Noticias nos refuerza esa tendencia a la emocionalidad paradójica:

En la misma, aparecen declaraciones del Ministro de Ecosocialismo y Aguas Ramón Velásquez Araguayán anunciando que: "En el mes de septiembre estaremos presentando la culminación del segundo comunicado nacional sobre cambio climático en nuestro país”. Asimismo informa que “preparan la conformación de la estructura gubernamental para afrontar y mitigar los efectos del cambio climático". Igualmente, destacó que diversos ministerios trabajan articuladamente con organismos internacionales para cumplir con el objetivo en el país. (Las negrillas las agregué yo)

Estas aseveraciones fueron complementadas por otra nota de prensa reciente, basada en mensajes publicados por el ministro a través de su cuenta de Twitter, en los cuales este funcionario da más información al respecto del tema tratado en el artículo anterior.

En las mismas, el ministro explica que el primer taller del “Fondo Verde para el Clima y Financiamiento Climático", tiene como objeto dar asesoramiento para la designación de la autoridad nacional así como crear la estructura gubernamental que va permitir el acceso al financiamiento del nuevo proyecto climatológico.

En otros tuits del ministro,  reseñados por esta nota, señala que la reunión tiene como propósito estudiar las soluciones para “revertir” los daños que el cambio climático en el país le ha hecho a “la Madre Tierra“. Asimismo, que: “discutirán los efectos del cambio climático que representan una amenaza a nuestros objetivos como país y promover iniciativas o proyectos que contrarresten los efectos del cambio climático”. (Las negrillas las agregué yo)

Analicemos la información suministrada por el ministro:

1. Anuncia que Venezuela presentará el segundo comunicado nacional sobre cambio climático en nuestro país.

Las Comunicaciones Nacionales son informes que presentan los países miembros de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, para evaluar y evidenciar su situación frente a los temas relacionados con este fenómeno. El mismo, describe la situación del país en cuestión  en relación con la lucha contra el cambio climático e incluye un inventario nacional de las emisiones de gases de efecto invernadero actualizados a la fecha del informe.

Estos reportes son necesarios para conocer la situación global en materia de cambio climático, así como sus tendencias y cambios, para, a través de esa información, mejorar las políticas globales y nacionales de lucha contra esta forma de destrucción global del ambiente.

A pesar de que se espera que estos informes sean periódicos y regulares, cada país ha ido presentando sus reportes de acuerdo a sus posibilidades y realidades.

En la región de América Latina y el Caribe la mayor parte de los países han publicado, hasta esta fecha, al menos 2 informes (21 de 33 países) y  nueve naciones han presentado más de dos informes (México ha presentado 5, Uruguay 4 y Antigua y Barbuda, Argentina, Belice, Brasil, Chile, Costa Rica y Perú 3)

Hasta el momento, Venezuela sólo ha presentado uno, el cual fue remitido a las Naciones Unidas en el año 2005. En este documento se incluyó un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero con datos recolectados hasta el año 1999. Obviamente, en este momento estos resultados están muy desactualizados con respecto a nuestra realidad actual.

Aunque en diversos momentos previos se han realizado anuncios prometiendo entregar este informe, sin que ello hubiera ocurrido, celebramos que se tenga la intención de cumplir con esta obligación con el planeta.


2. Anuncia que Venezuela va a conformar una estructura gubernamental para afrontar y mitigar los efectos del cambio climático que incluye la designación de la autoridad nacional

Desde hace varios años, distintas personas y organizaciones nacionales e internacionales han solicitado que el gobierno nacional nombre una Autoridad Nacional en temas de cambio climático. Esta figura de Autoridad Nacional es una recomendación derivada de las decisiones tomadas en las reuniones cumbre sobre cambio climático (COP). Estas unidades gubernamentales representan puntos focales nacionales dirigidas a articular las acciones internacionales y nacionales así como promover el desarrollo de las políticas nacionales sobre este tema.

En Venezuela, algunos especialistas han considerado que esta dependencia debería tener competencias, capacidades técnicas, autonomía y recursos suficientes para realizar las complejas coordinaciones, articulaciones y estudios necesarios para cumplir con los objetivos nacionales en materia de cambio climático. Asimismo, se ha propuesto que ésta tenga una estructura que promueva la participación plena y efectiva de los actores sociales no gubernamentales relacionados con el cambio climático, tal como lo refiere el Acuerdo de París y las decisiones previas derivadas de la Convención Marco de Cambio Climático de las Naciones Unidas.

Celebramos que se esté avanzando en la constitución de esta necesaria estructura organizativa. Pero a la vez sospechamos que la misma no va a tener un carácter participativo y abierto, sino por lo contrario excluyente y cerrado, como ha sido la costumbre hasta este momento en este tipo de asuntos. Realmente me alegraría mucho si estuviese totalmente equivocado en este punto.

3. Informa que estos esfuerzos tienen como objetivo final permitir el acceso al financiamiento del nuevo proyecto climatológico.

Cuando la reunión de la COP21 en París en diciembre de 2015, muchas voces en Venezuela alertaron que, tanto el lenguaje beligerante, como las propuestas basadas en pobres consideraciones técnicas, exhibidos por la delegación venezolana en esa reunión cumbre, eran contrarias a los intereses nacionales. Que por lo contrario, se necesitaba presentar una posición clara y firme, pero a la vez profesional, tanto en materia de gestión del desarrollo en el contexto del cambio climático, como en el tema de estrategias diplomáticas que permitieran alcanzar los apoyos necesarios para avanzar en los planes y proyectos prioritarios para el país.

El costo más importante (además del desprestigio nacional) que resulta como producto de esos enfoques inadecuados, es tener dificultades para acceder a los fondos existentes en materia de financiamiento del cambio climático. En este tema, el dinero va hacia propuestas creíbles, transparentes y viables.

Ahora más que nunca necesitamos de esos recursos, por lo tanto hay que dejar de lado las poses políticas, y con una verdadera estrategia de Estado, buscar los medios para lograr los objetivos nacionales en materia de cambio climático. Celebramos cualquier avance en este sentido.

Pero a la vez, alertamos sobre la necesidad de que la sociedad civil venezolana esté activa en la vigilancia de que los fondos que pudieran obtenerse se utilicen de manera transparente, pulcra y eficiente. A la vez que exigimos el derecho de la sociedad civil a realizar contraloría social del manejo de esos fondos.

4. Da a conocer que se discutirán los efectos del cambio climático que representan una amenaza a nuestros objetivos como país y promover iniciativas o proyectos que contrarresten los efectos del cambio climático.

Como dice el dicho popular “nunca es tarde cuando la dicha es buena”. Luego de muchos años sin avances en ninguna de los temas relacionados con el cambio climático en Venezuela, esas noticias alegran, ello a pesar de que ahora habrá que correr mucho para alcanzar los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático. En particular, tener en el menor tiempo posible una Estrategia Nacional de Adaptación al cambio climático, que nazca de un proceso consensuado y verdaderamente participativo, con sólidas bases científicas y con visión de unión nacional.

Los venezolanos más pobres quizás no sepan mucho de la ciencia y la política del cambio climático, pero son los más vulnerables a sus efectos, por lo que cualquier retraso adicional en la implementación de acciones realmente contundentes y eficaces en esta materia, redundará en graves violaciones a sus derechos humanos y en un mayor deterioro del desarrollo nacional.

Ellos no van a celebrar los logros alcanzados en la reunión reseñada por el ministro, no tienen tiempo para eso. El resto, mantendremos algunas expectativas de que estas declaraciones sean seguidas por hechos en la dirección positiva que demanda nuestro país.