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jueves, 16 de julio de 2015

Luces y sombras sobre Canaima

Imagen tomada de www.noticias24.com




Luces:

Recientemente llegó a los medios de comunicación venezolanos una nueva situación de conflicto entre la comunidad indígena local y mineros ilegales en el Parque Nacional Canaima. Al mismo tiempo la periodista Valentina Quintero realizó una campaña mostrando los graves daños que la minería estaba generando a esta área supuestamente protegida por Ley.

En este momento no tenemos ninguna idea sobre algún avance en el Plan de acción para erradicar la minería ilegal en Canaima tal como anunciado por las autoridades que se dirigieron a la zona para “solucionar el conflicto” con la comunidad. Tampoco sabemos nada sobre la actuación de las autoridades competentes para sancionar a los delincuentes ambientales que cometieron delitos en áreas del Parque claramente tipificados en la Ley Penal del Ambiente.

Pero alguna luz comienza a surgir entre la oscuridad que rodea a la gestión de nuestras áreas naturales protegidas. En tal sentido, recientemente apareció la noticia de la realización de un evento internacional en el Parque Nacional Canaima. La información sobre el mismo apareció en una nota de prensa reflejada en el Portal “Noticias 24” el pasado 13 de julio .

Según la nota, en este evento participaron representantes de organizaciones indígenas, funcionarios de Inparques, investigadores de la Universidad Simón Bolívar, así como representantes de comunidades indígenas brasileñas e investigadores de universidades del exterior.

Para darnos una idea de lo discutido transcribo algunos párrafos de la nota de prensa (las negrillas son mías):

“Se desarrolló el Primer Encuentro Regional de la Gestión Intercultural para el manejo participativo del fuego, en la Estación Científica Parupa, del sector Gran Sabana del Parque Nacional Canaima, donde se realizó un intercambio de saberes entre comunidades indígenas y organizaciones de Venezuela, Brasil y Reino Unido para la construcción de un plan de manejo del fuego basado en los conocimientos autóctonos del pueblo pemón y el rescate de las tradiciones ancestrales.

Ana Maldonado, directora General del Instituto Nacional de Parques (Inparques), aprobó la construcción de nuevas políticas e indicó el proceso de interrelación y la nueva etapa que vive la institución, en la que se enmarca uno de los siete ámbitos del plan estratégico de Inparques 2013-2019, el de investigación y monitoreo ambiental, que responderá al establecimiento de un sistema de investigación y monitoreo que atienda las necesidades de conocimiento para la gestión ambiental y manejo del área protegida.” 

"Bibiana Bilbao, del departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar (USB), indicó que el acuerdo resultó en trabajar conjuntamente basados en el respeto de las costumbres y tradiciones de los pueblos originarios para recuperar su cultura, estimar la importancia que representa el fuego en sus formas de vida e incentivar la continuación de las practicas indígenas tradicionales."

"Valeriano Contasti, del Consejo de Ancianos de la comunidad Kanavayen del Parque Nacional Canaima, especificó que llevará la propuesta de unión con las instituciones y científicos hasta otras comunidades del parque “para lograr una solución con los incendios forestales, para fortalecer nuestros conocimientos y dar a conocer la tecnología indígena”.

“Una de las mayores expectativas de este evento fue reconocer las comunidades que viven en los diferentes territorios, tomando en cuenta sus culturas sobre el uso y manejo del fuego, porque muchas veces los investigadores en sus universidades generan planes sobre temas desconocidos. La idea es realizar una especie de intercambio para generar un plan de seguimiento en torno al fuego y determinar las investigaciones necesarias”, afirmó Jay Mistry, del Instituto Royal -Universidad de Londres-."

“La cultura occidental está fracasando, en efecto que los indicadores climáticos son terribles y más bien hay que recurrir al conocimiento de nuestros indígenas para rescatar el planeta del manejo vicioso del ambiente. La diversidad humana es importante y por precipitarnos a decisiones emanadas del modelo occidental del conocimiento, ya está más que comprobado que nos queda de 20 o 30 años y esta sería la última oportunidad al planeta”, declaró Esteban Mosonyi, rector de la Universidad Nacional Experimental Indígena del Tauca."

Si desea leer la noticia completa en su fuente original marque aquí.


