miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Para qué se necesita un Ministerio del Ambiente? 1. Los traficantes salvajes del cardenalito

Imagen tomada de www.armando.info



Nota previa de Alejandro: A partir de este momento comenzaré a divulgar trabajos de comunicadores venezolanos y de otras partes sobre situaciones ambientales existentes en este país, para que al final de cada uno de ellos nos preguntemos ¿Para qué debería servir un Ministerio del Ambiente en Venezuela? ¿Y qué perderemos al no tener más que un mero viceministerio de Ecosocialismo? ¿A quiénes les conviene ese cambio? y ¿quiénes ganan con el mismo?

En este primer artículo vemos como la riqueza biológica del país es explotada de manera ilegal y destructiva, y como solo unos pocos funcionarios con conciencia, preparación y muy pocos recursos están trabajando para intentar frenar este grave daño a la vida en nuestro país ¿Podrán seguir haciéndolo ahora que son funcionarios de un ministerio de constructores?


Los traficantes salvajes del cardenalito

Hasta 30 veces se revaloriza el precio de un ejemplar de Carduelis cucullata desde los montes del estado Lara hasta los mercados globales de criadores y coleccionistas. Tal vez sólo queden 400 silvestres, todos en Venezuela. Y mientras menos hay, más raros, caros y codiciados se vuelven. Conoce la lógica cruel del circuito que comercia ilegalmente –bajo amparo de la desidia y complicidad oficiales- con esta especie de ave, rumbo a la extinción.

MAOLIS CASTRO / LEIDYS ASUAJE

AMPLIACIÓN: La Fiscalía General de la República en campaña contra el tráfico de fauna silvestre en aeropuetos nacionales

Ramón García Molina había convertido su bolso negro en una jaula provisional el 17 de octubre de 2012. El interior de su morral parecía la maqueta de un edificio: había 85 celdas hechas de madera. Cada una tenía perforaciones para la entrada de aire, y contenía trozos de vegetales. Todo estaba preparado para cruzar, a las 8:50 pm, el océano Atlántico en el vuelo UX071 de Air Europa, de Caracas a Madrid.

García Molina, identificado con el pasaporte español número AA0347402, burló los escáneres y las revisiones de las autoridades venezolanas hasta que llegó al Aeropuerto Internacional de Barajas, que sirve a la capital española. Allí se sintió descubierto y abandonó la carga. De las 85 aves –colibríes, turpiales, periquitos, canarios de tejado, cardenales y cardenalitos– que sacó de Maiquetía como contrabando exótico, sólo 45 resistieron las ocho horas del vuelo. Las otras 40 llegaron muertas, según actas levantadas luego del hallazgo del alijo animal.

Las 45 aves sobrevivientes fueron repatriadas a Venezuela, pero el Ministerio del Ambiente sólo reportó a la prensa el rescate de 22, que fueron reanimadas e hidratadas por Protección Civil (PC) del estado Vargas (litoral central de Venezuela, donde se ubica Maiquetía) y enviadas al Parque del Este “Francisco de Miranda” de Caracas. El destino de las 23 restantes es una incógnita.

En PC de Vargas, el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral (Insai), la Guardería Ambiental y el Ministerio del Ambiente manejan la versión de las  actas, que narran la fuga de García Molina y repatriación de 45 aves. Sin embargo, las fuentes en esos entes indican que sólo están autorizadas para informar sobre el rescate de 22 ejemplares. Algunas llegan a admitir que la historia completa se ocultó “para proteger la imagen institucional”.

Yonatthan Torres, jefe de la Dirección Estadal ambiental del Distrito Capital y estado Vargas, quien participó en la repatriación, afirma ante las periodistas no tener mayores detalles sobre el caso: “Si mal no recuerdo, en él estaban involucradas cuatro personas. Se detectó gracias al Seniat (N. de R.: siglas del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria) y al Ministerio del Ambiente”.

Los cardenalitos –Carduelis cucullata, según su nombre científico–, eran los diamantes del lote incautado en Barajas. El ave, en peligro crítico de extinción, puede venderse hasta por 1.500 dólares fuera de Venezuela, país donde se concentra la población silvestre.

El tráfico del cardenalito es una travesía que pasa por muchos aeropuertos internacionales.  De apenas 10 centímetros de longitud y unos 12 gramos de peso, obsesiona a coleccionistas de todo el mundo por su intenso color rojo vivo, cabeza y parte de las alas negras, su canto melodioso y la capacidad de transmitir su tonalidad carmesí al cruzarse con el canario.

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