jueves, 18 de diciembre de 2014

El mercurio y los residuos industriales destruyen Guayana


Foto de Germán Enrique Dam Vargas tomada de elestimulo.com/climax




Nota previa de Alejandro:
Estaba haciendo un balance ambiental para el 2014 a partir de las noticias aparecidas este año y confieso que quedé abrumado. El año ha sido bastante negativo en materia ambiental y parece poder bautizarse como el año de la "ofensiva contra el ambiente". Algunos de los problemas tienen ya tiempo y forman parte de lo que llamo "los cuatro jinetes del apocalipsis ambiental venezolano": Oro, agua, deforestación y basura. Aunque detrás de ellos, como en carrera en un hipódromo, varios caballos pugnan por desplazar a los punteros, entre otros: industria petrolera, destrucción costera, hábitat humano degradado, contaminación química y la madre de todos los caballos y jinetes Cambio Climático Global. Con el látigo y la espuela cabalgan desaforados "destrucción de las instituciones ambientales", "la degradación de la legislación ambiental", "la manipulación mediática internacional de los temas ambientales" y el "negociado del patrimonio ambiental del país"; este último en el mejor estilo de los mercaderes más codiciosos y miopes del mundo. Tuve que decidir que no había ya tiempo para hacer un balance objetivo y ecuánime dentro de lo posible y quedo debiendo este balance para inicio del próximo año. 

Pero por otra parte, este fue el año de la investigación periodística y de los comunicadores ambientales. Y por ello para cerrar les recomiendo la lectura de este excelente, bien documentado y valiente artículo de la joven comunicadora Ariana Guevara sobre los temas de contaminación que afectan a la Guayana venezolana. 

Sin más les deseo la más feliz de las Navidades y un mejor año 2015 para todos.




El mercurio y los residuos industriales destruyen Guayana


ARIANA GUEVARA  @ArianaGuevaraG


La pequeña minería de oro hace estragos en zonas de gran valor por sus paisajes y biodiversidad. Además de que afecta la producción de energía hidroeléctrica, desecha mercurio: esa sustancia peligrosa para animales, plantas y seres humanos. A eso se debe sumar un problema menos conocido: los lodos rojos de CVG Bauxilum, un residuo tóxico que pone en riesgo al río Orinoco

En el sur del país, en zonas rodeadas de selva y biodiversidad, hay quienes se dedican a hurgar en el fondo de los ríos para extraer un poco de oro. Abren agujeros sin piedad, desechan mercurio y, si es necesario, talan árboles. Hacen lo que sea para obtener ciertas ganancias que, en el caso de algunos pequeños mineros informales, se traduce en dinero para comprar esa comida que cada vez está más cara.

Últimamente se ha hablado mucho del asunto, después de que Valentina Quintero escribiera en El Nacional sobre la minería ilegal dentro del Parque Nacional Canaima, específicamente en Campo Carrao. Fue una denuncia que generó alarmas por tratarse de la primera mina dentro de los linderos de esta área protegida. Pero, en realidad, el problema es muy amplio: se calcula que alrededor de 15.000 mineros trabajan en más de 30 zonas en Bolívar —principalmente en las cuencas de los ríos Caroní, Cuyuní y Caura— y Amazonas, una entidad en la que está prohibida esta actividad, de acuerdo con un decreto de 1989.

También se ha denunciado la activación de minas que el Gobierno ha intentado desmantelar en varias oportunidades. Alejandro Lanz, director del Centro de Investigaciones Ecológicas de Venezuela, con sede en Ciudad Guayana, ofrece un ejemplo: desde hace 2 meses comenzaron fuertemente los trabajos mineros dentro del lago de Guri, en una isla del sector San Pedro de las Bocas. “Allí trabajan unas 2.300 personas y hay 400 equipos”, asegura.

Efectos perversos

El problema de la pequeña minería está hecho de una madeja complicada de intereses, actores, culpables, víctimas y consecuencias. Una de ellas se produce por lo que proviene de ríos como el Caroní, Carrao y Paragua. Lanz explica que, al extraer el oro, se levantan sedimentos que van a parar a las turbinas de la Represa del Guri, que producen 70% de la electricidad del país. “Cuando las turbinas se someten a este tipo de presión, se reduce su vida útil. Se generan pérdidas millonarias de dinero y se pone en riesgo la seguridad eléctrica de la Nación”, dice. Representantes del Gobierno, como el ministro de Turismo, Andrés Izarra, han admitido esta grave situación.

Pero, más allá de este problema estratégico y de servicios, hay un efecto aún más nocivo: la contaminación por mercurio. Alejandro Álvarez, integrante del Comité Coordinador de la Red ARA de Organizaciones Ambientales No Gubernamentales de Venezuela, explica que el oro se asocia generalmente a otros elementos. Se ha hecho común, entonces, la mezcla del mineral con mercurio para hacer una aleación; luego, dice, se quema esa unión y el mercurio se evapora: así, el oro queda libre.

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