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En estas pocas ideas se muestran aspectos enormemente positivos para el futuro de nuestras áreas protegidas. Para mí los más importantes son:


  • Se discute de manera participativa e inclusiva el desarrollo de un Plan de Acción a partir del diálogo entre distintos actores y distintas perspectivas y enfoques. En el mismo participan organismos de gestión ambiental, representantes indígenas locales, investigadores universitarios, representantes de comunidades indígenas de otros países, así como investigadores de universidades extranjeras. 
  • Se interconectan saberes tradicionales con los académicos en la búsqueda de soluciones a problemas reales.
  • Se discuten los problemas existentes desde una perspectiva global al incluir en el trabajo representantes tanto indígenas como investigadores de otros países.
  • Y…. ¡guao! Reaparece Inparques como organizador, promotor y ejecutor de políticas necesarias para la conservación de las áreas naturales del país, cumpliendo, de esta manera, su misión establecida en la legislación ambiental venezolana. 

Todo ello aparentemente en un clima de inclusión y diálogo.

Este puede ser un paso decisivo en la dirección correcta para la solución de muchos de nuestros problemas ambientales. En el mismo, es importante resaltar el uso de metodologías de diálogo y planificación participativa. Métodos que estamos necesitando aplicar de manera urgente en Venezuela. Asimismo, se trabajó sobre el piso sólido del conocimiento científico y el apoyo internacional.

Felicitaciones a todos los participantes, organismos e instituciones involucrados. Mis mejores deseos que este plan pueda ser implementado de la mejor manera posible. Asimismo estoy seguro que contará con todo el apoyo de las personas y organizaciones interesadas en el ambiente en Venezuela para que sigan ocurriendo experiencias como ésta.


 Sombras:

Como definitivamente no todo es perfecto, un mensaje en la red Twitter nos da cuenta de otra situación en el mismo Parque Nacional.

El tuitero identificado como “Pemón Arrecho” escribió el pasado 15 de julio este grito de protesta:




Parece quedar claro que aún hay mucho trabajo por hacer.

Para salvar a Canaima se necesitan que se tomen decisiones y acciones integrales y no será suficiente con controlar los incendios si no controlamos, a su vez, la minería ilegal, a la vez que se implementan acciones eficaces y responsables para el desarrollo de programas que garanticen a las comunidades locales una manera digna de ganarse la vida.

Por cierto, que para lograr soluciones a estos últimos problemas, la receta es similar al trabajo mostrado en la noticia anterior. Pero a la vez, tiene que producirse un compromiso real de las autoridades nacionales en la solución de este y muchos de los problemas que están destruyendo nuestro patrimonio ambiental, así como sus potencialidades de apuntalar nuestro desarrollo nacional.

martes, 28 de octubre de 2014

Parque Nacional Morrocoy a pocas leguas de su destrucción

Nota de Alejandro: Este excelente artículo de la joven periodista Ariana Guevara es un reflejo del resultado de cuando la gestión ambiental deja de ser prioritaria para un gobierno y como consecuencia de permitir la destrucción de uno de los más hermosos paisajes del país, que forman a su vez parte de ecosistemas costeros extremadamente importantes. 

Muchos pensaran: Y ahora que fue eliminado el Ministerio del Ambiente y sus obligaciones quedan embutidas en un "sub-ministerio" de "Ecosocialismo" entonces qué pasará ahora con este Parque Nacional y muchos otros. Creo que en este momento nadie tiene una respuesta clara a esta pregunta. El panorama se ve aún peor cuando las competencias legales de la institución que debe administrar las áreas naturales protegidas quedan en manos de un "Órgano Superior" que incluye a una representación de desarrollistas, ignorantes de hasta el a, b, c de la ecología y la gestión ambiental y generadores de proyectos "Cinco Estrellas" que tienen además la muy particular idea de llamar a sus acciones "Ecosocialismo".

En definitiva si el Estado venezolano abandona sus obligaciones de proteger el ambiente, los ciudadanos estamos llamados a ejercer nuestro derecho a la participación en defensa de nuestro ambiente y el de nuestros hijos.



Parque Nacional Morrocoy a pocas leguas de su destrucción

Imagen tomada de elestimulo.com

0/27/2014 | FOTOGRAFÍA: ANDREA MILIANI
ARIANA GUEVARA @ArianaGuevaraG

Tomado de elestimulo.com

Esta área protegida de más de 32.000 hectáreas sufre, desde hace décadas, los estragos del maltrato humano y la indiferencia de las autoridades. Y como resultado: basura, aguas contaminadas, mangles deforestados y arrecifes muertos. Pese a todo, la naturaleza aún muestra su belleza. Por ahora.

