martes, 28 de octubre de 2014

Parque Nacional Morrocoy a pocas leguas de su destrucción

Nota de Alejandro: Este excelente artículo de la joven periodista Ariana Guevara es un reflejo del resultado de cuando la gestión ambiental deja de ser prioritaria para un gobierno y como consecuencia de permitir la destrucción de uno de los más hermosos paisajes del país, que forman a su vez parte de ecosistemas costeros extremadamente importantes. 

Muchos pensaran: Y ahora que fue eliminado el Ministerio del Ambiente y sus obligaciones quedan embutidas en un "sub-ministerio" de "Ecosocialismo" entonces qué pasará ahora con este Parque Nacional y muchos otros. Creo que en este momento nadie tiene una respuesta clara a esta pregunta. El panorama se ve aún peor cuando las competencias legales de la institución que debe administrar las áreas naturales protegidas quedan en manos de un "Órgano Superior" que incluye a una representación de desarrollistas, ignorantes de hasta el a, b, c de la ecología y la gestión ambiental y generadores de proyectos "Cinco Estrellas" que tienen además la muy particular idea de llamar a sus acciones "Ecosocialismo".

En definitiva si el Estado venezolano abandona sus obligaciones de proteger el ambiente, los ciudadanos estamos llamados a ejercer nuestro derecho a la participación en defensa de nuestro ambiente y el de nuestros hijos.



Parque Nacional Morrocoy a pocas leguas de su destrucción

Imagen tomada de elestimulo.com

0/27/2014 | FOTOGRAFÍA: ANDREA MILIANI
ARIANA GUEVARA @ArianaGuevaraG

Tomado de elestimulo.com

Esta área protegida de más de 32.000 hectáreas sufre, desde hace décadas, los estragos del maltrato humano y la indiferencia de las autoridades. Y como resultado: basura, aguas contaminadas, mangles deforestados y arrecifes muertos. Pese a todo, la naturaleza aún muestra su belleza. Por ahora.

Allá, en frente, el mar se agita poco: el agua se muestra nítida, mansa, dócil incluso en este día lluvioso. Un poco más acá, en la entrada del sector Coco III, el paisaje cambia. En la arena y en las raíces de los mangles se nota la huella ingrata de la presencia humana. En esa área protegida —señalizada con un letrero de madera que dice “No pase. Zona de protección y conservación del mangle”— hay bolsas, vasos de plástico, latas, botellas y más desperdicios. Entre las maravillas naturales y la basura, el Parque Nacional Morrocoy es un lugar de contrastes.

El panorama se repite en prácticamente todo el balneario, al que se llega después de atravesar el pueblo de Tucacas, en el estado Falcón. Este es apenas un sector del parque, que fue creado en 1974 y cuenta con un total de 32.090 hectáreas, con zonas marítimas, terrestres e insulares. Ese día, Furvin Rodríguez, guardaparques del Instituto Nacional de Parques, recorre a pie los 3 kilómetros de costa, desde La Aduana hasta Sánchez. Recientemente, dice, hicieron un operativo de limpieza por el Día Mundial de las Playas, pero lo normal es que haya basura: “Siempre hemos tenido luchas con la gente que viene, porque hacen parrillas en la arena, deforestan el mangle, prenden fogatas en las raíces y botan los desechos en cualquier lugar”.

Es sábado por la mañana y un camión de basura pasa por el estacionamiento, cargado de bolsas plásticas. Pero no es suficiente. Esta zona está sucia —aunque Rodríguez dice que hace 13 años estaba peor. “Nosotros tratamos de mantenerlo, pero hacen falta guardaparques. Aquí hay tres, pero deberían ser seis o siete. En algunos cayos hay uno, cuando tendrían que ser dos; y en otros no circula nadie”, se lamenta.

Un bombero forestal, que prefiere resguardar su identidad, dice que se ve poco mantenimiento: “Todos los lunes la gente de Inparques recoge lo que está en los mangles, pero no se dan abasto. Yo he trabajado prácticamente en todo el país, y esto no parece un parque nacional”.

Esa obligación de mantener la limpieza —que se establece en el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso, publicado en la Gaceta Oficial 4.911, en 1995— tampoco se cumple en el cayo Varadero. Desde una punta apartada de los toldos y sillas, se ve un paisaje desolador: bolsas de basura y desechos a lo largo de la orilla. En el mangle hay zapatos, latas, tenedores de plástico y una estructura de metal oxidado que parece una nevera. Los cangrejos caminan con prisa sobre estos que les son extraños —o no.

Eulogio Gómez, heladero y entusiasta de la limpieza de la playa, dice: “Inparques recogió esa basura antes de agosto, pero no se la llevó. Se trata de un trabajo difícil porque a este pedazo de tierra sólo se puede llegar en peñero”. “Además de la cantidad de basura que puede producir una persona al día —entre 0,8 a 1,2 kilos— también se trasladan desperdicios de otros lugares, pues todas las corrientes se concentran allí”, explica Samuel Narciso, director del Centro de Investigación y Atención Comunitaria de la Fundación para la Defensa de la Naturaleza en Chichiriviche. “El Día Mundial de las Playas trabajaron 250 voluntarios, pero no se pudo sacar lo recogido. Este debe ser un trabajo mancomunado y exhaustivo”, dice.

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1 comentario:

  1. Eso de que no se saca la basura porque solo se puede llegar en peñero, da tristeza escucharlo, porque si los dueños de peñero que "viven de llevar visitantes a los cayos" tuviesen un mínimo de criterio económico y estético procurarían llevar a sus clientes a visitar un parque limpio. Ellos deberían ser los primeros en ayudar a limpiarlo y a evitar que el público lo ensucie. Cuando yo muestro mi casa a un visitante primero me aseguro que esté limpia y agradable para quien venga.

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