Foto de Germán Enrique Dam Vargas tomada de elestimulo.com/climax |
Pero por otra parte, este fue el año de la investigación periodística y de los comunicadores ambientales. Y por ello para cerrar les recomiendo la lectura de este excelente, bien documentado y valiente artículo de la joven comunicadora Ariana Guevara sobre los temas de contaminación que afectan a la Guayana venezolana.
Sin más les deseo la más feliz de las Navidades y un mejor año 2015 para todos.
El mercurio y los residuos industriales destruyen Guayana
ARIANA GUEVARA @ArianaGuevaraG
La pequeña minería de oro hace estragos en zonas de gran valor por sus paisajes y biodiversidad. Además de que afecta la producción de energía hidroeléctrica, desecha mercurio: esa sustancia peligrosa para animales, plantas y seres humanos. A eso se debe sumar un problema menos conocido: los lodos rojos de CVG Bauxilum, un residuo tóxico que pone en riesgo al río Orinoco
En el sur del país, en zonas rodeadas de selva y biodiversidad, hay quienes se dedican a hurgar en el fondo de los ríos para extraer un poco de oro. Abren agujeros sin piedad, desechan mercurio y, si es necesario, talan árboles. Hacen lo que sea para obtener ciertas ganancias que, en el caso de algunos pequeños mineros informales, se traduce en dinero para comprar esa comida que cada vez está más cara.
También se ha denunciado la activación de minas que el Gobierno ha intentado desmantelar en varias oportunidades. Alejandro Lanz, director del Centro de Investigaciones Ecológicas de Venezuela, con sede en Ciudad Guayana, ofrece un ejemplo: desde hace 2 meses comenzaron fuertemente los trabajos mineros dentro del lago de Guri, en una isla del sector San Pedro de las Bocas. “Allí trabajan unas 2.300 personas y hay 400 equipos”, asegura.
Efectos perversos
El problema de la pequeña minería está hecho de una madeja complicada de intereses, actores, culpables, víctimas y consecuencias. Una de ellas se produce por lo que proviene de ríos como el Caroní, Carrao y Paragua. Lanz explica que, al extraer el oro, se levantan sedimentos que van a parar a las turbinas de la Represa del Guri, que producen 70% de la electricidad del país. “Cuando las turbinas se someten a este tipo de presión, se reduce su vida útil. Se generan pérdidas millonarias de dinero y se pone en riesgo la seguridad eléctrica de la Nación”, dice. Representantes del Gobierno, como el ministro de Turismo, Andrés Izarra, han admitido esta grave situación.
Pero, más allá de este problema estratégico y de servicios, hay un efecto aún más nocivo: la contaminación por mercurio. Alejandro Álvarez, integrante del Comité Coordinador de la Red ARA de Organizaciones Ambientales No Gubernamentales de Venezuela, explica que el oro se asocia generalmente a otros elementos. Se ha hecho común, entonces, la mezcla del mineral con mercurio para hacer una aleación; luego, dice, se quema esa unión y el mercurio se evapora: así, el oro queda libre.
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Por estas cosas, amigo Alejandro, VENEZUELA tiene que ocuparse sobre todo y ante todo, de los problemas ambientales de su propio espacio y dejar que otros países se ocupen del calentamiento global.
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