Allá, en frente, el mar se agita poco: el agua se muestra nítida, mansa, dócil incluso en este día lluvioso. Un poco más acá, en la entrada del sector Coco III, el paisaje cambia. En la arena y en las raíces de los mangles se nota la huella ingrata de la presencia humana. En esa área protegida —señalizada con un letrero de madera que dice “No pase. Zona de protección y conservación del mangle”— hay bolsas, vasos de plástico, latas, botellas y más desperdicios. Entre las maravillas naturales y la basura, el Parque Nacional Morrocoy es un lugar de contrastes.

El panorama se repite en prácticamente todo el balneario, al que se llega después de atravesar el pueblo de Tucacas, en el estado Falcón. Este es apenas un sector del parque, que fue creado en 1974 y cuenta con un total de 32.090 hectáreas, con zonas marítimas, terrestres e insulares. Ese día, Furvin Rodríguez, guardaparques del Instituto Nacional de Parques, recorre a pie los 3 kilómetros de costa, desde La Aduana hasta Sánchez. Recientemente, dice, hicieron un operativo de limpieza por el Día Mundial de las Playas, pero lo normal es que haya basura: “Siempre hemos tenido luchas con la gente que viene, porque hacen parrillas en la arena, deforestan el mangle, prenden fogatas en las raíces y botan los desechos en cualquier lugar”.

Es sábado por la mañana y un camión de basura pasa por el estacionamiento, cargado de bolsas plásticas. Pero no es suficiente. Esta zona está sucia —aunque Rodríguez dice que hace 13 años estaba peor. “Nosotros tratamos de mantenerlo, pero hacen falta guardaparques. Aquí hay tres, pero deberían ser seis o siete. En algunos cayos hay uno, cuando tendrían que ser dos; y en otros no circula nadie”, se lamenta.

Un bombero forestal, que prefiere resguardar su identidad, dice que se ve poco mantenimiento: “Todos los lunes la gente de Inparques recoge lo que está en los mangles, pero no se dan abasto. Yo he trabajado prácticamente en todo el país, y esto no parece un parque nacional”.

Esa obligación de mantener la limpieza —que se establece en el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso, publicado en la Gaceta Oficial 4.911, en 1995— tampoco se cumple en el cayo Varadero. Desde una punta apartada de los toldos y sillas, se ve un paisaje desolador: bolsas de basura y desechos a lo largo de la orilla. En el mangle hay zapatos, latas, tenedores de plástico y una estructura de metal oxidado que parece una nevera. Los cangrejos caminan con prisa sobre estos que les son extraños —o no.

Eulogio Gómez, heladero y entusiasta de la limpieza de la playa, dice: “Inparques recogió esa basura antes de agosto, pero no se la llevó. Se trata de un trabajo difícil porque a este pedazo de tierra sólo se puede llegar en peñero”. “Además de la cantidad de basura que puede producir una persona al día —entre 0,8 a 1,2 kilos— también se trasladan desperdicios de otros lugares, pues todas las corrientes se concentran allí”, explica Samuel Narciso, director del Centro de Investigación y Atención Comunitaria de la Fundación para la Defensa de la Naturaleza en Chichiriviche. “El Día Mundial de las Playas trabajaron 250 voluntarios, pero no se pudo sacar lo recogido. Este debe ser un trabajo mancomunado y exhaustivo”, dice.

Para seguir leyendo en su fuente original marque aquí

jueves, 29 de mayo de 2014

A mi la biodiversidad me importa un bledo

Sistema de Parques Nacionales de Venezuela



El título de esta entrada pareciera ser la conclusión que puede sacarse luego de leer este extraordinario artículo del investigador del IVIC Jon Paul Rodríguez, publicado en el Portal de Desarrollo Sustentable de la Fundación Tierra Viva, el cual espero que ustedes puedan leer y compartir. Tengo la esperanza que podamos revertir esta tendencia producto de la ignorancia y la negligencia, en la medida de que los ciudadanos de Venezuela exijamos una política nacional ambiental que valore realmente nuestros verdaderos patrimonios y que nos convirtamos en garantes de los mismos.


Inversión pública en el resguardo de la biodiversidad venezolana. 

Jon Paul Rodríguez

No existe una regla que establezca cuánto debe invertir el estado en la conservación de la biodiversidad o, de hecho, en cualquier otro aspecto de su gestión. Sin embargo, los gobiernos implícitamente dan más importancia a unos temas que a otros al asignarles mayores o menores porciones del presupuesto nacional. Una mirada a las inversiones relativas ofrece una aproximación a las prioridades gubernamentales del momento.

Aunque todas las instancias gubernamentales – desde la Presidencia de la República y la Asamblea Nacional hasta los municipios y los consejos comunales – tienen injerencia en políticas ambientales, voy a enfocar mi atención en la acción del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente (MinAmb), particularmente su Instituto Nacional de Parques (Inparques). MinAmb es la entidad responsable ante el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas y es garante de la conservación y uso sostenible de los genes, especies y ecosistemas que conforman la biodiversidad, así como de los bienes y servicios gratuitos que brindan a la ciudadanía.

Los parques nacionales (PN) y monumentos naturales (MN) son dos clases de áreas protegidas cuya gestión es responsabilidad de Inparques (otras, como refugios, reservas y santuarios de fauna, zonas protectoras, reservas forestales y reservas de biosfera son administradas por dependencias diferentes del MinAmb). Conjuntamente abarcan aproximadamente 150.000 kilómetros cuadrados (16% del territorio nacional), superficie que coloca a Venezuela entre los países con mayor proporción protegida del mundo. Su fin principal es la protección de los recursos naturales que existen en ellas (1), y por ende, una porción significativa de nuestra biodiversidad.

La contribución de los PN y MN al presupuesto nacional es infinita. No sólo porque proveen bienes intangibles que no pueden ser monetizados – como el placer que genera la contemplación de la naturaleza o el afecto innato que sentimos hacia otras formas de vida (conocido como biofilia) – sino también porque cualquier ejercicio que intente estimar el valor monetario de los bienes y servicios provistos por los ecosistemas, obligatoriamente será parcial y se quedará corto. Sin embargo, es posible examinar algunos datos y cifras que al menos sirven para poner en perspectiva su aporte mínimo a la economía, la sociedad y el bienestar humano.

El agua es el recurso natural más crítico para la humanidad: la bebemos, la usamos para lavar y eliminar desperdicios, bañarnos, cocinar, regar, enfriar maquinaria, como medio de transporte, y, por si fuese poco, para generar electricidad. El PN Canaima protege la cuenca del río Caroní y provee agua al lago Guri. Se estima que el parque genera 3.295 millones de dólares anuales en beneficios, sólo tomando en cuenta sus aportes en hidroelectricidad y turismo (2). Al sumar toda la producción hidroeléctrica del país y estimar la cantidad de petróleo que hubiese sido necesaria para producir la misma energía eléctrica en 2007, el ahorro en petróleo equivale a casi 56 millardos de dólares, monto similar a la totalidad del presupuesto nacional de ese año (2) – sin hablar del impacto ambiental que habría generado su combustión. Asimismo, 77% de los PN protegen cabeceras de ríos que son fuente de agua potable para las áreas urbanas más densas y las zonas agrícolas más importantes al norte del país. Se estima que el agua generada en 18 parques nacionales abastece a 83% de la población urbana y que sólo las áreas protegidas andinas proveen agua a 40% de las tierras agrícolas 2. Sin parques nacionales, y la biodiversidad que regula sus procesos hidrológicos, nuestra realidad urbana, agrícola e industrial sería muy diferente a la actual.

Los parques nacionales son también fuente de sustento para las comunidades que habitan en sus alrededores o dentro de ellos. En el parque nacional Morrocoy, el más visitado del país (1.500.000 de visitantes en 2007), el turismo proporciona aproximadamente 50% de los empleos de los dos municipios colindantes. En el parque nacional Los Roques, 40 % de la población entre 18 y 70 años depende económicamente del turismo. En los poblados autóctonos de Gavidia y Los Nevados del PN Sierra Nevada, el turismo genera 236 empleos directos, mientras que el programa de turismo comunitario que se desarrolla en los PN Sierra Nevada y La Culata mantiene 135 microempresas turísticas familiares con 1.256 beneficiarios directos e indirectos en 28 comunidades 2. De más está decir que los visitantes a los parques nacionales acuden precisamente a disfrutar su biodiversidad, sus paisajes y la interacción con las comunidades.

Quisiera destacar el papel fundamental de los PN y MN para el resguardo de nuestra cultura, historia y tradiciones. Se estima que más de 95% del territorio habitado por las 34 etnias venezolanas está ubicado dentro de áreas naturales protegidas 1. Asimismo, en el PN San Esteban hay al menos 26 yacimientos de petroglifos. El MN María Lionza es el epicentro de los ritos que rodean a este importante personaje mítico-religioso. La hacienda La Elvira en el PN Guatopo y la Casona de Los Venados en el PN Guarairarepano nos brindan una ventana hacia las prácticas de comercio de café y cacao de tiempos pasados. Los PN y MN resguardan a éstos y muchos otros testigos de prácticas humanas firmemente arraigadas en la biodiversidad (2).

¿Cuánto le cuesta al estado los beneficios que obtiene de la biodiversidad en los PN y MN? En el presupuesto nacional de 2014 (3) el aporte a Inparques ascendió a Bs. 281.618.143, equivalente a entre 5,6 y 44,7 millones de dólares, si uno considera las tasas de cambio de Sicad II y el dólar oficial, respectivamente. El presupuesto nacional de 2014 (sólo gastos ordinarios, sin incluir proyectos por endeudamiento u otros créditos presupuestarios) totaliza Bs. 439.870.577.965, entre 8,8 y 69,8 millardos de dólares según las tasas de cambio de Sicad II y el dólar oficial, respectivamente. Por lo tanto, el monto asignado a Inparques corresponde a 0,06 % del total nacional.
Si usamos el dólar oficial como referencia, podemos afirmar que el estado invierte en Inparques aproximadamente 45 millones de dólares al año. A cambio, el parque Nacional Canaima hace un aporte a la economía nacional de 3.295 millones dólares, un retorno superior a 7.300 %. Esos 45 millones de dólares anuales, menos que la décima parte de un punto porcentual del presupuesto nacional de 2014, también generan ahorros por producción hidroeléctrica del mismo orden de magnitud del presupuesto nacional. Es importante destacar que Inparques tiene a su cargo numerosos parques de recreación, por lo que las cifras reales invertidas en PN y MN son menores a las citadas. Y esta es solamente la contribución del PN Canaima. Si consideramos a todos los demás PN y MN, su aporte directo a la economía y el bienestar de los venezolanos sería mucho mayor.

En 2010, la ejecución presupuestaria de Inparques fue de 7,38 dólares por kilómetro cuadrado de territorio protegido (4). En promedio, durante 2007-2008 las agencias de parques nacionales en Sudamérica invirtieron 139 dólares por kilómetro cuadrado (5), 19 veces más que lo invertido en Venezuela en 2010. El principal gasto de Inparques en 2008 fue la protección contra incendios forestales (59,8 %), seguida por mantenimiento y conservación de áreas recreativas (31,8 %) (4). Las gestiones de educación ambiental recibieron 0,1 % del presupuesto de ese año. Del total de 2.105 trabajadores en Inparques, dos terceras partes laboran en oficinas y sólo un tercio es personal de campo (4). Es decir, aproximadamente 700 trabajadores están dedicados directamente al resguardo de las áreas protegidas, mientras que de estos, más o menos la mitad son guardaparques. Por lo tanto, en promedio cada guardaparque debería resguardar unos 429 kilómetros cuadrados, la extensión que ocupan las 22 parroquias del Distrito Capital (6). Muy pocos tienen vehículos, lanchas u otros medios para movilizarse.

Es una realidad objetiva que el resguardo de la biodiversidad es una muy baja prioridad gubernamental. De los 31 Ministerios del Poder Popular, cuatro de ellos – Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Finanzas, Educación, y Trabajo y Seguridad Social (en ese orden) – consumen más de 60 % de los recursos. En 2014, el estado prevé un endeudamiento del orden de 7 millardos de bolívares para la adquisición de armamento de orden público seguridad y defensa, casi cuatro veces el presupuesto ordinario del Ministerio para el Ambiente, que con 1.9 millardos y 0,43 % del total nacional, ocupa el puesto 17 entre los 31 ministerios (3). Desde mediados de 2012, la prensa nacional ha mencionado planes gubernamentales de adquirir 24 aviones de combate que substituyan la flota de F-16. Cada uno de los cazas rusos Sukhoi Su-35, uno de los modelos considerados (7), cuesta entre 52 y 65 millones de dólares (8), más que el presupuesto anual de Inparques en 2014.

El aporte de la biodiversidad al bienestar humano es infinito, pero nuestra inversión en su resguardo es desproporcionadamente baja. Aumentar el presupuesto de Inparques en 19 veces, para lograr una inversión equivalente a otros países en Sudamérica, lo llevaría a Bs. 5.350.744.717, o aproximadamente 1,2 % del presupuesto nacional de 2014. Sería un incremento muy substancial, de eso no hay duda, pero seguiría siendo menos que el endeudamiento previsto para la compra de armas este año. La justificación de dicha inversión podría provenir de la consideración explícita de la contribución de los PN y MN a la economía nacional mediante la implementación de un esquema de contabilidad verde, donde la dependencia de la economía de los recursos naturales quedaría firmemente establecida. En ese contexto, la inversión en Inparques podría terminar representando un ahorro en lugar de un costo, como es el ahorro de petróleo por la producción de hidroelectricidad.

Los PN y MN son sólo la punta del témpano. Venezuela tiene el privilegio de que su biodiversidad nativa también abunda en el resto del territorio. No estoy abogando por monetizar la biodiversidad, sino de valorarla adecuadamente. Entender sus aportes concretos al sistema económico nacional nos permitiría comprender mejor como la falta de inversión en su resguardo de hecho representa un costo muy alto para todos nosotros.



1.    Inparques, Parques Nacionales y Otras Areas Protegidas: Informe Nacional 2007, Venezuela. 2007, Caracas Venezuela: Informe presentado ante el II Congreso Latinoamericano de Parques Nacionales y Otras Areas Protegidas (Bariloche, Argentina, 30 septiembre – 6 octubre, 2007). Dirección de Áreas Naturales Protegidas (ANAPRO), Instituto Nacional de Parques (INPARQUES), Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, República Bolivariana de Venezuela.

2.    Cartaya, V., Conservación y Bienestar Humano en Venezuela: El Aporte de las Áreas Protegidas. 2007, Caracas: Síntesis del Informe Final para la Fundación The Nature Conservancy of Venezuela. 54.

3.    ONAPRE, Ley de Presupuesto para el Ejercicio Fiscal 2014. 2013, Disponible en: http://www.ocepre.gov.ve/ (descargado el 16 de mayo de 2014): Oficina Nacional de Presupuesto.
4.    Naveda, J.A., Comunicación personal. 2014.

5.    Bovarnick, A., et al., Financial Sustainability of Protected Areas in Latin America and the Caribbean: Investment Policy Guidance. 2010: United Nations Development Programme (UNDP) and The Nature Conservancy (TNC).

6.    INE, XIV Censo Nacional de Población y Vivienda: Resultados por Entidad Federal y Municipios del Distrito Capital. 2013, Caracas, Venezuela: Gerencia de Censo de Población y Vivienda, Gerencia General de Estadísticas Demográficas,  Instituto Nacional de Estadística (INE). 51.

7.    Colaboradores de Wikipedia, Aviación Militar Bolivariana [en línea] Wikipedia, La enciclopedia libre, 2014: p. [fecha de consulta: 18 de mayo del 2014]. Disponible en <http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Aviaci%C3%B3n_Militar_Bolivariana&oldid=74362242>.

8.    Colaboradores de Wikipedia, Sukhoi Su-35 [en línea]. Wikipedia, La enciclopedia libre, 2014: p. [fecha de consulta: 17 de mayo del 2014]. Disponible en <http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Sukhoi_Su-35&oldid=74408086>.

Jon Paul Rodríguez, Centro de Ecología, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas
jonpaul@ivic.gob.ve
@jonparod

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lunes, 19 de mayo de 2014

Villegas asegura que no permitirán más ranchos en El Ávila


Imagen tomada de eluniversal.com



Ernesto Villegas, ministro para la Transformación de la Gran Caracas, expresó que la construcción de ranchos, a los que calificó como "viviendas inestables", tiene como objetivo venderlas o alquilarlas, se trata de una actividad desarrollada por mafias dedicadas a esta actividad.


EL UNIVERSAL
viernes 16 de mayo de 2014  09:29 AM

Caracas.- El ministro para la Transformación de la Gran Caracas, Ernesto Villegas, aseguró durante una entrevista en el canal estatal  Venezolana de Televisión que no permitirán que se levante "un rancho más dentro del Waraira Repano (Parque Nacional El Ávila)". Reiteró que no permitirán más construcciones ilegales en la montaña caraqueña.

"No habrá tolerancia con estas construcciones ilegales, porque lo que está en juego es la preservación de la seguridad integral del Waraira Repano y los accesos a la Gran Caracas", puntualizó.

Indicó que se trata de una situación que coloca en riesgo el equilibrio ecológica de la zona por lo "no queremos que esta situación se expanda, se extienda, de modo que ponga en peligro el parque nacional", explicó.

"El crecimiento desaforado, particularmente del concepto del lucro desmedido, que es característico del capitalismo, convirtió todo prácticamente todo en una mercancía incluyendo a nuestro planeta. Es lo que lamentablemente, zonas protegidas intentan ser convertidas en mercancía", aseguró.

Manifestó que esta primera fase ya se ha activado en zonas de las carreteras Mamera-El Junquito, Panamericana, Petare-Guarenas, Autopista Regional del Centro, cerca de Tazón; y la Cota Mil. Incluye la retención de las maquinarias de esas construcciones.

Según Villegas, la construcción de ranchos, a los que calificó como "viviendas inestables", tiene como objetivo venderlas o alquilarlas, se trata de una actividad desarrollada por mafias dedicadas a esta actividad.

Explicó que activarán otras fases del trabajo del Órgano, que tienen que ver con las comunidades rurales asentadas durante generaciones, que, indicó Villegas, deben tener un tratamiento distinto a las áreas explotadas de manera incontrolada, con la lógica de quienes pretenden mercantilizar la montaña caraqueña.

Aseguró que no está de acuerdo por los daños ambientales que se han generado en el parque nacional Waraira Repano y varios sectores del país.

Indicó que hasta ahora se han paralizado 36 construcciones en áreas protegidas de la Gran Caracas.

Parque Bolívar ecológico

Villegas destacó que el Parque Bolívar, el cual se construye en terrenos de la Base Aérea Francisco de Miranda, en La Carlota, tendrá una consideración "ecológica".

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Nota de Alejandro: Celebro muchísimo esta decisión del Ministro Villegas en relación con la protección del PN Warairarepano. Este Parque es de una enorme importancia para la habitabilidad y sustentabilidad de la ciudad de Caracas. Su protección no es un tema trivial, estudios recientes indican que los seres humanos para nuestro desarrollo óptimo necesitamos estar en contacto con la naturaleza y las ciudades más verdes tienen poblaciones más sanas física y psicológicamente, y por ello los caraqueños agradecemos cualquier esfuerzo que se haga al respecto

Lo que me llama la atención es que de nuevo aparece una noticia en relación con un Parque Nacional de Venezuela en la que no es nombrado, ni de refilón, a INPARQUES, el organismo que por ley es el administrador de los Parques y Monumentos Nacionales del país, es decir el cuidador de las joyas de nuestro patrimonio cultural ¿Alguien puede dar noticias de que es de la vida de este importante organismo? 

viernes, 25 de abril de 2014

Los parques en Latinoamérica son aliados contra el crimen

Vista de la Biblioteca Plaza España en Medellín / BANCO MUNDIAL
Tomado de elpais.com

  • Espacios públicos, como los parques y canchas de juego, ayudan a reducir la violencia hasta en un 80%

ROBERT VALLS Buenos Aires 24 ABR 2014 - 20:06 CET


La próxima vez que pase delante de un parque o de una cancha de fútbol en su vecindario, es posible que le agradezca haber salvado la vida de muchos, y quién sabe si hasta la suya propia.

Más allá del rol que juegan en el estímulo al deporte y en la preservación del medio ambiente, los espacios públicos e infraestructuras -calles, edificios, jardines, estaciones de tren, veredas- se están convirtiendo en aliados de la seguridad en Latinoamérica, donde en algunos casos se ha logrado reducir la violencia hasta en un 80%.

La razón es la siguiente: cuando estos espacios públicos están en buen estado –tienen buena visibilidad, iluminación y fácil acceso- tienden a modular positivamente el comportamiento de las personas. Y si a esto se incorporan actividades recreativas para dinamizarlos, apoyo institucional y un buen diseño de la infraestructura, se ha dado con la tecla adecuada para reducir los índices de criminalidad.

Y es que a pesar de que la falta de educación y de oportunidades laborales o las bolsas de pobreza, se perfilan comúnmente como las principales causas de la violencia, también existe otra de la que poco se habla, relacionada con espacios e infraestructuras urbanas olvidadas o poco cultivadas.

La evidencia empírica recién se está sistematizando a nivel regional, pero ya se cuenta con datos significativos a nivel de ciudades. Varios casos concretos a lo largo y ancho de la geografía latinoamericana demuestran estas premisas.

Medellín, por ejemplo, una ciudad en el pasado ensombrecida por el narcotráfico y una violencia desmedida, logró reducir los homicidios en un 80% en los últimos 20 años, gracias a la combinación de infraestructura innovadora, trabajo social y desarrollo institucional. Un caso ilustrativo es el de la nueva biblioteca pública Parque España, cerca de Santo Domingo, una comuna tradicionalmente violenta, que recibe a más de 1.000 visitantes diarios y, juntamente con una línea de Metro cable situada a escasos doscientos metros, ha logrado dignificar el lugar y ayudar a reducir la violencia en las calles.

En Bogotá también se están registrando avances en este sentido gracias al sistema de transporte TransMilenio que, según resultados preliminares de una evaluación del crimen en la ciudad por el Banco Mundial, está contribuyendo a reducir las actividades delictivas en las zonas cercanas a las estaciones de autobús.

Otro ejemplo lo encontramos en Honduras, donde las mejoras en infraestructura básica y la creación de espacios lúdicos aumentaron la conectividad y seguridad de 15 barrios en 8 municipalidades. Gracias a estas mejoras, posibilitadas por el proyecto Barrio Ciudad, el 85% de los pobladores de una de las comunidades se sienten más seguros en sus barrios, mientras que un 76% se siente más seguro dentro de sus hogares.

En el municipio de mexicano de Aguascalientes, hace 3 años el 75% de los habitantes consideraban la inseguridad como su principal preocupación. Gracias a la creación de espacios públicos abiertos y a la participación ciudadana, redujeron un 32% los delitos, hecho que contribuyó a que hoy en día solo el 22% crea que la inseguridad es el principal problema del lugar.

¨La presencia de buenas infraestructuras que sean frecuentemente usadas por la gente sirve como una especie de vigilancia pasiva de los propios ciudadanos”, explica Andrés Villaveces, experto en seguridad ciudadana del Banco Mundial.

“Y la actividad social y comunitaria asociada a estos espacios públicos agradables y fáciles de ver, sin lugares escondidos ni poco visibles, contribuye a reducir las actividades delictivas. Esta es una de la razones por las cuales las inversiones en infraestructura integradas a intervenciones de prevención de violencia y programas desarrollo social y comunitario pueden ayudar a la reducción de la inseguridad¨, agrega el experto.

La región más insegura del mundo


El fomento de buenas infraestructuras integradas a programas sociales y comunitarios parece vital para revertir el clima de inseguridad en que está inmersa la región. De acuerdo a cifras del Banco Mundial, Latinoamérica registra el 30% de los homicidios mundiales y, si tomamos las 50 ciudades con mayores tasas de homicidios en el mundo, 42 están en la región, incluyendo las primeras 16.

Con más de 10 asesinatos por 100.000 habitantes, la Organización Mundial de la Salud ha calificado los homicidios en América Latina como una “epidemia”. Solo en Centroamérica 18.000 personas mueren al año a causa del crimen.

Metrópolis latinoamericanas como Río de Janeiro, Ciudad de México, Lima o Caracas registran la mitad de los homicidios que se producen en sus países.

¨El enfoque basado en la infraestructura tiene que ser el complemento de otros acercamientos basados en la prevención, el desarrollo social y fortalecimiento de la gestión comunitaria, en estrategias legislativas y en el fomento del empleo y la justicia. Para reducir la violencia en Latinoamérica se deben considerar todos los acercamientos¨, dice Villaveces.

Teniendo en cuenta que el 80% de latinoamericanos vive en ciudades y que en los próximos años los procesos de urbanización se acentuarán, existe el riesgo de que la exclusión social, sumada a una mala planificación urbana y poco cuidado de los espacios públicos, traiga consigo más inseguridad ciudadana.

Para que esta predicción no se convierta en realidad, los diferentes actores sociales tienen un importante trabajo por hacer: planificar y cuidar los espacios públicos de sus ciudades.


Robert Valls es productor online del Banco Mundial

Para ir al artículo en su fuente original en elpais.com marque aquí

Nota de Alejandro: Definitivamente sin parques las ciudades no son vivibles y mucho menos sustentables. Quizás alguien pueda explicarle a los que siguen destruyendo (perdón construyendo) sobre las pocas áreas verdes que quedan en Caracas y a los que creen que con el "Warairarepano" es ya suficiente (marque aquí para ir a un artículo sobre este tema).